The Adversiter Chronicle

martes, 1 de marzo de 2022

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
La lista negra 
-Los espías nazis protegidos por Franco y la Iglesia-
Autor: José María Irujo
Editorial: Santillana Ediciones Generales, S. L.
Edición: Segunda edición, febrero de 2003

La propuesta de hoy es un relato apasionante sobre la historia de los nazis que al finalizar la contienda encontraron refugio y protección en la España de la dictadura fascista del general Franco, en deuda con la Alemania nazi por la asistencia técnica y militar que prestó a los sublevados tras rebelarse. Mientras Europa estallaba en un nuevo conflicto mundial, Lisboa y Madrid era un destino apasionante para diplomáticos y espías de ambos bandos. En el caso de España y debido a su amplio litoral, la presencia de funcionarios y agentes nazis era constante, encargados de recopilar información, propaganda a favor de las fuerzas del Eje así como preparar la logística para el abastecimiento de los submarinos alemanes. Tras la derrota nazi, cientos de alemanes buscados por los aliados, criminales de guerra y ciudadanos involucrados en la maquinaria exterminadora nazi, encontraron refugio y protección de las autoridades españolas y la complicidad de la Iglesia católica para lograr embarcar rumbo a Buenos Aires donde eran bien recibidos por el gobierno argentino...

José María Irujo Amatria (Pamplona 1955), licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, ha trabajado en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Desde 1996 ejerce en El País como periodista de investigación. Por sus investigaciones periodísticas, entre las que destaca el descubrimiento del caso Roldán, ha recibido, entre otros, los premios Ortega y Gasset, Javier Bueno (Asociación de la Prensa), Mariano José de Larra (Unión de Periodistas), León Felipe, Continente y el concedido por el Club Internacional de Prensa.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición, en Internet podéis encontrar más datos sobre el autor, como es habitual. Y sin más, unas breves reseñas que os inciten a la apasionante lectura de la poco conocida historia de los espías nazis protegidos por Franco y la Iglesia...

Max Hohenlohe-Langenburg...
Hohenlohe estaba casado con Piedita Iturbe, marquesa de Belvís, hija del embajador de México en Madrid, y única heredera de su madre, Trinidad, condesa de Parsent, casada en segundas nupcias. La condesa gozaba de una enorme influencia en los círculos más poderosos de la nueva España de Franco. Max y Piedita vivían con sus hijos en El Quexigal, una finca situada en Ávila en la que habían invertido mucho dinero para su reforma y ampliación. Aquel lugar era un remanso de paz y naturaleza que sólo rompían las fiestas y reuniones de aristócratas y empresarios de la época, en fuerte contraste con lo que ocurría en Madrid, que empezaba a reconstruir los barrios devastados por la artillería nacional y donde miles de personas pasaban hambre y formaban largas colas con sus cartillas de racionamiento en la mano. Pero aquel escenario de penuria que se vivía en Madrid no parecía inquietar a esta familia, que continuaba con su intensa vida social y viajaba por toda Europa antes de que estallara la guerra. Max era un hombre inquieto y emprendedor que, por sus negocios, tenía conexiones con los políticos más importantes de Occidente. Reinhard Spitzy, espía a las órdenes de Cannaris, y Hohenlohe se entendieron enseguida. Los dos tenían en común su formación burguesa y acomodada, eran cosmopolitas y en aquel mes de abril de 1942, se mostraban críticos con la política exterior de Ribbentrop. Además, a ambos les inquietaba la marcha del conflicto bélico.”

Testaferros camuflando empresas nazis...
El rey del wolframio, Franz Bernhardt no era el único testaferro de los nazis. El comerciante alemán y coronel de las SS se sirvió de una cohorte de notables miembros de la aristocracia española encabezados por José María Martínez Ortega, conde de Arguillo, que se convirtieron en sus socios y aceptaron gustosos el papel de hombres de paja de los intereses económicos nazis en España. Aunque Franco había aprobado en 1939 una ley sobre nacionalización de industrias que impedía que el capital extranjero superara el 25 por ciento de las sociedades españolas, personas conectadas con el régimen burlaron la ley y pusieron su nombre a disposición del imperio industrial de Hitler en España. Algunos colaboradores de Bernhardt, como el mencionado conde de Arguillo, se movían en el mismo ambiente social del Club Puerta de Hierro y las alfombras del Palace por las que Aline Griffith paseaba ya con gran desenvoltura en busca de cualquier información interesante para la OSS y tras el rastro del tapado de la Gestapo en Madrid. ¿A cambio de qué prestaron su identidad esta red de testaferros? ¿Sólo por su afinidad ideológica con el nazismo? Sin duda, lo hicieron a cambio de dinero y de la influencia que les podía reportar apostar por los que creían que iban a ser los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.”

