The Adversiter Chronicle

martes, 31 de marzo de 2020

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

INFIERNO DE COBARDES (1973)
(High plains brifter)

El confinamiento domiciliario es buen momento para ver cine, si no todos los días aunque puede que sí a todas horas, y nada mejor que una propuesta interesante a todos los niveles: obra de un director hoy venerado por los mismos, y alguna que otra, que cuando estrenaba sus películas le tildaban de discurso fascistoide; un género eterno como es el del Lejano Oeste; una interesante historia de venganza y un elenco artístico irrepetible hoy en día con secundarios de lujo que llegan a entrañables por quienes vivieron el estreno. Nos referimos a Clint Eastwood que va camino de ser leyenda viva aunque ha sido descubierto tarde por la crítica y cinéfilos pijoteros pero que ya lograba hacer pasar por taquilla a multitudes siendo el boca a boca popular el que aumentaba su fama, agradecidas quizás del momento de evasión y entretenimiento que siempre conlleva una película del Clint Eastwood aunque ésta no nos guste mucho...

Dicen los eruditos que con esta película el actor rinde homenaje y terminaba una etapa en su periplo narrando historias de vaqueros. Pero para el común de los mortales y que gustamos de la obra y los personajes que encarna el cineasta, es una película que tiene muchas lecturas aunque en apariencia parezca simplona. Por otra parte, este personaje forma parte de un guiño del Eastwood que abarca varios años y culmina con Sin perdón con su protagonista que bien podía ser el mismo de El fuera de la Ley, aunque por supuesto hay que saber leer entre líneas una obra que en conjunto hasta el día de hoy forma un todo. Aquí, además de homenajes, asistimos a unos encuadres experimentales, casi surrealistas pero que logran retratar la psique de los personajes. Tiene algo de mugre de coproducciones hispano-italianas del género, como el detalle del enano, pero también una vena cómica que lejos de servir de complemento forman parte del personaje que en ese momento ocupa la acción. Fijaros en como con breves pinceladas no exentas de comedia se nos muestra en tres minutos la personalidad del barbero del pueblo...

Lejos de ser un producto fascistoide, es un perfecto producto cinematográfico y una muestra del género que gana con el paso del tiempo. La escena de la violación, entre comillas, de la parienta del hotelero fue vanguardista en su género y son pocas las producciones de aquella época que retratan a las mujeres de igual a igual con los hombres y lejos de ser sumisas son luchadoras cada una a su manera. Se venera el orgasmo fingido en Cuando Harry encontró a Sally de Meg Ryan, pero Eastwood logra, sólo enfocando el rostro de la actriz y la interpretación gestual y facial de la misma toda la sensualidad y placer que siente la moza; sin escabrosos pechos saltando o muslos con liguero, sólo la cámara enfocando el rostro de Marianna Hill...

Los personajes masculinos son una panoplia de populares secundarios que siempre, en mayor o menor número, acompañaban la filmografía de Clint Eastwood durante dos décadas. Un guión salpicado de ironía, guiños al espectador y siempre la sensación de que Clint Eastwood se lo pasaba bomba en los rodajes junto a sus amigos. Rostros que forman parte de la interpretación en un lenguaje universal que se remonta al cine mudo, donde viendo la cara del predicador y lo que dice, pero ver su cara, traspasa la frontera del idioma para sacar nuestro lado primate y captar a la primera la calaña, ralea o catadura del personaje de turno, desde el cornudo consentido hasta el oligarca minero sin obviar a los malos.

Una película para pasarlo bien con el cine como paliativo del confinamiento domiciliario. Homenaje además a Clint Eastwood que ha hecho pasar gratos momentos a generaciones de espectadores y que se transmite de generación en generación. Homenaje a un cineasta que aprendía de cada película, tanto propia como ajena en la dirección, y que siempre ha sabido trasladar emociones a la pantalla que llegan al espectador y que no sería lo que hoy es en Hollywood sin esta película y las que la precedieron y siguieron antes de que lo descubrieran eruditos y sibaritas cinematográficos...
Gracias Clint.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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lunes, 30 de marzo de 2020

REFLEXIONES EN VOZ ALTA de Skizo´s Blues

Hay que tener cuidado con lo que se desea porque podemos conseguirlo...
Que levante la mano quien, al menos una vez en su vida, no ha deseado que el fin de semana durase más o que siempre fuera domingo. Sueños de viajes, de perder el tiempo en lo que nos salga de los cataplines o de los ovarios. Disponer de horas sin límite para ganar ese descanso perdido arañando extras laborales a costa del tiempo de descanso...
Pues resulta que han decretado fin de semana de catorce días y ahora que disponemos de tiempo y la posibilidad de estar en casita, queremos salir, añoramos el curro y nos hemos dado cuenta de que nuestros vecinos de bloque y de barrio son tan humanos como nosotros y no esos seres conflictivos de las jodidas reuniones de vecinos...
Además cometemos los mismos errores que cometemos cada navidad y año nuevo: buenos propósitos de enmienda que nos harán ser mejores, ser respetuosos y ser tolerantes además de mirar por el bien común, no ya de nuestro terruño, de todo el planeta. Y además, gratis, incluso perdiendo dinero...
La ciudad late como hibernada pero ahí fuera personas como nosotros se baten el cobre mientras los demás maldecimos y tratamos de hacer catarsis aprovechando las nuevas tecnologías a base de consejos en vídeos caseros y soflamas de combate en las redes sociales. Somos así, sólo cuando perdemos algo es cuando lo valoramos y así nos va, siempre a punto de perder todo pero, cuando la pérdida se hace realidad, unirnos como nunca, siempre...
Es lo malo de conseguir lo que se desea, que hay contrapartida ya sea en forma personal o colectiva, siendo el precio de disponer de nuestro deseo, los muertos y de rebote contagiarnos...
La vida, siempre, nunca es más hermosa que cuando sientes el frio aliento de la muerte en la nuca.

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sábado, 28 de marzo de 2020

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre


Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

SUPERVIVIENTES 2020: Cristian expulsado por culpa de su hermana, siguen bien cebados toda la semana, pierden la pesca al perder la barca y Fany a la Flores se agarra estando como está nominada, con Ferre, esta semana

No sabemos si será cosa del coronavirus pero esta semana se han ido a freir espárragos todos nuestros pronósticos. Primero no se suspendió la emisión por razones de pandemia mundial y después expulsan a nuestro jamelgo favorito contra todo pronóstico de nuestro corredor de apuestas. Por si fuera poco rara esta edición, las galas sin público en plató, la prudencial distancia entre colaboradores y colaboradoras, que el Jorge Javier parece prepitopáusico llegando el pasado jueves a la desfachatez de hacer un monólogo para gastar minutos, actuando de forma pésima como pésimo actor que parece ser viendo sus actuaciones; todo ello junto y revuelto por obra y gracia de la Sofía y la Gloria Camila hacen una edición descafeinada pero que ha salpicado al concurso, a los concursantes y a nuestras apuestas...

Cristian, navarro indómito como indómito súbdito del indómito último reino ibérico en incorporarse al Reino de España, honesto rayando en la majadería y de curioso recorrido neuronal; estaba siendo estigmatizado por sus compis y nominado semana sí y semana también pero siempre salvado el primero por la audiencia. Como concursante es, junto al cuchufletas del José Antonio Avilés, el animador de esta edición. Su paso como dios de la isla ha sido de antología, sus razonamientos científicos como que las ascuas se vuelven fogata con los rayos del sol y sus mosqueos con el periodista nos habían ganado por la misma razón que Forest Gump fue un éxito de taquilla. Y la culpa de su expulsión no ha sido otra que su propia hermana completamente jimenizada y de verborrea insultante con razonamientos de patio de instituto. Una pena de un chaval que a veces da pena, otras causa hilaridad pero que siempre sorprende...
¡Pero más burro que un arao!

