Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
FLAN DE HUEVO
Dentro
del mundo de la cocina industrial hay todo un submundo de un clásico
de la repostería como es el flan, ya sea en su modalidad de vainilla
o en la modalidad de flan de huevo que es tema del que versamos hoy.
Lejanos aquellos flanes del pasado siglo hechos en los fogones de
casa, el siglo XXI ha visto consolidarse al flan de huevo industrial
como un clásico de la dieta urbanita y rural. Por supuesto que hay
sibaritas para todo, pero el flan de huevo industrial o se ama o se
odia. Comentarios de alabanza se mezclan con comentarios de que ni es
flan ni huevo ni leches en vinagres, quienes consumen sólo de marca
o fanáticos de las marcas blancas, quienes gustan de consumir en el
envase y quienes prefieren servirlo en plato, técnica ésta de
verter el flan de huevo industrial en el plato que hace fracasar al
macho alfa cuando lo intenta...
-Aunque
hoy su consumo se ha industrializado y pasado a formar parte de la
dieta habitual, hubo un tiempo en que el flan, que no es más que un
plato de dulce que se hace mezclando yemas de huevo, leche y azúcar,
era todo un manjar que se consumía de manera puntual. La evolución
al flan de huevo industrial sólo añade aditivos, inherentes por
otra parte a todo alimento procesado industrialmente, como pueden ser
jarabe de glucosa y sal sabiamente combinados con ingredientes más
habituales como leche semidesnatada y huevo de gallina. Esto de la
gallina tiene su intríngulis porque no es lo mismo gallina ponedera
criada en jaula a criada en el suelo, detalles imperceptibles al ser
humano pero que repercuten en la calidad del huevo que, a fin de
cuentas, es el ingrediente base y principal del flan de mismo nombre.
Un flan de huevo industrial tiene los mismos nutrientes y calidad
como alimento que el flan de huevo casero. Además ya son más las
generaciones alimentadas con alimentos procesados industriales que
generaciones que no conocieron tales en su dieta desde la
incubadora. Una vez más, quienes tengan reparos y sean tiquismiquis
pueden agarrarse al viejo axioma gastronómico de que lo que no mata
pues engorda.
-¿Comer
directamente del envase o, como yo me dispongo a hacer, servirlo en
plato...? ¡Rediós, he perforado con el dedo el envase y se ha
desparramado!
-Es
que siempre se anticipa. Mire usted, la vida estresante y ajetreada,
el encanto que tiene en la infancia comer directamente del envase que
se perpetua en la edad adulta como comportamiento, y la simple y
llana comodidad de ensuciar la cuchara pero ahorrarse de fregar un
plato, hacen que la opción mayoritaria sea consumir directamente.
Pero aquellos yonquis del flan de huevo industrial, quienes en
realidad a la hora de comprar y seleccionar se fijan en el conjunto
del flan en sus diversos aspectos, sí valoran el caramelo líquido. La base es la misma pero las
diferencias se notan en el sabor, el caramelo y, fundamental
característica a la que nunca hacemos caso ni prestamos atención es
cómo queda presentado en el plato. Desde luego no hay que ser tan
gañán como usted y tratar de verter el flan en el plato presionando
el culo del envase. El envase es de papel aluminio y verter el flan
de huevo en el plato es una operación que debe estar coreografiada al
milímetro por el macho alfa cuando se pone a tareas que requieren
complicados cálculos mentales. La figura de la madre, de la
parienta, de la pareja e incluso de la suegra, son recurrentes si
queremos disfrutar de un buen vertido en el plato.
-¡No
es ser gañán, pero no creo que haya que ser ingeniero para verter
un jodido flan de huevo del envase al plato!
-¡Jajajaja!
¡Es usted un cachondo mental, Skizo´s, un cachondo! Lo que no se
puede ser es gañán y garrulo con el tema de verter el flan de huevo
industrial al plato. Un buen flan industrial debe poder sacarse del
envase con caricias de amante por parte del consumidor con la cuchara
o un cuchillo. Deslizarse sensualmente entre el envase y el flan, sin
promover deformaciones, uniforme la presión y la dirección sin
penetrar en el flan y sin perforar el envase. Una vez realizada la
operación, se levanta suavemente el envase con el contenido en
vertical sobre el plato, una ligara presión por distintos puntos del
envase lograrán que se vierta de manera uniforme y consistente en el
plato. Y es que consumir en el envase directamente puede privarnos de
la placentera visión del flan erguido sobre su base y coronado con
la altiplanicie caramelizada de color pardo. Si un flan de huevo
industrial falla en este aspecto del vertido y se descompone,
fragmenta o simplemente se hace añicos flaneros, no es auténtico
flan de huevo. Mucha culpa es de la hostelería que en los menús del
día ofrecen flan de huevo industrial de postre pero la presentación
y consumo es en el envase.
-La
industria del flan de huevo industrial ha logrado avances
impresionantes en el desarrollo y el sintetizar del caramelo
líquido, parte fundamental del flan y que en algunos grupos de
consumidores es vital a la hora de comprar el producto y puede
decirse en base a estudios científicos que en este grupo
determinado es comer el caramelo y no el flan propiamente dicho lo
que estimula su consumo. Puede haber flanes de huevo industrial de
diversas marcas que sepan parecido, tengan textura parecida y hasta
sabor semejante pero jamás el caramelo líquido de una marca será,
sabrá y parecerá igual al de otra marca. No es muy conocido por el
consumidor, pero el caramelo es el pedigrí del flan de huevo
industrial. Al imponerse el consumo directamente del envase se ha
perdido la esencia de coger un pedazo de flan con la cuchara y
mojarlo levemente en el caramelo que se derrama en el plato. Y es que
al consumirlo del envase el caramelo se consume lo último y como ya
hemos devorado el flan y estamos llenos más el miedo a engordar,
hace que muchas veces se desprecie el caramelo. Una pena porque se
pierde disfrutar plenamente del flan en su conjunto.
-¡Es
cojonudo, pero cojonudo si se consume de forma compulsiva y devorando
un paquete de cuatro u más diariamente, pero cojonudo! Consumido de
forma moderada, como una alternativa de postre es tan sano como
cualquier otro alimento. Otra cosa es que se añada nata o caramelo
líquido que unido a la ingesta compulsiva y de forma fartona se hace
indigesto. Pero para el colesterol y si se quiere morir de tal causa
es cojonudo sin lugar a dudas.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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