Esquivando a las autoridades aliadas...
Spitzy sabía que no podía permanecer oculto siempre bajo el manto de la Iglesia. Llevaba más de tres años desaparecido y los Hohenlohe no podían hacer más por él. Había quer tomar una decisión definitiva: seguir en España como un topo en la madriguera o huir a Argentina, el país en el que estaban recalando numerosos agentes nazis. Argentina era una posibilidad: estaba gobernada por Perón, se acogía a los antiguos colaboradores nazis con los brazos abiertos y se hablaba español. El país suramericano era un escenario en el que, además, contaría con el apoyo del coronel Vélez, el antiguo agregado militar en Madrid con el que había trabado una estrecha amistad. Pero además de esas circunstancias, ¿por qué pensó Spitzy en Argentina? Desde que terminó la guerra, los Aliados sospechaban que los consulados argentinos en España facilitaban pasaportes a agentes nazis, a los que hacía pasar por nativos de Buenos Aires e hijos de alemanes. De esta forma podían conservar su nombre original. Su sospecha no iba mal encaminada, tal y como demostró en 1946 la declaración de Herbert Senner, un ex agente de la SD, ante el Consejo Aliado de Alemania. El espía arrepentido aseguró que había una red en Madrid organizada para llevar a Argentina a agentes alemanes perseguidos. Senner fue muy preciso y dio el nombre del responsable: Ramón de la Peña, un presunto agente que había trabajado para la Abwehr. Ayudó a 150 o 200 alemanes a huir a Buenos Aires desde Cádiz, entre agosto y septiembre de ese mismo año. En su tarea le ayudaba un tal Escat, un francés simpatizante de los nazis y director de la revista `Je suis partout´.”

Tumba española para un viejo SS...
El viejo Galler, ex comandante de un batallón de las Waffen-SS, murió a los 80 años de edad, en marzo de 1995, en este precioso pueblo alicantino. Pocas personas asistieron a su entierro y casi nadie sabía quién era este hombre de aspecto tranquilo y afable que paseaba con su perro por las calles de Denia desde que se instaló, a mediados de los años ochenta, en el número 45 de la calle Partida Florida, en una casa sencilla, en compañía de Elfe, su segunda esposa. Galler aparentaba ser uno de esos jubilados alemanes, austriacos y suizos -más de 10.000- que viven en esta localidad turística. Pero tras la apariencia tranquila de Galler, siempre paseando en compañía de sus esposa y de su perro, se ocultaba la historia inconfesable del principal responsable de una de las mayores matanzas cometidas por las tropas de Hitler durante la ocupación italiana. Su batallón protagonizó la masacre cometida en el verano de 1944 en el pueblo montañés de Sant´Anna en el que murieron asesinados 400 civiles, en su mayoría mujeres y niños.”

Lectura ideal para amantes de la Historia, espionaje y el papel poco divulgado que jugó la Península Ibérica en el transcurso y final de la II Guerra Mundial donde la neutralidad de España y Portugal propiciaba la guerra secreta de Aliados y fuerzas del Eje. Recomendable para quienes creen que ante la agresión militar lo mejor es el pacifismo de pancarta y que en una guerra no hay neutralidad cuando se sufre una agresión como sucede en Ucrania y el régimen de Putin. Ideal para lectura de vigilias nocturnas, mesita de noche o tiempo muerto en el estrés diario. Cuidadín con leerlo la suegra, que puede tener ocurrencias de espía para controlar la sopa boba...

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org





theadversiterchronicle@hotmail.es 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger