Hacía
tiempo que no me tocaba pringar de viernes, sin duda el mejor día de
la semana y posiblemente la mejor noche también...
Es
curioso, para quien puede, como cambia todo a partir del viernes en
la sobremesa. Fin del tajo hasta el lunes para el que falta una
eternidad desde la tarde del viernes...
Para
el que pringa, unos cuantos y unas cuantas, puede significar ajetreo
y trajín si están cara al público, de espera a que suene el
teléfono y haya que salir con la sirena encendida, de horas de
vigilancia donde nunca pasa nada y la soledad para quienes el fin de
semana les rompe su rutina diaria del cafelito con otros vejetes. La
infancia, alegre y juguetona que aparcan la mochila con los libros,
la adolescencia con sus planes de fin de semana...
Luego
está la guerra que no conoce de fin de semana y mucho menos del fin
de la guerra, mortal y destructiva donde sus días son todos el
mismo, el día en que se rompió la paz...
Lo
que tampoco se calma en fin de semana y viernes son los ánimos,
siempre encendidos para encender nuevas hogueras y soplar vientos que
mantienen encendidas las viejas convirtiéndose en voraz incendio que
nos calcina a fuego lento...
Lo
que yo no sabía, que quien cierra la Redacción el viernes le toca
pagar los cafés de la semana en la máquina de café, más bien un
engrudo que revuelve las entrañas pidiendo evacuación en los
momentos más inesperados e inoportunos...
Pero
un viernes, bien vale pagar los cafés.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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En
el universo de la comida industrial hay toda una constelación como
es la de los aperitivos que ha sustituido hace décadas aquellos
aperitivos de lonchas de jamón, trozos de queso y demás apetitosas
viandas de origen labriego. Pero la vida urbanita ha hecho de estos
aperitivos industriales un ingrediente casi imprescindible en nuestra
dieta y nuestra cesta de la compra. Y hoy el protagonista es el, sin
duda, duque de los aperitivos industriales como es el aperitivo frito
con sabor, y hay que decir que también pestazo, a queso. Lo mismo
sirven para entretener a la infancia, que para sesión de sofá y
series en jóvenes y adolescentes, aperitivo de entrada en
merienda-cena informal y un atractivo visual y sensorial, amén de
gastronómico, que despierta la curiosidad y nadie mejor para saciar
la misma sobre el aperitivo frito con sabor a queso que nuestro
asesor. Escogemos una marca de probado prestigio y experiencia en
aperitivos industriales como es la mítica Risi...
-¿Dice usted que este
aperitivo es sensorial, imaginativo...?
-Así
es, así es. Parece un aperitivo simple y sin embargo ya nos cautiva
sin quererlo la vista, con ese color anaranjado mandarina que
despierta gratos recuerdos en la psique profunda y nos predispone,
cuando menos, a fijarnos en qué es eso de color tan apetitoso. Fíjese
que el envase les pone unas gafas de sol y adquieren no una forma
humanoide, sino de zanahoria, de alegre zanahoria cantarina que
despierta nuestra empatía gustativa y la curiosidad de probarlo. El
mismo formato, una bolsa rectangular ni demasiado grande ni demasiado
pequeña, donde nos induce a pensar tras ver el precio que nos da al
menos para dos sentadas o tres no siendo tragaldabas. Como se puede
apreciar, y en cuestión de milisegundos, su sola presencia estética
y visual nos induce a probarlo se quiera o no.
-¿No
tiene algo de fálico?
-¡Jajajajaja!
¡Es usted un cachondo mental, Skizo´s, un cachondo mental!
