Una sección de
Palomino Gargajo Bilioso
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
Cambio de liderazgo en
el Partido Popular y agresión militar de Rusia a Europa
El
principal partido de la oposición en España pasa por una crisis
interna, también de liderazgo, donde el detonante al repudio
político a quien aún es su líder el señor Pablo Casado en
beneficio del presidente de Galicia el señor Alberto Núñez Feijóo
con acreditado pedigrí político de victorias electorales,
experiencia de gobierno y armas dialécticas capaces de presentar
argumentos, respuestas y alternativas en el Congreso de los Diputados
al presidente del Gobierno, señor Pedro Sánchez. Porque, por
desgracia para todos, el señor Pedro Sánchez, los portavoces
independentistas, PODEMOS y VOX nunca han tenido en Pablo Casado un
antagonista que les presentara batalla dialéctica y argumental en
las intervenciones parlamentarias. Ha sido endeble su gestión como líder de
la oposición en tiempos históricos como han sido, siguen siendo,
estos tiempos de pandemia mundial y por obra y gracia del señor
Putin la cosa se ha complicado aún más con una guerra de conquista
territorial rusa en Europa donde Ucrania es la primera víctima como
antes lo fue España en la génesis de la II Guerra Mundial del
fascismo y el totalitarismo nazi en 1936...
Pedro
Casado, joven prometedor en el organigrama del Partido Popular, salió
elegido líder del mismo por diversas circunstancias que poco tenían
que ver con un proyecto político. Elegido como mal
menor ante la fragmentación entre Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz
de Santamaría. Joven, moderno y aire de juvenil política, era capaz
de dar batalla estética a los entonces mediáticos Pedro Sánchez y
Pablo Iglesias. Sin embargo carecía del dinamismo televisivo de
ambos, especialmente en el caso del que era líder, su sombra
política sigue siéndolo, de PODEMOS. Por si fuera poca dificultad,
sus compañeros de partido la presidenta de la Comunidad de Madrid y
el alcalde de la ciudad siempre parecían estar más capacitados, más
preparados y sobre todo con más madera de liderazgo. Que el
detonante sea un caso de fontanería política sólo ha acelerado un
proceso de cambio de liderazgo que la mayoría del partido y sus
dirigentes se resignaban a que fuera el calendario electoral quien
pusiera las cosas en su sitio en forma de otro mal resultado que
precipitara el cambio de liderazgo. Pedro Casado cae víctima de su
bisoñez, deslealtad dentro de su organigrama y carencia de liderazgo
efectivo de cara a la opinión pública. En lugar de anunciar cambio
de sede tras la debacle electoral en Cataluña o decir palabrotas
como argumento en el Congreso, no supo transmitir un mensaje de
esperanza a sus votantes, de credibilidad a los indecisos y de líder
a los votantes desencantados por mucho que ahora le lluevan loas como
epitafio por los mismos que lo han defenestrado. Pero lo cierto es
que hacía falta un cambio de liderazgo y el señor Núñez Feijóo
concilia y une al partido.
La
Unión Europea deja atrás la niñez y la adolescencia para despertar
merced a la política imperialista del régimen del señor Putin en
Rusia. Un despertar brusco que devuelve Europa a la realidad
sangrienta, cruel y sin piedad de una guerra en el continente. Esta
vez no son lugares lejanos y tierras casi sin civilizar, es en
Ucrania y amenaza a la Europa oriental que formó parte del imperio
soviético hasta 1989. Técnicamente, la Unión Europea y la OTAN ya
están en guerra en campos de batalla como la inteligencia, satélites
y observación, la economía y, por supuesto, Internet. Esta guerra
que nadie esperaba ni quiere servirá para forjar un vínculo
transnacional del que la Unión Europea carece más allá de la
economía, la diplomacia y políticas comunes. Por el contrario, el
triunfo del imperialismo ruso llevará a la fragmentación y el
atraso social y económico. El populismo de la nueva izquierda
llamada progresista, el populismo independentista y nacionalista,
suenan lo vacíos que son cuando vemos los estragos de la guerra en
Ucrania que amenaza al resto del continente. Los vínculos del
régimen de Putin en la política europea y española ya son
innegables como medio de debilitar a los Estados miembros...
Hay que
irse a 1938 para encontrar a la ultraizquierda y la ultraderecha tan
descolocadas con la política de Rusia. Hay que ser ciego, fanático y populista para hablar de paz ante una agresión ajena a España y la
Unión Europea enarbolando pancartas y frases de museo. El señor
Putin en su megalomanía puede que haya vuelto a 1979, pero la
ciudadanía, de izquierdas y derechas, estamos en 2022 y Putin ha
lanzado a Rusia a una política de expansión territorial en Europa
por la vía de las armas y la agresión militar...
Así
de simple y así de complicado.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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