The Adversiter Chronicle

viernes, 30 de diciembre de 2022

CUENTO DE NAVIDAD

Siempre le gustaron las noches de los viernes, pero tras una semana de hacer horas extras en la oficina sólo le apetecía llegar y acostarse. Su esposa ya estaría en la cama medio dormida o dormida completamente.
Entró sin hacer ruido, dejó las llaves y subió directamente a la habitación. Ella duerme y él decide no encender la luz y fiarse de la luminosidad del televisor encendido sin volumen. Pocos minutos después ya estaba acostado, mirando al techo y escuchando la cadenciosa respiración de su mujer.

-¿Ya llegaste? Pensé que tardarías más.-dijo ella medio adormilada y se giró para volver a dormir.

Tal vez por el cansancio, más mental que físico, era incapaz de conciliar el sueño y, como otras veces, se quedó mirando el viejo armario que había sido de sus suegros. Era un mueble de los de antes, de madera maciza, pesado como un elefante. En las sombras iluminadas por el televisor, el armario era omnipresente, grande, casi mirando amenazador. Y es que sentía algo en ese armario, no era la primera vez. Se lo había comentado a ella en alguna ocasión, que sentía una presencia, que tal vez fuera el espíritu del suegro o de la suegra. Pero su esposa le miraba con media sonrisa y siempre le decía lo tonto que era...
Cerró los ojos. De pronto, asustándole como no se asustaba desde que era niño, sintió algo dentro del armario. Fue un leve susurro de ruido. La presencia sin duda de la que nadie se percataba menos él. Pensó en despertarla, que encendieran la luz y abrieran el viejo armario, cuando otra vez sintió el susurro, casi imperceptible, destinado sólo a sus oídos, invitándole a entrar en un mundo desconocido. La televisión se apaga y siente la adrenalina que le pone en tensión, le paraliza y debe decirse a sí mismo que es el temporizador, no una energía extraña...
Tras unos segundos armándose de valor decide abrir los ojos a la oscuridad. Ve las rendijas de la persiana que filtran algo de luz mortecina que sólo hace sombras cerca de la ventana. El armario queda en la penumbra, amenazante...

-¡Herminia! ¡Voy a ver qué hay en ese maldito armario!

-Ya estás como siempre con el dichoso armario... ¡Ábrelo pero ni se te ocurra encender la luz! ¡Estoy harta de que me despiertes por el armario! ¡Majadero! - y se tapó girando y dando la espalda a su marido.

Se incorporó despacio, armándose de valor y el corazón latiendo deprisa. Se levanta y se acerca a la gran sombra del armario cuando se abre la puerta del mismo de golpe y le da de frente lanzándolo al suelo. La mujer enciende la luz de la mesita y ve a su marido sentado en el suelo frotándose la nariz y gritando que va a ir a la iglesia a por agua bendita. Ella le ve vestirse rezando lo que quiere ser una oración, tartamudeando y buscando los calcetines...
Ella está sentada en la cama cuando siente a su marido arrancar el coche y salir derrapando en dirección a la iglesia. Comienza a reírse a carcajadas y agacha la cabeza hasta que ve el suelo debajo de la cama...

-Sal anda, ya se ha ido y me temo que esta vez viene con el cura a exorcizar el armario de mi madre.

-Una noche me va a descubrir y se arma un follón. Menos mal que le di con la puerta y pude escabullirme debajo de la cama, pero anduvo cerca...

-Si no hicieras ruido nunca se hubiera atrevido a abrir el armario. Anda ven, que mientras despierta al cura tenemos tiempo.

-¡Pero si llegan yo no me meto en el armario!

FIN

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jueves, 29 de diciembre de 2022

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje por el asfalto a la cena de Nochebuena

El viajero sale al asfalto de la calle, ya anocheció aunque sólo son las ocho y media de la tarde. Hay un largo trecho por delante que el viajero siempre disfruta por estas fechas. Hay gente en grupos a la puerta del garito habitual donde toma el cafelito mañanero, también en el garito suplente cuando está cerrado por descanso, avería o vacaciones el garito habitual. Le gustaría entrar, ser parte del jolgorio bullicioso, pero anda el viajero justo de tiempo, le han dicho que en una hora comienza la cena, el anfitrión tiene que madrugar ya que trabaja a la mañana siguiente...
Queda atrás el barrio y pasa el viajero ante su antiguo instituto. La fachada es la misma y sólo las ventanas de PVC blanco, que han sustituido a las de aluminio, y un cartel en la puerta trasera indicando la entrada de los alumnos y alumnas de la ESO, suena diferente de la fachada que recuerda el viajero. Se pregunta qué habrá sido de alguno de los profesores, que iban de avanzados pedagógicamente para al final no saber transmitir ni estimular al alumnado. Han derribado un edificio anexo que ha sido sustituido por un aparcamiento de pago, un parking que dicen los cosmopolitas y paneles informativos...
La avenida está animada con las luces navideñas, coloridas y con motivos de la ciudad que quedan bien pero añora el viajero iluminación navideña, un tanto laica en estos tiempos donde no se conserva la memoria y se desvirtúa el análisis de la misma con ojos de hoy, pero echa en falta belenes, reyes magos y todas aquellas figuras que formaban las viejas bombillas. Hay gentío en las vinaterías, cafeterías y bares que el viajero encuentra a lo largo del camino, que cambia de barrio tras dejar atrás un paso de peatones. Hay tráfico, hay gentío, hay luces y, sin embargo, el viajero presiente más que siente que falta algo, falta alegría que no se ve desde que empezó la pandemia. Le embarga una sensación de desasosiego, como si todo el mundo estuviera fingiendo una normalidad sin alterar por virus, guerras y políticas...
El tramo final del viaje es pasada la plaza de toros, es un barrio bien, tranquilo en apariencia donde los dramas se dejan de puertas para adentro. Al otro lado de la carretera abundan viejos chalets de desconchadas fachadas que en un tiempo fueron blancas. Han sido devorados por el crecimiento urbano y el abandono de sus dueños. Pasa el viajero por delante de una iglesia y su mente viaja a Ucrania donde la población pasa estas fechas de fiesta y comilonas a oscuras y sin calefacción, pasan la nochebuena en la oscuridad de la guerra...
Ya otea el viajero su destino y barrunta para sus adentros que ha echado en falta ver infancia por la calle, gentes con bolsas llenas de cosas envueltas en papel de regalo. Tal vez, sólo tal vez, se está haciendo viejo y sólo es nostalgia del tiempo pasado y de rostros ausentes aunque siempre estén presentes en la memoria. Tampoco hay muchas luces en las casas particulares y es la luz de las estancias que se refleja al exterior lo que indica el bullicio navideño...
El viajero toca el timbre y observa el cielo una última vez. Le abren la puerta y pasa al interior donde le llega un aroma de pescado al horno que...
Pero ése, ya es otro viaje.

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miércoles, 28 de diciembre de 2022