¡Jajajaja! Mire, hablará por usted porque había escuchado la
leyenda urbana de su micro pene, lo cual no deja de ser un pene, pero
si usted identifica el aperitivo frito de sabor a queso con su pene,
debería hacérselo mirar en Ortopedias Martínez. Llegamos al
aspecto olfativo, un curioso aspecto porque según se abre y nos
azota el olor a queso, es como si metiéramos las fosas nasales en
una pila de calcetines usados, de mucho tiempo acumulando mugre y
peste concentrada en la planta y las dedas de los pies. Pero es sólo
una primera impresión olfativa, aquí entra la imaginación que nos
lleva al sabroso Queso de Cabrales y su inconfundible aroma a pies,
cierto que hay gente sensible a este tipo de efluvio aromático que
saldrán como alma que lleva el diablo y odiarán para siempre el
aperitivo frito con sabor a queso. Y luego es un alimento para
personas que no les llega para todos los gastos y hay que economizar
en la cesta de la compra. El envase de 135 gramos nos da para tres
cenas a la semana, comiendo con los ojos cerrados concentrándonos en
el paladar imaginando comer queso y la guinda final es que este
aperitivo, además del encanto irresistible de ser crujiente, es que
hay que chuparse los dedos porque éstos quedan pringosos y hasta
coloridos, basta cerrar los ojos y pensar que se está comiendo
langostino; acompañado de vino peleón la ingesta nos hace
olvidarnos del postre y acostarnos saciados.
-¿Son
sanos los ingredientes?
-No
caigamos en refalfies de consumidor mal acostumbrado. Este producto
es un alimento industrial al que no le falta de nada que no se
consuma en otros productos alimenticios industriales. La siempre
familiar de la sémola de soja, el amigable aceite de soja, aroma de
queso, extracto de pimentón como colorante, la imprescindible sal y
el reconfortante E-471 que no es otra cosa que emulgente. Y me quiero
detener en un ingrediente que últimamente tiene leyenda negra como
es el casi imprescindible glutamato monosódico como colorante. Todo
ello resulta en un alimento de, cada 100 gramos, valor energético
moderado, grasas en justo porcentaje, algo de hidratos de carbono,
azúcares y hasta proteínas. Salvo en bocadillo, pegan bien en cosas
informales, juegos de pareja a base de chuparse los dedos mutuamente,
ese abuelo u abuela algo mochales que se entretiene masticando
durante horas como un bebé fascinado por el crujir del aperitivo y,
como ya se ha dicho, parte de la dieta urbanita donde el trajín
diario necesita de alimento pero sin gastar muchos dineros que se
destinan a otras cosas. Puede decirse que se ha convertido en un
clásico que, es verdad, despierta fobias y filias por el aroma a
pies que despide el producto.
-Lo
de que no es fálico y me lo haga mirar... ¿Era broma, no?
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
`Sólo para mayores de
14 años´
Supongo
que ya conocía la película, de aquella se estrenaba en EEUU y hasta
su estreno en España tenía lugar una publicidad machacona, no había
la casi inmediatez de ahora; la promoción incluía la radio fórmula,
programas de televisión y en programas dedicados a la música y el
cine. Así que cuando mi tía me dijo si quería ir al cine, además
en la misteriosa `sesión de noche´, le dije que sí. Era hermana de
mi madre y sólo me llevaba diez años por lo que siendo mi tía era
también mi hermana mayor. Ya se había casado y esa velada
cinematográfica sería con ella y su marido. Recuerdo que protestaba
porque se iba a llegar tarde, yo entonces no lo sabía pero se
formaban largas colas en la taquilla cuando había un estreno de
éxito, no sólo por la campaña de publicidad, había que sumar el
boca a boca. Recuerdo llegar al cine y ver gentío alrededor con un
empleado de traje gris que cogía las entradas y les quitaba un
borde. El siguiente recuerdo es que el tipo no me dejaba entrar, no
tenía la edad. La dictadura por medio de la censura catalogaba las
películas y, pese al fin de la misma, en aquellos primeros pasos en
democracia naciente seguía vigente la clasificación por edad para
ir al cine, que si bien tenían una categoría de `menores
acompañados´, la vigente para ese estreno era `Sólo para mayores
de 14 años´. La verdad es que me faltaban aún tres años y poco
para cumplir el requisito, pero mi tía no cejó de tratar de