Han pescado pero están de una supervivencia muy comodona donde cualquier excusa es buena para escurrir el bulto y pueden dedicarse a tramas de convivencia tipo correveidiles y una Rocío Flores que en cuanto se entera que hablan de ella se pone en plan detective Colombo y no para hasta que se descubre la verdad. Fany se ha pegado a ella la muy ladina, y en ocasiones ladilla, logrando librar hasta ahora de un par de renuncios que podían haber mandado al traste el buen rollito con la Flores. Es una estrategia tan válida como cualquier otra otra y además estás el pupas del Nino que acaba siendo la víctima de estas dos arpías que lo mismo sirve para acusarle de traidor que de ladrón. Es tal la desidia general que les dieron diez minutos para subirse a la barca a pescar y entre desayunar y atusarse la barca partió sin pescadores. Y eso que el Ferre discutía sobre la cuadratura del círculo por poca especificación de los tiempos para ocupar la barca...
¡Ya sabemos lo de llevar gorra a qué se debe: se le evaporan las neuronas si expone el cráneo a los elementos climáticos!

Nominados la Fani y el Ferre. Apostamos que sale la gorra pegada a un cuerpo y que Fani sigue porque da trama y minutaje. Ha sido la unificación de las islas donde por arte de birlibirloque los expulsados concursan de nuevo.
La cosa está anodina, las tramas las estiran como chicle porque sólo hay una que es las dos arpías y el resto. Movidas de acusaciones de comer a escondidas que justifican que estas dos señoras devoren a su antojo en venganza y soliloquios de la Rocío Flores con la bendición de Lara y Jorge Javier aunque Sobera y el Jordi no son mancos dando cancha a la Flores. De momento la cosa sigue y lo más emocionante es si la Aldón se encoña con el Pavón para pavor de su marido...
¡Pero que alguien diga a Jorge Javier que vuelva a ser presentador y no actor!

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viernes, 27 de marzo de 2020

"Bits a bits", suplemento videoconsolador


Una sección de Kitapayá en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Videojuegos para un confinamiento domiciliario

Hay que poner al mal tiempo buena cara y ahora que toca confinamiento domiciliario es el momento ideal para volver al vídeojuego. Seguramente la infancia y juventud de la casa ya están jugando y puede que miréis con temor sentarse a probar el mando porque hace décadas que no cogéis uno. Para ello os propongo una manita de títulos, por supuesto junto a los tratados hasta ahora en la sección, donde creo que podréis hacer una transición tranquila y volver a recuperar aquel gustirrinín de cuando eráis protagonistas de la prehistoria del videojuego. Títulos sencillos donde no hay deportes, me parece absurdo proponeros un simulador deportivo que os hará recular por falta de comprensión del manejo del mando...

Lo primero, dadas las circunstancias, recomendaros el PSNow, una vídeoteca por suscripción que se puede cancelar en cualquier momento y por donde diez aurelios al mes disponéis de una catálogo de títulos donde amortizáis de sobra el gasto. Hay títulos de todas las épocas y sirve para descubrir cómo ha evolucionado la industria en cuanto a gráficos y narrativa visual. Los títulos que os propongo están todos disponibles en dicha videoteca y se puede jugar por transmisión en línea o bien descargar el juego. Es una buena inversión y por otra parte está todo cerrado y una suscripción anual no es recomendable por cuanto que una vez termine el confinamiento domiciliario hay que volver a la rutina laboral donde se juega menos, o nada, y es tontería pagar por un año cuando se tiene de sobra pagando mensualmente y cancelando la suscripción cuando se considere conveniente.

Comenzamos en la prehistoria, para que os resulte familiar el entorno de juego, y para ello dos representantes de dos épocas. El primero, no podía ser de otra manera, son dos títulos donde se reúne a los míticos títulos de la no menos mítica consola o sistema ATARI. Falta E. T., ya lo advierto, pero están casi todos y puede que os haga derramar unas lagrimillas de nostalgia volver a ver los mandos de la consola y ver aparecer gráficos que son ahora arcaicos pero que os harán sentir una agradable y confortable sensación de reencuentro. No hay que obviar el diálogo intergeneracional donde podéis dar la brasa y la turra a las y los más jóvenes de cuando eráis tales...

Super Starswars tiene el encanto de que en su lanzamiento colmó la ansiedad de cientos de miles de jugadoras y jugadores y sació la gana de más que se quedaba en el ánimo al acabar la película. Visto ahora por las generaciones digitales es casi una pieza de museo, pero también el salto a un peldaño más en la evolución de la industria. Os servirá para afianzaros en el manejo del mando y perder el miedo. Recordaros por otra parte que es bueno para la salud videojugar, se trabajan los reflejos, la coordinación y se logra evadir la mente además de ser una alternativa de entretenimiento que estando confinado siempre se agradece y destacar de nuevo el diálogo intergeneracional que puede llegar a sorprenderos gratamente...

Hecha pues la transición y haber quitado algo de herrumbre a las neuronas, llega el momento de dar el salto a la actualidad. En el mundo del videojuego, el factor edad pierde sus connotaciones de degeneración física y orgánica permitiendo que nuestro avatar se enfrente a la máquina o a otros usuarios y usuarias. Si además se busca el diálogo intergeneracional, que mejor que hacer equipo con el nieto, sobrino, hijo u suegra incluso, el título es Fortnite, que os servirá para coger los rudimentos de los juegos de disparo, manejar al personaje en tercera persona y disfrutar viendo como una inocente criaturita encantadora se convierte en un perro de guerra mientras os ladra órdenes. Ideal para jugar en dúo pero también en solitario sin grandes complicaciones. Eso sí, si os ponéis a comprar todo lo que ofrece, puede ser una auténtica hipoteca.

Seguimos con los tiros y un título de frenesí de batallas, tiros y explosiones como es DOOM, ideal para soltar adrenalina y estrés en una batalla contínua donde los momentos de descanso sólo dan para reponer munición y armamento antes de que comience otra ensalada de tiros. Es disparo en primera persona, ideal para cogerle el gusto y lanzarse a empresas mayores. Y para terminar el género una extensión de un título que a mí personalmente me encantó y me pasé mis buenos momentos. Se trata de una extensión de Metal Gear Solid V
que lleva por título Ground Zeroes que se hace corto y recupera el buen sabor de boca que ya nos había dejado cuando lo jugamos.

Finalizar las propuestas con un auténtico simulador de conducción como es ASSETTO CORSA que os hará pegaros a la silla y una inmersión completa. Circuitos y modelos que son auténticas réplicas digitales y donde hay que coger pericia y aprender a conducir el coche como en el mundo real. No es el típico juego de mantenerse dentro de los márgenes de la pista y tal, hay que concentrarse y estar atento. Sólo os diré que en mi primera toma de contacto y acostumbrado a otros simuladores donde la pericia y habilidad es más sacar jugo al mando, estuve parado en boxes casi hasta la desesperación porque no se movía el coche y era que hay que utilizar las marchas. Cada modelo y circuito tiene su idiosincrasia propia y os servirá para sacudiros el mono de no coger el volante...

Así que ya no tenéis excusa posible del tipo edad, no tengo tiempo, es algo infantiloide o simplemente que os da canguelo inconfesable. Coger el mando, dejaros guiar y orientar por las y los peques y a videojugar que hay tiempo de sobra y así tampoco se agobia al resto de confinados. Por supuesto está el aliciente de jugar en línea, pero antes de lanzaros al ruedo es mejor adquirir los rudimentos de los sistemas actuales aunque os llamen prehistóricos, lucirlo con orgullo y demostrar que quien tuvo, retuvo. Porque como siempre os digo:
¡Quien no se consuela es porque no videojuega!
 