"Memorias de La Transición", por Antón Rendueles

Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Día de los inocentes

Era una fecha especial dentro de las navidades y las vacaciones escolares en las mismas. Supongo que mi primer contacto con el día de los inocentes y las inocentadas fue por los tebeos, Zipi y Zape solían ser los heraldos de que se acercaba el día y en sus historietas de esa semana siempre aparecía en la historia alguien a quien le pegaban un monigote de papel en la espalda y se paseaba, sin saberlo ni percatarse, entre las risas de la gente. También marcaba un hito en las vacaciones, pasado el trajín de la nochebuena, con la nochevieja en boca de todos donde contemplaba y escuchaba fascinado a mis padres que salían esa noche a un mundo desconocido, obligado a estar la última noche del año frente al televisor esperando ansioso que salieran los números de humoristas, despertar al día siguiente y abrir con curiosidad infantil las bolsas de cotillón que me guardaron de la cena...
Por aquellos días la oferta a mi alcance infantil para conseguir cosas de broma era abundante, Randa era el nombre de una juguetería, algo rara para mis entendederas, donde siempre podía adquirir azucarillos con mosca que echaba en las tazas de mi entorno; estaba el Frío y Calor, diabólico invento que había que colocar disimuladamente en un asiento donde iba a sentarse el culo objeto de la broma, primero con una sensación de frío en el trasero que cambiaba paulatinamente a un ardor que parecía que ardían las nalgas del inocente o la inocente de turno. Otro punto disponible todo el año era el vetusto quiosco, en más vetusto soportal, enfrente del Cine Albéniz, un cine decrépito donde ponían reposiciones y muy visitado en verano y vacaciones de navidad. Lo regentaba un paisano al que apodábamos El Pedos por la costumbre de liberar gases intestinales. Vendía de todo lo que un niño podía desear, caramelos, chuches que llaman ahora y también unas bombas fétidas que años después fueron prohibidas por tóxicas. Siempre que iba a ese cine, sin importar la época del año, comprar al Pedos formaba parte de la liturgia y siempre había alguien que soltaba una de esas tóxicas bombas fétidas. Otro artículo, también prohibido años después, eran los polvos de estornudar, un polvillo peligroso para cuanta pituitaria estuviera en el radio de acción, generalmente se soplaba una pequeña cantidad amparados en la oscuridad de la sala en ese mágico momento en que se apagaban las luces de la sala y había dos o tres segundos de oscuridad mientras empezaba el metraje. Eran peligrosos hasta para quien los manejaba y sus efectos eran casi inmediatos...
Otro clásico era el falso paquete de chicles donde asomaba un chicle que se ofrecía al inocente o la inocente de turno que lo cogía con los dedos y al sacarlo una pinza aprisionaba los dedos. Hay que citar los petardos para cigarrillos que requería de introducir previamente y con cuidado de no alterar el aspecto exterior del cigarrillo. Lo mejor era colocarlo introduciendo un poco el explosivo para que no explotara nada más encenderlo, era una aventura agenciarse la cajetilla, colocar el explosivo y volver a dejarlo todo como estaba sin que nadie se percatara...
Creo que mi último artículo del arsenal de bromas era el falso dedo vendado que salía disparado al inocente o la inocente de turno. He de confesar que en mi entorno ya se sabían mis bromas de memoria y la ansiedad e ilusión con la que esperaba el día de los inocentes. Me hace gracia que la mayoría de aquellos artículos fueran declarados peligrosos, que lo eran, y prohibidos con la llegada de reglamentos y leyes que terminaron con aquellas bromas. Que ahora un niño o una niña en edad infantil tengan acceso a aquellas materias de broma es impensable y hasta ilegal, lo cual me parece bien porque los polvos pica pica eran un peligro y las bromas fétidas altamente tóxicas. Siempre me quedé con las ganas de hacer la broma del caldero con agua en la puerta entreabierta pero el temor al posible castigo era mayor que las ansias de la broma...
Antón Rendueles


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martes, 27 de diciembre de 2022

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
“Yo pondré la guerra” 
-Cuba 1898: la primera guerra que se inventó la prensa-
Autor: Manuel Leguineche
Editorial: Grupo Santillana de Ediciones S.A.
Edición: 1998

Nada mejor para finalizar el año que una propuesta apasionante de la mano de Manuel Leguineche en un libro atemporal que sigue tan fresco como si acabara de salir de imprenta. Un viaje a 1898 cuando los EEUU comienzan su expansión como potencia a costa de las últimas posesiones que España conservaba de su pasado imperial. Con la guerra en Cuba como telón de fondo, Manuel Leguineche nos narra la apasionante historia del magnate de la prensa estadounidense W. R. Hearst que inventó la prensa amarilla dirigida a las clases populares y donde no dudaba en inventarse historias para dirigir a la opinión pública como fue el caso de Cuba donde se libraba una guerra de guerrillas entre las tropas españolas y los rebeldes cubanos. También la crónica de cómo estuvo a punto de fracasar la conquista por tierra de la isla, la inmolación del almirante Cervera y su flota en una batalla perdida de antemano dada la superioridad naval de EEUU y la vida de los corresponsales de guerra, una nueva categoría del periodismo donde los enviados de Hearst mandaban las crónicas al gusto de su jefe y que éste convertía en hechos feacientes a sus lectores comprometiendo incluso el devenir de las operaciones militares...

Manuel Leguineche (Arrazua, Vizcaya, 1941) es escritor y periodista. Fundador de las agencias de noticias Colpisa y Fax Press. Su extensa obra ha recibido el unánime apoyo de la crítica y ha creado un amplio e incondicional público lector, ávido de profundizar en los temas tratados por él. Algunos d ellos galardones que ha merecido su obra son el Premio Nacional de Periodismo, el Pluma de Oro, el Cirilo Rodríguez, el Godó, el Julio Camba y el Ortega y Gasset.
Hay que decir que Manuel Leguineche falleció en Madrid en 2014 y en Internet podéis encontrar información del gran periodista y escritor que fue, dejando huella en ambos gremios. A continuación unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura...

