The Adversiter Chronicle

jueves, 31 de marzo de 2022

ENTREVISTA AL ABSENTISTA LABORAL

Es habitual encontrar en el mundo laboral la figura del absentista laboral, quien más y quien menos ha conocido al menos a uno a lo largo de la vida laboral y sin embargo son los grandes desconocidos de la sociedad. Es cierto que enseguida se les pone la etiqueta y en el curro resulta hasta violento sacar el tema pese a que en algún momento de la vida laboral siempre nos sentimos tentados alguna vez a ser absentista. Entrevistamos a Rufino Trolas, tiene un puesto fijo desde hace veinte años aunque sólo acuda al trabajo cada cierto tiempo y por las causas más variadas para que nos aclare el oscuro mundo del absentismo laboral...

-Se le ha muerto cuatro veces la suegra y en cuatro de ellas con derecho a tres días libres por la distancia...

-¡Ya empezamos! ¡Ya empezamos! Accedí a la entrevista dejando muy clarito, pero que muy clarito, que no iba a soportar choteo ni denigración de mi persona. Aún estamos en un país libre para hacer en nuestra vida privada lo que nos salga de los cojones, yo me he casado cuatro veces, pero claro, como soy simple currante de taller y no un chupatintas debería ser un proletario con esposa desde siempre y churumbeles en número proletario. Soy libre de entablar una relación y casarme tantas veces me digan que sí, limpia y honesta, pero el amor no dura siempre aunque se crea un vínculo especial con la suegra y el suegro siendo natural y de bien nacido asistir a las exequias cuando por desgracia nos dejan en este valle de lágrimas. Es un derecho laboral reconocido tener día libre para asistir al acto fúnebre y hasta tres si hay distancia por el medio... ¡O también debo tener en cuenta la distancia de mi familia política! ¡Dónde coño están los derechos laborales y humanos, no somos carne laboral sin vida privada, que no!

-Pero es que...

-¡Ni pero, ni peras ni Dios que lo fundó! Mire, no voy a negar que busque siempre parienta a distancia de mi lugar de trabajo, acepto que entre suegras y suegros tengo gastados varios permisos para asistir a entierros, de ahí a querer planificar la boda atendiendo a las vicisitudes futuras que me proporcionan días de permiso laboral media un mundo, qué digo un mundo, todo un jodido universo. Que se suman días de baja laboral, que se suman días de permiso por bodas de primos, primas, cuñados, cuñadas y los inevitables bautizos, comuniones y aniversarios. Se me acusa de que tengo cuatro familias y todo se multiplica por cuatro, pues no hay ley que me obligue a casarme sólo una vez y cerca del taller, sería el colmo de la explotación laboral, el colmo.

-El tema de reincorporarse y encima en un puestín...

-El trabajo industrial vive una actualización constante para el obrero y si se falta año y medio al tajo es normal que tenga que reciclarme y pasar un tiempo de adaptación. Sacar fotocopias, contar las cargas, anotar las descargas y, no lo voy a negar que soy tan humano como el que más, está uno más a gustito en la oficinilla del sindicato en tareas leves que pringando ocho horas currando como Pepe el hijo de la gran chingada, por no decir hijo de su madre. Yo me apunto gustoso a los cursillos y conferencias de reciclado laboral. ¡Es que el año sólo tiene 365 días y no todos laborables, no es culpa mía que entre una cosa y otra me pase un año sin pisar el taller y lógicamente entre el cursillo, la baja médica y la muerte de uno de mis múltiples parientes políticos se pasa un lustro y no te enteras!

-Para finalizar, Trolas, el tema de la baja médica...

-Es la mayor infamia de la que se me acusa. Yo entiendo que la empresa trate de justificar un despido de alguien que además es un firme defensor de los derechos laborales, pero la salud es una lotería. Mi esguince me imposibilita de toda tarea que requiera esfuerzo y no sale en radiografías porque la oreja es un cartílago, pero ojito que está cerca el oído y afecta al equilibrio. No voy a subirme a enganchar una carga a diez metros de altura con el esguince de la oreja bailando twist en mi oído interno afectando a mi equilibrio, podría matarme oiga, matarme. Es todo un mito y ojalá tuviera un hueso roto, una hernia o incluso una apendicitis, que no es por no trabajar, es que no tengo equilibrio y como el cartílago de la oreja es algo que no sale en la radiografía, te ven por ahí de vermut y ya dicen que si absentista, que si escaqueo. Incomprensión, sufro la incomprensión de mis compañeros de trabajo que con su inquina predisponen a la jefatura en mi contra. ¿Me corto la oreja y así soy productivo y rentable, me la corto?

-¡No joda! ¡Si le amputan una oreja es capaz de acudir al trabajo sólo el día de la jubilación!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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