convencer al encargado de cortar la entradas. Todo era nuevo para
mí, había ido al cine en ocasiones anteriores, pero siempre en
horario de tarde y no recuerdo ninguna a media tarde y tampoco salía
con amigos todavía. Finalmente el tipo cedió, supongo que previa
propina y que mi tía vio que dejaba entrar a alguien previa dispensa
voluntaria. Recuerdo que ya estaban con los títulos de crédito que
eran una animación con la banda sonora que supongo que me era
familiar. Estaba el entresuelo abarrotado, hasta había palcos
también ocupadas todas sus butacas. La película era musical,
doblada en español pero las canciones en versión original sin
letreros, que yo decía entonces. Fue toda una experiencia y mi
primer contacto consciente con la cultura pop, asistiendo al estreno
de lo que sería, hoy lo es, una película mítica. El chico y la
chica protagonistas eran hermosos, bellos y te captaban toda la
atención visual, pasando deprisa el metraje sin darme tiempo a que
pasaba el tiempo. La fascinación no terminó cuando se encendieron
las luces del cine al terminar la película. Las cosas duraban más
tiempo entonces, la banda sonora de la película, sus dos canciones
más populares, las ponían en el colegio los viernes por la tarde en
una especie de clases de baile; en la radio sonaban cada hora más o
menos y en la tele se hacían concursos imitando el baile del
protagonista, duraban mucho las cosas. Nunca la he visto entera
después de aquella noche, sigue despertando la misma fascinación
porque John Travolta y Olivia Newton-John estaban inolvidables, pero
no he querido nunca verla entera de nuevo, he visto en reposiciones
televisivas a cachos, pero prefiero guardar el recuerdo de cuando no
podía entrar a verla en su estreno porque era para mayores de 14
años y mi tía hizo magia, entonces parecía magia...
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Suplemento
literato cutre de The Adversiter
Chronicle
Libro: La
guerra eterna
–
Partes desde la guerra contra el terrorismo-
Autor:
Dexter Filkins
Editorial:
Crítica, S. L.
Traducción:
Enrique Herrando
Edición:
2009
La
propuesta de hoy es una mirada de un conflicto desconocido como fue
la ocupación de Irak por parte de EEUU y sus aliados, entre ellos
España, tras el derrocamiento de Saddam Hussein, instalar una
administración bajo paraguas estadounidense, desmantelar el ejército
iraquí y acabar con los focos de resistencia del régimen primero y
luego insurgentes procedentes del extinto ejército iraquí que si
bien celebraban el fin del sangriento régimen de Saddam no querían
un ejército de ocupación que les ordenara como resolver sus
problemas políticos, religiosos y tribales. La imágenes de la guera
en Irak, salvo para quienes fueron protagonistas y sus familiares,
son típicas. Todos recordamos las imágenes de la estatua del
dictador siendo derriabada, los contratistas mercenerarios
protegiendo a las autoridades estadounidenses, soldados entrando en
las casas purta por puerta y las imágenes de soldados
estadounidenses recibiendo disparos de francotirador, los artefactos
explosivos improvisados y población donde cualquiera, hombres,
mujeres y niños pueden ser en realidad ejecutores de una acción
contra las tropas. Lo haremos con la mirada de un corresponsal que
nos permite distinguir los matices que las noticias, las series de
televisión o las películas de Hollywood no permiten apreciar.
Dexter Filkins observa lo que le rodea, es su trabajo para poder
informar con veracidad y con este libro nos permite apreciar los
contrastes de un conflicto alejado de las grandes formaciones
militares y grandes batallas. Se combate en entornos urbanos sin un
enemigo claro que los jóvenes soldados puedan identificar hasta que
se entabla un combate. También el Afganistán de los talibanes y los
señores de la guerra. En ambos conflictos, que eran el mismo en
realidad, surge la realidad del día a día donde la muerte es moneda
corriente....
Dexter
Filkins (1961)) ha cubierto, como corresponsal de
The New York Times, las
guerras de Afganistán e Irak desde 1998. Antes trabajó para Los
Ángeles Times, para el
que fue jefe de corresponsalía en Nueva Delhi, y para The
Miami Herald. Fuye
finalista del premio Pulitzer por sus crónicas desde Afganistán.