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jueves, 26 de marzo de 2020

DIARIO DE LA GUERRA DEL CORONAVIRUS por A. Nónimo

Viernes 20 de marzo

No termino de acostumbrarme a levantar la persiana y no ver el trajín del barrio. No hay nadie en las calles y parece como si no hubiera nada en las mismas, pero hay edificios que era hervideros de vitalidad y ahora sólo parecen querer recordarme que estamos en guerra...
Trato de seguir una rutina pero soy consciente de que cada día la relajo un poquito apenas perceptible en circunstancias normales, pero es como si me pusiera un disfraz para representar una función en la que interpreto a un tipo haciendo vida normal...
No andar en pijama.
No estar todo el tiempo ocioso.
No compartir zonas comunes.
No...
¡NO!
Saboreo el café mientras miro un paisaje donde se ha detenido el tiempo durante la mayor parte del mismo, parte de una postal que muestra una imagen estática y mi mente, por alguna extraña razón, recuerda fotos que he visto a lo largo de mi vida y soy consciente por primera vez de que una postal donde se ve un trocito de ciudad esconde tras las ventanas que también se ha detenido la imagen en las vidas de quienes sin salir su imagen sí forman parte de la foto porque han quedado sus vidas atrapadas un instante...
Dejo de divagar, esos pensamientos llevan a otros y en la actual circunstancia de confinamiento y ambiente bélico puede ser letal para la salud psíquica. Miro la prensa digital. Me he propuesto que dentro de la rutina de confinamiento dedicar tiempo a enterarme de cómo va la guerra y contrastar la noticia en los distintos medios. Sin embargo, cojo el periódico una vez al menos por la semana y nunca lo leo en el día, dejo lectura para el día siguiente. Ni siquiera Internet es capaz de anular los rigores de la situación y la información, a medida que se reduce la actividad, cada vez muestra más titulares donde la guerra es la protagonista y la información es en cierta forma intervenida por el bien general de seguir las directrices del Gobierno...
El despliegue militar sigue los tiempos pese a que las y los políticos nazionalistas braman quejas y escriben a la Unión tachando a España de todos los males que asolan sus mentes. Los muertos suelen ser quienes muestren la cruda realidad en los inicios de una guerra, cuando marchamos como héroes a la batalla. Es tal el nivel de cretinismo que aflora con la situación de guerra que sólo individualmente engrosando al colectivo se podrá superar cuando todo esto termine los daños de la demagogia barata y electoralista. Los muertos, las cifras, dicen que estamos en plena ofensiva enemiga y los discursos nazionalistas suenan terriblemente ajenos a todo salvo para quien los vocifera y patalea, indiferente a toda soledad de confinamiento, dirigiendo masas que sólo existen en sus cabezas que dejarán de obedecer las directrices para ganar sus pendencias...
Hago un par de llamadas, necesito sentir una voz que no sea la mía.