Un magnate de la prensa estadounidense...
Willian Randolph hizo todo lo posible por vender periódicos. Decían que era capaz de matar a alguien con tal de subir la tirada de sus diarios, en especial del `Journal´ de Nueva York. Se pasaba largas horas sobre la platina revisando la confección del `Journal´o del `Examiner´ de San Francisco. A veces, en Nueva York, lo rodeaban las hermanas Willson, dos bailarinas. En la redacción y en talleres apostaban a cuál de las dos Willson se beneficiaba El Jefe. Porque lo llamaban `El Jefe´, un ser ambicioso de poder más que de bienes materiales, sobrio, no fumador, manipulador, inventor de historias, enemigo de los toros yd e los crueles españoles, del Imperio Británico, de Francia, de la I Guerra Mundial y del presidente McKinley. `The Chief says´, Èl Jefe dice´, era la voz de mando. Para él no existía la tranquilidad, ni la calma chicha, siempre en movimiento, siempre maquinando algo, trasladando al papel sus quimeras y sus venganzas. `La tranquilidad´, decía, `es el sueño que precede a la disolución de todas las cosas´. Así fue como convirtió sus cuarenta periódicos, sus docenas de revistas, en universos de trepidación, de amarillismo, sensacionalismo, crímenes, sangre y sexo. Ben Hecht, autor del guión de `The front page´ (en sus tres versiones españolas, Èl gran reportaje´, `Luna nueva´, `Primera plana´), recordaba el periodismo de aquellos años: `Era un mundo sin disciplina, me permitía salir y conocer la vida, devorarla, disfrutarla, informar sobre ella´. Las redacciones de sus diarios estaban repletas de gente extravagante, sin escrúpulos, con el don de la ebriedad, y casi siempre leal. Toma nota al entrar: no dejes que la verdad te estropee un buen reportaje.”

El rival a batir...
Joseph Pulitzer era militante del Partido Demócrata, pero no se aprovechó de sus páginas editoriales para hacer carrera política o cualquier otra. Le importaba más la conciencia cívica. Los mismos a los que atacaba, como el ultra republicano William Waldorf Astor (el del Waldorf Astoria, el hotel de Nueva York), le invitaban a almorzar en sus clubes exclusivos. De pronto, de forma inexplicable, Pulitzer, que nunca fue un hombre paciente, estalló en cóleras homéricas, se volvió irritable, respondía con destempladas voces en la redacción, lleno de ruido y de furia. Hasta le molestaba el ruido de los pavos reales del londinense parque de Kensington. Todo tenía una explicación: afectado de diabetes, sin posibilidad de cura en su época, el editor del World se estaba quedando ciego. El más mínimo ruido alteraba su sistema nervioso. Transcurrió el resto de su vida en la búsqueda del sosiego. Los médicos le aconsejaron que pasara largas vacaciones en Europa lejos de la vibración de las máquinas norteamericanas. Construyó torres de silencio para evitar los ruidos domésticos o familiares. En sus otras casas y oficianas blindó las paredes, tripicló el cristal de las ventanas. ¿Era un trauma infantil, era un maniaco depresivo? `Por la mañana era el mejor de los hombres´, aseguró un empelado suyo, `por la noche de terror´. ¿qué podía esperarse de esa frenética biografía, el recorrido desde las interminables llanuras húngaras hasta el fragor neoyorquino, sumido en la hiperactividad, en la lucha por la vida, en la impaciencia del éxito, en el vértigo?”

Sin escatimar medios para sus corresponsales en Cuba...
W. R. Hearst se ha tomado muy en serio la guerra de Cuba. Alquila su propio barco filibustero, el `Vamoose´, èl yate que con más rapidez surca las aguas de Nueva York´, veintiséis millas por hora. El Jefe nunca reparaba en gastos. El `Vamoose´ serviría de correo entre Cuba y Cayo Oeste, para llevar esos despachos que la censura de Weyler impedía que salieran por el telégrafo. Pero se dijo algo más: el yate escondía un cañón en la bodega, de modo que algunos dieron por hecho que Hearst había declarado ya la guerra a España. Esta vez no era cierto. La única mercancía que el yate del editor llevaba a bordo eran medicinas y otra ayuda de carácter no militar. Pero sí subió al yate un peso pesado del periodismo de guerra, Richard Harding Davis. Había pasado por la universidad, era un dandi, con sus bien cortados trajes ingleses y su bastón en la mano. Un genio de la autopropaganda. Enviaba a los diarios notas sobre cualquiera de sus intervenciones en el campus universitario. Así se hizo con un nombre. El periodismo de viajes sería su salida natural. El jactancioso Richard informó desde África, oriente Medio o Centroamérica. Creía en la superioridad de la raza anglosajona. El éxito de sus novelas dio alas a su altanería. Salvo para con las mujeres, frente a las que su altivez se venía abajo, se ponía colorado, sudaba. `¿Qué es lo que más le interesa de una mujer, señor Davis?´, le preguntaron en una entrevista. `Que tenga los guantes limpios´, contestó. Sufría frecuentes depresiones, no se sabe si por su timidez ante las damas.”

El destino manifiesto...
Nueva York es el centro de los sueños, el norteamericano y el de Hearst, la ciudad vibrante, crisol de razas, con los últimos descubrimientos, con luz eléctrica y teléfonos para las grandes empresas. La tecnología cambia la piel de la metrópoli, tres millones y medio de habitantes. Las dos caras de la moneda, el Bowery, el barrio de los marginales, para los que el sueño americano es pesadilla, y el rutilante Wall Street. Con su medio millón de habitantes, san Francisco es una versión rústica de Nueva York, una pálida imitación. Al principio a Hearst le chocó el cambio, sólo al principio. Después el admirador, el émulo de César, de Napoleón, de Carlomagno, de Washington, Jefferson y lincoln se deslizó por el tobogán del éxito, de las iniciativas, de las nuevas ideas capitalistas, de las ofertas populares. Hearst libera una energía en consonancia con la ciudad, la del optimismo, una nueva identidad que se basa en un `belicoso chovinismo´, jingoísmo se le llamaba entonces, la patriotería exaltada. En una ocasión regalará con el ejemplar del `Journal´una inmensa bandera de las barras y estrellas e invitará al lector a que decore la casa con ella. En 1893 el historiador Turner anuncia que los norteamericanos son distintos al resto de los pueblos del mundo, por encima incluso de los europeos, 75 millones de habitantes. Hearst es el demiurgo del modo de vida norteamericano, el intérprete de esos sueños imperiales, de la cruzada norteamericana en Cuba contra la `tiranía española´.”

Estados Unidos invade la isla española de Cuba...
La primera invasión de suelo extranjero por una fuerza militar norteamericana y el primer ataque anfibio de los `marines´, la infantería de marina, se dio el 7 de junio de 1898 en Guantánamo, donde desembarcaron tras neutralizar un blocao español, destruir una cañonera y reducir el fuego enemigo. Stephen Crane está allí para verlo. `Sin la ayuda de los cubanos, los Yanquees no hubieran podido desembarcar. El apoyo de los insurrectos fue extremadamente valioso´, escribió el general valenciano Arsenio Linares. Pero como apuntó Charles Post, combatiente del ejército norteamericano, `los corresponsales de guerra desprecian a los cubanos, ridiculizaban sus rifles y su actuación en el combate. Los corresponsales no sabían de qué hablaban´. La idea de una rápida victoria norteamericana se esfumó. La culpa la tenían, como siempre, los aliados cubanos. Crane descubre la repugnancia estadounidense a compartir el honor de la victoria: `Tanto los oficiales como los soldados rasos desprecian a los cubanos. Los odian´. Como los oficiales sudistas oduian a los negros que combaten junto a ellos. Son `niggers´, lo peor que se puede ser, negros. Como argüirá un oficial sudista en el `Evening Post´ de Nueva York, uno de los pocos medios que mantiene una actitud digna citado por Forner (`La guerra hispano-cubano-americana y el nacimiento del imperialismo norteamericano´), `si no hubiera sido por la caballería negra los Voluntarios de Roosevelt hubieran sido exterminados. No soy amigo de los negros. Yo nací en el Sur, pero los negros salvaron el combate y llegará un día en que el general Shafter tendrá que reconocer su valor´. Nunca lo hizo. Shafter tenía bastante con cuidar de su gota, que le impedía ponerse las botas. Postrado, se mareaba al tratar de incorporarse, envueltos sus pies en un saco de yute.

El hundimiento del `Maine´...
Entre las teorías de la conspiración faltaba una que no tardó en correr por los pasillos del rumor: habría sido el propio William Randolph Hearst el instigador del complot. `Una teoría plausible´, escribe Joyce Milton. `después de todo, el 12 de febrero, o sea tres días antes del desastre, el Journal había declarado la guerra a España como respuesta a la confiscación del yate Bucaneer que provocó el resentimiento de Hearst contra el Maine, porque el capitán Sigsbee no supo estar a la altura de la situación´. Había también quienes creían que la larga mano del Jefe estaba detrás del atentado con bomba de la Casa Nueva, sede del consulado norteamericano. Algunos de los corresponsales del Journal apoyaron esa teoría con el paso de los años: `Todavía no ha llegado la hora de que la opinión pública´, aseguraba James Creelman, `sepa cómo funcionó la maquinaria de prensa norteamericana para provocar la guerra. Se gastaron inmensas fortunas en el esfuerzo´. Se lo había comentado el que fue presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo, asesinado por el anarquista italiano Angiolillo: `Se diría que los periódicos de su país son más poderosos que el propio Gobierno´. Al día siguiente de la voladura del Maine, Èl Imparcial´, el diario español de mayor tirada, invita a la guerra,a unque se imagina que el tiro puede salir por la culata. `Es el colmo de la debilidad de ánimo figurarse que vamos a desarmar a los yanquis a fuerza de paciencia (…) España quiere más honra sin Cuba que Cuba sin honra (…) No debemos tomar ninguna inciativa hostil, pero no podemos ceder ya a ninguna exigencia inicua´. La tesis del periódico, como apunta el profesor Núñez Lavedeze en su estudio en `El Mundo´ sobre la explosión del Maine en la prensa del 98, puede resumirse en que España no tenía más alternativa que perder la guerra de Cuba con EEUU a fin de perder Cuba de manera honorable.”

Deliciosa lectura que nos descubre cómo se fraguó el desastre de 1898 para España en la prensa estadounidense a la vez que descubrimos la figura de W. R. Hearst, llevado al cine, para rabia del susodicho, por Orson Welles en la considerada por muchos la mejor película de la historia del cine, la siempre fascinante Ciudadano Kane y que tras la lectura del libro se visiona con nuevos ojos y engrandece su valor cinematográfico. Ideal para amantes de los entresijos de la Historia, de la profesión periodística y para público en general que gusta de un buen libro que además de una buena historia nos enseña cosas que desconocíamos. Ideal para lectura de noche, servicios nocturnos en festivos y vigilias hospitalarias.

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lunes, 26 de diciembre de 2022

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

Estas navidades he montado un belén, pequeño, de los que vienen de una pieza con el portal, los tres protagonistas y el angelote. No trae animales de ganadería ni de tiro, no hay riachuelo con un molino pequeño, no por lejanía y sí por tamaño. No hay pastores ni ocas. De hecho no hay nada salvo lo básico para tener un belén. Combiné un falso jarrón etrusco de fondo de columna y sobre la boca del mismo coloqué una estrella grandota, de las que se ponen coronando el árbol. Luego le puse luces que van cambiando de colorines, incluso tiene varias secuencias programadas de combinaciones luminosas. El conjunto queda muy chic, en un entorno distópico con un mapa estelar y paisajes a la acuarela...
Cuando estaba cenando en compañía del belén, escuché a alguien vociferar que era Papá Noel. Asomado a la ventana vi a un tipo vestido de rojo encaramado a una torre de telefonía móvil que corona la fachada del edificio enfrente del acantilado. Resultó ser el del tercero algo pasado de copas, pero por unos instantes entre sus gritos y el belén me embriagó el espíritu navideño...
Queda una porción generosa de turrón que miro con gula...
Y ella me mira a mi.

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viernes, 23 de diciembre de 2022

ENTREVISTA AL FUTURÓLOGO

Siempre que termina un año y empieza otro, quien más y quien menos alguna vez en la vida acude a que le pronostiquen el futuro. Palabrería, superchería, fe, dones especiales y ansias de no estar al albur del destino desconocido que tanta congoja nos produce, hacen de quienes se dediquen a predecir qué nos ocurrirá en personajes famosos unos, discretos otros y timos vulgares y corrientes de charlatanes que se aproverchan de personas vulnerables. Entrevistamos a Fulgencio Elcara, famoso futurólogo y que predijo, entre otras cosas, que Qatar sería la peor selección del Mundial, que Rusia prepara una ofensiva y, por sorprendente que parezca, que su suegra le iba a dejar heredero universal...

-Fulgencio, ¿es usted un super dotado de poderes extrasensoriales o un vulgar charlatán embaucador de mentes influenciables?