Ganador del premio George Polk, también ha obtenido dos veces el
Overseas Press Club. Recientemente fue fellow
en el Carr Center for Human Rights Policy de la Universidad de
Harvard.
Datos
sacados de la contraportada y actualizados al año de edición y en
Internet se puede conocer más del autor, sin más verborrea unos
breves pasajes que os inciten a su apasionante lectura:
Afganistán,
septiembre de 1998...
"Durante
las hambrunas, era habitual oír hablar de gente que vendía a sus
hijos para pagar comida. Estaba el chico de Sheberghan que había
intentado fugarse con una chica a la que codiciaba un señor de la
guerra. Habían atado cada una de las extremidades del muchacho a un
caballo y a éstos se les había echado a correr en distintas
direcciones. Había millones de minas terrestres como las del campo
de Gulalai, un estrato tras otro de ellas, arqueologías enteras de
minas; soviéticas, después de los muyahidines, muñecas explosivas,
Bouncing Bettys (mina terrestre que explota a la altura del pecho) y
minas de plástico que seguirían estallando mil años después,
porque no se pudren como los cadáveres. Hubo un momento en el que
cada día veinticinco personas pisaban minas terrestres en Kabul, y
mientras tanto los señores de la guerra estaban ocupados plantando
nuevos campos de ellas a toda prisa. Afganistán era como el ratón
de laboratorio que pulsa el interruptor una y otra vez para
electrocutarse. Quizá sólo fuera desesperación.
Ha
muerto tanta gente delante de nosotros que ya nos importa un bledo
-dijo Gulalai.
Gudalai
se puso de pie ante su mesa y toqueteó sus cuchillos. Hacía seis
meses, dijo, un amigo íntimo, Sarwar, había entrado andando en el
campo y había saltado por los aires."
Massoud, señor de la guerra en Afganistán...
"Pero
aquí, en su escondite de montaña de Farkhar, situado en el extremo
norte de su país,
en la sagrada festividad de Eid, Massoud dejó a
un lado la crisis en la que estaba sumido en ese momento y se
permitió unos minutos para rememorar los viejos tiempos. Sentado en
una silla blanca de plástico sobre la verde hierba, volvió a
recordarlo todo: las siete invasiones soviéticas del valle de
Pajshir que le había visto nacer, las siete ocasiones en las que se
había salvado milagrosamente. La retirada de Kabul en 1996, cuando
los talibanes lo tenían rodeado, y cuando, pese a todo, Massoud se
había escabullido con su ejército intacto. Y la ofensiva talibán
de hacía tan sólo dos años, que había estado a punto de
aniquilarlo. Entonces Massoud había ido a la oración del viernes y
había pronunciado un enardecedor discurso cuyos ecos se habían
difundido a lo largo y ancho del valle desde los altavoces de la
mezquita.
Dije
que si alguien se rendía a los talibanes, su nombre sería
recordado en las mezquitas durante generaciones -dijo.
Cuando
massoud llegó por fin a hablar acerca del aprieto en el que se
hallaba, ya no parecía el joven y gallardo guerrillero que había
sido. Seguía llevando la caracterísitca gorra de lana con visera,
ladeada, lo que le daba aspecto de artista. Al hablar, aún seguía
pasándose de vez en cuando al francés, que había aprendido en un
liceo de kabul hacía muchos años. Cuando pasó a la cuestión de la
batalla que se aproximaba, Massoud parecía, en lugar de ello, el
envejecido general que era, alguien que vivía de las rentas del
pasado, y que esperaba, a pesar de su dolor de huesos, poder
concentrar a sus hombres para la batalla una última vez. Se inclinó
hacia adelante y esbozó las primeras líneas de fuego en mi mapa.
Aquí,
aquí y aquí -dijo garabateando con un bolígrafo- Los talibanes
atacarán muy pronto.
Massoud
habló de una nueva táctica: echar clavos en las carreteras para
pinchar los neumáticos de los temidos Hi-Luxes en su arremetida. En
una hoja de papel bosquejó un clavo de tres puntas con el que
sembraría las carreteras. Y entonces se retrepó en la silla.
Parecía algo descabellado; una cavilaciópn desesperada, clavos en
las carreteras.Y entonces Massoud habló de una antigua táctica de
probada eficacia: atraer a los invasores al interior d elos valles y
cortarles las vías de escape. `Haciendo eso podemos resistir
eternamente´, dijo. Bebió un último sorbo de té y arrojó el poso
por encima de su hombro.
Si
no hubiera habido ninguna guerra -dijo-, yo habría sido un
arquitecto muy bueno.
Massoud
sabía que su fin se acercaba. Yo podía verlo en sus ojos, en la
nostalgia. Naturalmente, no sabía cómo le llegaría la muerte, ni
cuándo lo haría. No podía prever, por ejemplo, que tan sólo dos
años después un par de tunecinos enviados por Al-Qaeda llegarían a
su campamento haciéndose pasar por periodistas y, no muy lejos de la
silla blanca y de la verde hierba donde estaba sentado entonces,
harían estallar una bomba colocada en el interior de una cámara,
dos días antes de los atentados del 11 de septiembre."
Las cárceles de Saddam...
"Seguí
a un hombre iraquí, Massawi, mientras éste caminaba a través del
edificio. Era un hombre de aspecto normal, con bigote, camisa a
cuadros y pantalones. Iba recorriendo las paredes con las manos.
Caminó hasta la parte de atrás, atravesó una puerta y después
subió por la escalera que daba al corredor de las celdas. Massawi se
detuvo en la número 36.
Aquí
está -dijo Massawi-. Mi celda.
La
puerta de hierro estaba abierta, la habían forzado; Massawi se quedó
de pie al borde de la celda pero no entró. Encendió un cigarrillo y
me contó que se había estado dedicando a la importación de
artículos de lujo, joyas y similares, era un hombre próspero, dijo,
cuando la policía secreta había llegado a su puerta una noche, le
había vendado los ojos y lo había traído hasta aquí. Al.Hakemiya
era una primera parada en la red de detención baazista, un lugar
donde se torturaba e interrogaba a los iraquíes antes de enviarlos a
cárceles como la de Abu Ghraib. Pero los archivos desparramados
sobre el suelo hacían pensar en algo más. Había recibos de fondos,
certificados de acciones y libros de contabilidad bancarios. Había
archivos de certificados de títulos y formularios de cambio de
propiedades. Fuera lo que fuese aparte de eso, Al-Hakemiya era una
operación de extorsión. La familia de Masawi pagó 25.000 dólares
para sacarlo. Después de seis meses.
Estar
aquí me da una sensación de condena -dijo él.
El
trauma seguía ahí. Entre los iraquíes había una tendencia a ver
conspiraciones por todas partes, a rechazar la versión oficial de
cualquier cosa que se dijera; a no creer jamás ni lo que veían sus
propios ojos. Con frecuencia iba a lugares donde habían estallado
coches bomba, y todos los iraquíes estaban gritando, y normalmente
yo podía encontrar enseguida el bloque del motor del automóvil que
había explotado, ardiendo lentamente en su propio cráter. Entonces
empezaba a hablar con los iraquíes, y uno de ellos decía que habían
sido los norteamericanos quienes habían volado el edificio; un
helicóptero Apache había descendido en picado y lanzado un misil. Y
entonces la respuesta se extendía por toda la multitud como una
fiebre y minutos después ya toda la multitud lo estaba diciendo:
habían sido los norteamericanos, los norteamericanos habían
disparado un misil. Pasado el tiempo, los iraquíes empezaron a
ponerse violentos, y tuve que dejar del todo de ir a los lugares
donde se habían cometido atentados con bombas."
Jóvenes soldados profesionales en Irak...