Sábado 21de marzo

Me quedo un rato bajo el grifo de la ducha. Me acosté y me he levantado con pensamiento incordiante taladrando mi cabeza: ¿dónde me cortaré el pelo?
Tomó el café mientras miro por la ventana las calles desiertas, ni mascotas paseando a sus múltiples dueños. Cada día añade un matiz nuevo al confinamiento, hace dos días casi no había gente y ahora la añoras como si hubiera sido una multitud. La radio escupe el parte de bajas y heridos. Las bajas en esta guerra son iguales que en todas las guerras, son los muertos. Los heridos somos todos en mayor o menor grado siendo los contagiados los más graves en una escala que termina con las heridas psíquicas que produce el confinamiento...
Mañana serán más de 20.000 los heridos y camino de dos millares de bajas. El Ejército sigue su despliegue y un cretino en Cataluña ordena a sus fanatizados votantes que tosan a la cara de las tropas. Estúpido, ese concejal y su grey son un hatajo de estúpidos que aún hacen demagogia porque no sienten el aliento de la muerte...
He salido al kiosko por el periódico. Tener entre las manos el periódico es una de las cosas que aún reconfortan, como ayer al bajar la basura y encontrar una carta en el buzón. Los kioskos con su prensa y Correos con sus repartos te refuerzan en creer la propaganda de guerra de que todo esto es pasajero, que seguirá la vida como siempre, como antes. A mí me reconforta mucho y merecen aplauso el gremio del kiosko y los funcionarios de Correos que están en primera línea, expuestos al contagio y al igual que los liquidadores de Chernobil hacen su tarea, a veces como hoy el kiosko es un lugar donde sientes calor humano pese a las distancias de seguridad, hay algo en la liturgia de pedir el periódico, la sonrisa de la kioskera...
Pero vuelves al portal y regresas al confinamiento. Sigue la guerra de carteles particular entre vecinos y han destrozado la que uno utilizaba de estática casera en el amplio bajo comunal. Se la han dejado hecha unos zorros y ahora hay un cartel que reta al autor a realizar el mismo destrozo en el resto de bicicletas recluidas con la suya, ahora destrozada y yacente en el suelo. Mientras regreso a casa en el ascensor pienso que estamos ante una situación potencialmente explosiva dado el conjunto de factores como son el confinamiento y el aislamiento inherente que tiene tiempo de sobra para pensar en bucle. No quiero imaginar que se encuentren en la escalera tras retroalimentarse con pensamientos de odio mutuo. Las pendencias de mis vecinos y la orden de escupir a los soldados que apoyan los esfuerzos civiles me hace pensar si fue así en la Guerra Civil en la retaguardia...
Las imágenes del ejército italiano sacando cadáveres del frente de combate en Lombardía me causan congoja. Esta fase de la guerra es la de nuestro oponente en plena ofensiva mientras la industria se adapta a la producción para el esfuerzo de guerra. Da la impresión de que cada día nos deparará un susto más...
Miro los anuncios de la televisión, macabros como las máscaras de carnaval en la oscuridad, casi tétricos anunciando cosas que no podemos comprar, como si alguien allá afuera siguiera como si no pasara nada, como si no hubiera estallado esta guerra. Supongo que forma parte del plan para mantener alta la moral en la retaguardia, para que no olvidemos que en cualquier momento encontraremos el remedio y saldremos del confinamiento a consumir como hace una puñetera semana...
Es la segunda vez que parece, que siento, que me he levantado en el mismo día en el que me levanté ayer, no hay movimiento en las calles y parece como si se hubiera detenido el espacio tiempo fuera de la ventana...
Me siento plof.


Domingo 22 de marzo

Ha prorrogado el estado de alarma otros quince días. En menos de veinticuatro horas el Presidente ha salido en televisión. El lenguaje bélico es total y la lista de muertos y contagiados es terrible. Poco a poco hay que mentalizarse de que estamos en plena ofensiva del coronavirus...
Me alegra el día ver que los gobernantes populistas de Reino Unido y EEUU no saben reaccionar, no es lo mismo entablar guerras comerciales, levantar muros con cimientos de demagogia y jugar a los naipes con la geopolítica mas sucumben ante la realidad de la guerra. Espero que se hundan con un montón de cosas que han creado...
Parece que no soy el único que espera que el día después se aborden los temas que importan y no los que marque la demagogia y la política partidista. De la muerte surge la vida y sé que el mundo que comenzó la guerra no será el mismo que la finalice, pero habrá que estar a la altura.
Miro las calles vacías y me pregunto si las aves presienten que ocurre algo al no haber humanos en el asfalto. Parecen los amos del mundo mientras nosotros somos seres vivos encerrados en sepulturas, como si los edificios fueran nichos, tumbas y panteones, pero hay vida en su interior...
Las redes sociales comienzan a llenarse de noticias dudosas y se sigue aprovechando para hacer política pero es una herramienta social que mitiga el confinamiento y se promueven ánimos, soflamas y pensamientos...
Son las ocho de la tarde y oigo el homenaje diario que se filtra por el cristal de la ventana mientras la televisión escupe imágenes de las tropas de choque cantando y dándose ánimos. No son jóvenes soldados bebiendo y celebrando seguir vivos un día más, son ciudadanos´soldados que a diario se enfrentan al sacrificio personal, la falta de suministros, el aumento de contagiados y clasificar a los muertos que se entierran como en la guerra en soledad, con homenaje colectivo pero muertes sin nombre salvo para los familiares. Son tropas de toda edad y condición que sufren sus propias bajas y ya se moviliza al gremio sanitario en todas sus ramas...
Esta es nuestra guerra, la que entierra en su sitio en la Historia a la Guerra Civil. No habrá que enarbolar banderas caducas sin importar el color, tan caduco como las banderas. Nuestra guerra es del siglo XXI, es planetaria y es como especie. Ya nadie podrá acusar a nadie en base a lo sucedido hace casi cien años, seremos veteranos que nos reuniremos en los homenajes que se hacen cuando retorna la paz...
Algo me aterra antes de tratar de dormir, repiten machaconamente que esto durará poco, como en 1914 donde partían al frente entre vítores y homenajes para volver en Navidad, pero no volvieron los que volvieron hasta 1918.
¿Sentirían la misma congoja ante un calendario desconocido al ver que era Navidad y seguían combatiendo?
¿Sentiría la retaguardia la añoranza de la rutina diaria y con la casi certeza de que nada será igual?
Mañana es lunes, eso dice el calendario porque la sensación ni es la de un domingo ni será la de un lunes...
Es comerse la cabeza.


Lunes 23 de marzo

Nunca se me pasó por la cabeza que ser despertado por el ruido de maquinaria de obra fuera una bendición. Es lo que he sentido esta mañana, hay una obra por lo visto a pocas calles y el eco trae su ruido, puro sin contaminación de ruido de tráfico, trajín de personas y resto de ruidos ambientales que se funden funden en uno solo, como si ese ruido de maquinaria lograra que haya despertado en un día normal y cualquiera...
El parte de bajas y contagiados es brutal y en Madrid las funerarias no dan a basto y han habilitado un palacio de hielo, una instalación que permite mantener los cadáveres sin putrefacción. Tal vez me lo esperaba viendo lo sucedido en Italia y noto ya cierta insensibilidad en cuanto a las muertes. Supongo que aceptar la guerra es aceptar la muerte. Aún esperan si incinerar o enterrar, el siguiente paso de manual será que no habrá ya remilgos y se impondrá la realidad con lo que la incineración será inevitable para todos y todas...
Llega la hora del homenaje colectivo diario. Es puntual y cada vez se asoma más gente y aplauden. También encienden y apagan sus móviles y se ve el horizonte urbano con destellos a distintas distancias y alturas. Mi mente se ha acordado de escenas de películas donde el escenario era un mundo post nuclear tras la guerra nuclear. Recuerdo el final de la tercera de Mad Max donde al final se ve la ciudad de Sidney y se distinguen en la oscuridad de la noche las siluetas de los edificios donde unos puntitos luminosos son en realidad hogueras de los habitantes que encienden de noche mientras se cuentan la historia de cómo llegaron allí...
Veo las noticias y no acabo de comprender que una casta de salvapatrias catalanes haya estafado así a sus votantes y sigan haciéndolo incluso en plena guerra. Llevan desde 2012 acusándonos de todos sus males y puedo entenderlo porque vivíamos unos días extraños donde la Unión Europea parecía resquebrajarse y el mundo levantaba fronteras y muros que creíamos derribados. No sé en qué punto esta casta de vividores de la demagogia se pasaron a ser nazionalistas donde nos acusan de franquistas y fascistas cuando sus métodos son nazis, su propaganda es nazi, su engaño a sus votantes es nazi y su odio es nazi. Ahora es que les encorsetamos y perjudicamos que tengan atención apropiada. ¿Qué necesitan para comprender que esta guerra no distingue y sólo la España que se hace tal en las desgracias y tragedias puede vencer en una batalla que forma parte de una guerra mundial? Tal vez necesiten el hedor de la muerte en las calles como en la Edad Media. El nazionalismo catalán sabe que se van a ahogar en su misma mierda y tratan ya de desviar la atención echándonos la culpa al resto...
Ahora sale el inefable Presidente de Cantabria y su letanía, no por sabida, deja de ser suave nana que mañana es otra vez hoy...
Pero cada vez me duermo más tarde.


Martes 24 de marzo

Me he levantado pronto con un montón de propósitos pero, tras desayunar y ojear la prensa digital, me he tirado en el suelo a ordenar cajones siempre desordenados y me he encontrado con viejas fotos. Hay seres ausentes de este mundo y esta guerra biológica mundial. Por momentos he olvidado el presente y he viajado al tiempo retenido un instante en papel, pero finalmente el cajón ha quedado tan desordenado como siempre, como si alterar su contenido fuera alterar la paz de los ausentes...
Empiezan a utilizar la pandemia en distintos lugares del mundo: los chinos que fueron los americanos, los americanos que fueron los chinos y que fueron los americanos según Irán y el bolivariano amado líder. Es una pena que los muertos ya no puedan escucharle, seguro que les gustaría saber quién fue el causante. Aquí hemos llegado a los 40.000 contagiados y el Ejército cada vez tiene más trabajo. Algunos catalanes les reciben con caceroladas pero forma parte de la soldada y mejor que hagan ruido a que los entierren en solitario como a las víctimas de esta guerra...
Me cuesta entender a la ciudadanía británica, entiendo que se aislaran de las medidas de la UE porque no quieren formar parte, pero da la impresión de que Reino Unido se precipita a una tragedia de víctimas. Se habla poco de África y se hacen cábalas comparando el confinamiento en China, su duración, para extrapolarlo a España e Italia. En cualquier caso será más de un mes...
Brilla Venus en el cielo y, por alguna razón, me siento reconfortado.


Miércoles 25 de marzo

En semana y media, la ciudadanía estamos aprendiendo el oficio del soldados: sacrificio para enfrentarnos al contagio y las muertes, fortaleza para no desfallecer ni en la retaguardia de los hogares confinados ni en la tropas que día a día combaten el virus, disciplina para acatar las órdenes de la autoridad, voluntad para saber que saldremos victoriosos, tesón para superar la adversidad y adaptarnos al terreno del campo de batalla, esperanza en los superiores y fe, ya sea en el Sistema o en dioses, certeza de que sobrevives o mueres...
Mientras aumentan las bajas y los contagiados, la propaganda trata de animarnos con que el pico máximo está próximo. Ya no es cuestión de creer, es disponer la información y ésta no informa del final del principio...
En La Línea, las guerrillas urbanas del narcotráfico lanzaron cócteles molotov a la policía, no querían a unos contagiados que se les trasladó a una residencia de las inmediaciones. A la vez, se advierte a la buena ciudadanía de que si ven comportamientos en contra de las normas de confinamiento y aislamiento social se llame a la policía y nos abstengamos de tirar huevos. Hacía días que no me reía, no sé porqué este aviso de los huevos lanzados a infractores ha despertado mi hilaridad, pero me he reído como antes de la guerra. País de paisanajes, supongo.
He salido a la compra. La cola era pequeña y el ritmo fluido, sin las escenas de la semana pasada. He tardado más en la cola de la caja que en la de entrada. Somos obedientes y nos miramos unos a otros como pidiendo disculpas en silencio cuando hay que distanciarse. Hasta me he encontrado con un vecino, todo maqueado con mascarilla de las resultonas y guantes azules. Parecía algo perdido buscando en los estantes, pero nos saludamos. Fue sentir calor humano que no sea a través de cachivaches digitales o llamadas telefónicas.
Se oyen clamores de cesar la actividad económica, una argucia política para poder acusar del antes, durante y el después de la gestión de la pandemia y la conducción de la guerra en el teatro de operaciones español. Dos semanas más de confinamiento y se les aclarará la mente...
Cuando iba al supermercado, con la calle vacía, los coches aparcados parecían preguntarme con la mirada imaginaria de sus faros apagados que dónde estaban las dueñas y dueños. Pero los coches no sienten, son máquinas y aunque ahora seamos máquinas de matar para que no nos maten, seguimos siendo humanos, al menos eso quiero creer.
Suena Dream a Little Dream of Me interpretado por The Mamas & The Papas y por unos instantes se para el espacio tiempo...
Me cuesta dormir cada noche un poco más, pensamientos desordenados, puede que angustia...
Pero sólo es miedo.

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