The Adversiter Chronicle

sábado, 5 de marzo de 2022

"Memorias de La Transición", por Antón Rendueles

Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

OTAN

Veo en la pantalla del televisor los estragos de la guerra en Ucrania por la invasión a gran escala de tropas rusas sobre el citado país. Las imágenes en blanco y negro de la invasión de Polonia en 1939 y de Varsovia atacada por la aviación nazi han cobrado nueva vida en un nuevo escenario bélico, en una nueva ciudad y en color en tiempo real. Nunca escuché historias en mi círculo familiar sobre la guerra. Sólo mi abuela materna me comentó una vez que le pregunté que recordaba ser niña corriendo asustada de la mano de su hermano pequeño y de su madre intentando escapar de los bombardeos. Los siguientes recuerdos son de posguerra, apagando luces y quedando a oscuras cuando sentían a los visitantes nocturnos que entraban en las casas y se llevaban a alguien que tardaría en volver y alguno que no volvió jamás...
Recuerdo guerras vistas por la televisión, guerras lejanas en Centroamérica, en Camboya y un día en Afganistán, con aquella URSS que era una incógnita en su mundo comunista imperial, pero nunca sentí el miedo de vivir una guerra...
Se montó un gran jaleo con el tema de la entrada en la OTAN después de que Felipe González ganara las elecciones para el PSOE prometiendo, entre otras cosas, 800.000 puestos de trabajo y salir de la OTAN, donde habíamos entrado deprisa y corriendo antes de las elecciones. Supongo que estaba expuesto a la propaganda de Occidente frente a la URSS, o tal vez que me gustaba leer y ver documentales comprendiendo a temprana edad que estaban los soviéticos y estábamos los capitalistas en una amenaza constante del conflicto nuclear. Siempre me gustó la conquista espacial, sabía a grandes rasgos las personas de von Braun y Korolev, los padres de la conquista espacial cuyos cohetes también servían para llevar ojivas nucleares. Era imposible querer saber de la conquista espacial y no empaparse de la II Guerra Mundial, así que cuando llegó la polémica de si OTAN Sí u OTAN NO, me pareció que permanecer era una buena opción. Admiraba a Rusia y su historia, supongo que me fascinó en cierta forma como España y Rusia frenaron a Napoleón y que ser extremos de Europa, la lejanía y la diferencia como naciones nos hacía en cierta forma hermanos...
Me he dado cuenta de que aquella Rusia que desembocó en la URSS era tan enigmática en este lado del Muro de Berlín como descubro que es la Rusia bajo el régimen de Putin, aislada del exterior, reprimida en el interior y exportando la guerra sin motivo más allá de un nacionalismo nostálgico de la grandeza imperial zarista. Hicieron una revolución para escapar del yugo del Zar y la mansedumbre, cayeron en el totalitarismo comunista, sacrificaron millones de vidas luchando contra el fascismo nazi y aprendieron lo que es la derrota en 1989. Y ahora sólo cambia la tecnología, que lejos de hacer sociedades libres es utilizada como mordaza para conducir a un pueblo a la guerra contra una nación hermana y engañando a su ciudadanía con eufemismos como fuerzas de paz, operación militar especial, el nazismo que gobierna Ucrania...
Siempre me sentí afortunado de vivir en una era de paz, sí que había guerras lejanas, ajenas y casi hasta exóticas, pero nunca tan cerca...
Soñaba ver a la Humanidad volver a pisar la luna, una nueva carrera espacial que en realidad será nuestro primer paso a un futuro que ahora suena a delirio como antaño era delirio creer que habría artefactos que nos permitirían comunicarnos en tiempo real con imagen y sonido...
Nada une o destruye más que una guerra, incluso hay quien opinaba que una guerra en Europa cada veinte años era saludable. Los populismos de izquierda y de derecha, los nacionalismos y las palabras altisonantes han pasado a tener la importancia real que tienen en realidad: ninguna porque la guerra es real, está aquí. Y aunque no se involucre la OTAN, tarde o temprano habrá enfrentamiento si es que Rusia no se libera del yugo del régimen de Putin. En 1936 la inacción de las democracias ante la agresión fascista en España y en 1938 cediendo a las pretensiones de Hitler fueron duros aprendizajes que casi un siglo después tenemos que aprender y recordar. La OTAN es necesaria porque es el baluarte armado de las democracias, con sus defectos y sus injusticias, pero siempre mejor que cualquier otro sistema alternativo. Rusia no es Putin, pero la democracia sí es la OTAN...
Rezó por nuestras tropas y por el pueblo ucraniano y el pueblo ruso. Ya no me importa ser incinerado nuclearmente, al menos no tanto como en aquellos días de guerra fría que se calentaba en guerras lejanas. Quisiera envejecer y vivir, disfrutar de las cosas como siempre hice, soñar con futuros, añorar lo ido. Pero es mejor ser conscientes de que ahora, en Ucrania, el totalitarismo ha cogido nuevas energías retrocediendo a ciudades asediadas, invasiones militares avasallando naciones vecinas, imponiendo el lenguaje de las armas a la diplomacia y la cooperación internacional...
Si Rusia no es capaz de vencer a la tiranía que la oprime, sólo la OTAN podremos pararle y puede que entonces sea demasiado tarde para toda la Humanidad y la Luna siga siendo ese sueño con el soñaba y que nunca llegó como tantos sueños arrebatados en tantas guerras precedentes, quién sabe.
Antón Rendueles

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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