-Soy una persona normal que, por distintas circunstancias, he evolucionado en el plano espiritual y puedo vislumbrar acontecimientos a corto y medio plazo. Hay que nacer con una predisposición de la que todos gozamos al nacer pero que luego el periplo vital relega a un segundo plano en la mayoría de la gente, hay algunos que logramos mantener ese vínculo extrasensorial y unos pocos lo desarrollamos hasta ser futurólogos, es decir, persona que se dedica a la futurología que no es otra cosa que un conjunto de estudios que pretenden predecir lo que va a ocurrir en el futuro, mediante técnicas adivinatorias y utilizando cierta sistemática. Yo me baso en la sistemática si bien no desprecio ciertas técnicas pero al final hay que poseer el don, la sabiduría o simplemente la certeza de que es posible hacer una proyección del futuro al cien por cien.

-¿Si le pregunto que nos depara el 2023?

-En realidad todos los años comienzan con incertidumbre, pesadumbre, temor a los acontecimientos gestados el año anterior y la certeza de que la cosa mejorará. Ir más allá de eso sin ni siquiera haber comenzado el año es pura charlatanería que tanto nos perjudica a los verdaderos futurólogos. Queda muy guapo y precioso cobrar tropecientos aurelios por decirle a quien los paga que va a tener una enfermedad que si la pilla a tiempo no será nada, que se morirá alguien cercano, que encontrará trabajo y que las cosas no saldrán del todo como queremos pero algo saldrá. Yo le digo y asevero tajantemente que en 2023 Putin morirá de un infarto y que Cristiano Ronaldo será Joroba de Oro del fútbol árabe. Y el Sorteo del Niño dejará millones donde menos se espera.

-
Que a Putin lo defenestra su propia gente a la soviética es un hecho, que Cristiano Ronaldo se va a jorobar por mucho dinero que gane en ligas de secarrales desérticos es un hecho y la lotería siempre toca donde menos se espera es un clásico...

-¡Es el futuro! ¡No tengo la culpa si el mundo está lleno de cretinos que no saben interpretar el presente! ¡Pero claro, si llevara un turbante, tuviera acento extranjero exótico, utilizara una vulgar bola de metacrilato, me rodeara de cartas con extraños arcanos y quemara incienso seguramente me creería a pies juntillas! ¡Tener un don requiere modestia amigo mío, modestia que tanto escasea en estos tiempos! ¡Esa es la razón del acoso al que soy sometido por el Sistema!

-El Sistema de marras lo ignoro, pero la Guardia Civil le investiga por inducción al suicidio de su suegra tras haberle dejado heredero universal...

-Oiga, mire, yo estaba en paro y, como me gusta leer la prensa para estar informado, me di cuenta que en base a los datos se puede ofrecer una hipótesis. Solo que en lugar de comentarlo en el bar con los colegas de barra pues me dije que montaba un consultorio del futuro, ya sabe, donde los pardillos y las pardillas pagan por decirles lo que quieren oír, que si va ganar dinero, que si un trabajo, que si un novio. En fin, lo típico. Lo de mi suegra es que la señora estaba medio gagá y le interesaba todo este rollo del ocultismo y adivinar el futuro. ¡Pero si hasta se creía Nostradamus, mire si estaba jodida la vieja! El caso es que me aseguró que en poco tiempo se solucionarían mis problemas económicos, yo lo puse en duda y como a la buena señora que fue mi suegra nada le fastidiaba más que pusieran en duda sus predicciones, pues la muy desgraciada no se le ocurre otra cosa que testar dejándome heredero universal y luego va y se tira por la ventana. Todo porque era una cabezota y no esas monsergas que su hija ha contado de mí a la Guardia Civil. ¡pero si ni siquiera soy capaz de ver cundo se me acaba la cajetilla de tabaco, mire que mierda de adivino...!

-
Al final, como siempre, el futuro es denso y oscuro pero a usted le veo alojado en el Hotel Trullo.

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jueves, 22 de diciembre de 2022

"Bits a bits", suplemento videoconsolador

Una sección de Kitapayá en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Selección de juegos 2022

Llegan las familiares fiestas navideñas y surgirán oportunidades de echar unas partidas, es también el momento de ofrecer una selección de los juegos traídos a la sección durante este 2022 que ya toca a su fin. Por supuesto recomiendo cualquiera de los videojuegos tratados desde el inicio de la sección y recordaros que de los primeros artículos con juegos gratuitos disponibles en Internet es posible que los enlaces estén obsoletos. Ciñéndome a este año, he seleccionado cinco títulos orientado especialmente a jugadoras y jugadores veteranos que hayan retomado esporádicamente el mando y para quienes por estas fechas pasan tiempo con la infancia y juventud de la casa, de la familia o de la parentela...

The Pinball Arcade es el título ideal para quienes fueron y son frikis del juego de petacos que solía acompañar al SO Windows y donde legión de enganchados se tiraron horas en el simulador. Aquí disponemos de simuladores de máquinas míticas con todo lujo de detalles, desde la textura de la superficie, la dureza de los petacos, sonidos y música que logran una inmersión total y te engancha desde el inicio, si es que te gusta el género porque hay quien no puede ni oír mencionar pinball. Lo recomiendo encarecidamente a quienes disfrutaron del simulador de Windows y también a quienes vivieron la época de los recreativos de salón porque es un simulador excelente. Se pueden jugar torneos, en línea y no faltan compras de tableros, ya sabéis que opino que no hay que pagar una vez se adquiere el videojuego...

Fall Guys
es uno de esos videojuegos que parecen sencillos, casi tontos, pero que cuando te das cuenta no puedes dejar de jugar porque pierdes y deseas probar de nuevo. Es ideal para trabajar la memoria, coordinación y el diálogo intergeneracional. Perfecto para jugar unas pachangas con familiares y amigos; divertido, estimulante y sencillo en su complejidad. Y cuando parece que ya conoces los distintos circuitos y empiezas a ganar, se cambian los mismos obligando a agudizar los reflejos, memoria y coordinación. Me tiré dos semanas por el empeño que da la rabia de perder por ganar. Cuidado con dislocaciones de pulgares por pulsar botones...

ADR1FT es un juego inmersivo total en el incomparable escenario del espacio. Flotar en ingravidez y aprender a desplazarse y desenvolverse en el entorno del espacio salpicado de pruebas y rompecabezas. Ya digo que te abstrae la trama y te concentras sin darte cuenta en los objetivos. Juego para solitarios, amantes de la carrera espacial y astronautas frustrados que soñaban en la niñez en ir a la Luna. Ideal para alejarse de la cruda realidad, disfrutar de la experiencia y concentración forman un videojuego distinto donde lo más sencillo acaba complicándose y habrá que rendir al cien por cien para tener éxito en la misión y los problemas y obstáculos que se nos presentan...

Chess Ultra
es el juego de ajedrez de toda la vida pero con gráficos actuales. Ideal para amantes de echar una partida o dos, tanto si se es un friki como simple aficionado que se pone a prueba jugando contra el computador Da lo que ofrece con distintas panorámicas del tablero, niveles de dificultad y hasta jugar en línea con otros jugadores de nuestro mismo nivel o superior. Un título imprescindible en la ludoteca particular de quien gusta del ajedrez y digno heredero de aquellos primeros simuladores que siempre fascinaron desde sus inicios ya que ofrecía la oportunidad de medirse a un computador...

Ciberpunk 2077 puede tildarse de videojuego maldito, con años de retraso en su desarrollo, lanzamiento postergado una y otra vez, dificultades técnicas que daban problemas a quienes adquirieron el videojuego en su lanzamiento y un título del que se oía hablar en Internet durante años. Lo he jugado en la PS4 y lo cierto es que no me dio problema alguno. Es un excelente videojuego en tercera persona en una ciudad fascinante, de coger un buga y recorrer la misma con música de fondo. Horas y horas de entretenimiento pudiendo encarnar personajes distintos con distintas idiosincrasias en el desarrollo de la trama y la propia acción a desarrollar...

Por supuesto que cualquier título de los jugados este año y anteriores siguen siendo plenamente recomendables. Ya digo que he tratado de que la selección anime a quienes fueron usuarios y usuarias de distintos sistemas de videoconsola los últimos cuarenta años porque cumplir años no quita el atractivo de videojugar y son una fuente de ejercicio de coordinación, reflejos, memoria y hasta para las articulaciones de las manos. No hay que renunciar al videojuego porque seas mayor, lo suficiente para que no te cataloguen de viejo, mayor o prehistórico. Así que coger el mando, elegir un avatar y a lanzarse a penetrar en el mundo del videojuego, porque como siempre os digo: ¡Quien no se consuela es porque no videojuega!

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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