"Una
tarde, mientras la Compañía Bravo se agazapaba en la Gran Mezquita
del centro de Faluya, subí a las vigas del tejado y me senté con
los francotiradores. Uno de ellos era el cabo Nick Ziolkowski. Sus
amigos le llamaban Ski. Llevaba varias horas en el tejado, mirando a
través d ela mira telescópica de su M-40 de acción por cerrojo,
esperando a que los guerrilleros se pusieran a tiro. La mira
telescópica era grande y amplia, y a veces Ski se quitaba el casco
para ver mejor. Aquel día ya tenía tres muertos en su haber. Alto,
apuesto y sociable, Ski era uno de los soldados más populares de
Bravo. Al contrario que la mayoría de los francotiradores, que
habitualmente habían aprendido a disparar al criarse en el campo,
Ski se había criado cerca de baltimore, sin familiarizarse con las
armas. Aunque Baltimore no contaba con ninguna zona de playa, la
pasión de Ski era el surf; en el Campamento Lejeune, la base de la
Compañía Bravo, a menudo organizaba toda su jornada en torno a las
mareas. Cuando dejara los marines, planeaba abrir una tienda de surf.
-Ahora
lo único que necesito es una playa con unas cuantas olas, -me dijo
el cabo Ziolkowski desde el lugar que ocupaba en las vigas del tejado
de la mezquita. Durante el descanso Ski predijo su muerte. Los
francotiradores, dijo, estaban entre los norteamericanos más
buscados. En la primera batalla por Faluya, que había tenido lugar
siete meses antes, los francotiradores norteamericanos habían sido
especialmente letales, y los oficiales de inteligencia habían
advertido a Ski que esta vez él sería probablemente un objetivo.
-Están
intentando eliminarnos -dijo.
La
bala, cuando llegó, echó a Ski hacia atrás y lo dejó sobre el
tejado. Estaba situado en las afueras del barrio de Shuhada, un área
controlada por los insurgentes, mirando a través de su amplia mira
telescópica. Se había quitado el casco para ver mejor. La bala le
dio en la cabeza."
Pequeñas muestras de un libro imprescindible para
tratar de comprender el laberinto afgano y lo que fue Irak tras
Saddam con las fuerzas estadounidenses intentando crear un Estado.
Relato ágil que permite profundizar en la idiosincrasia de las
gentes normales envueltas en un conflicto. En ambos casos se acabó
con la retirada de las tropas occidentales sin lograr la paz y
dejando a la población al albur de los nuevos amos. Un libro ideal
para lectura reposada de mesita de noche, guardias nocturnas
tranquilas y en general para profundizar en las raíces del mundo en
que vivimos que se hunde en ambos conflictos sin que nada haya
cambiado mucho, por no decir nada, tras la retirada de las tropas de
Estados Unidos y sus aliados en ambos escenarios.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
PESADILLA EN LA COCINA
(ATRESPLAYER
TV)
Hay
programas honestos en cuanto dan lo que ofrecen, sin falta de hacer
cambios en cada temporada añadiendo novedades y tras tres o cuatro
temporadas resultan casi irreconocibles. Hay otros, el de hoy va por
la novena temporada, que no son efectistas y muestran lo que ve la
cámara acompañada de una buena presentación. Y lo que ofrece
Pesadilla en la cocina,
adaptación hispana del formato, es lo que ofrece en su sinopsis: De
la mano de un afamado chef madrileño con restaurante propio como es
Alberto Chicote asistiremos a intentar la salvación de
establecimientos hosteleros en situaciones límite con una actitud
ácida y de carácter fuerte, fin de la sinopsis. Es de esos
programas que te enganchan una vez lo conoces, pero ese encantador
enganche de saber que se tiene un comodín para momentos de pelis ya
vistas, concursos ya vistos y noticias más vistas aún, de momento
tonto en que los tropecientos canales de la tele por cable no tienen
nada apetecible, pues zapeas, te encuentras a Chicote y sabes que vas
a estar entretenido, porque para ácido los caldos que a veces le
ponen y para carácter fuerte el olor a fritanga nauseabunda que a
veces tiene que probar el chef...
La
mecánica no ha variado en nueve temporadas, cierto que da la
impresión de que las dos últimas se escogían establecimientos un
tanto peculiares, sin manera de remontar el vuelo con el negocio.
Chicote llega a un establecimiento que se encuentra casi sin
clientela salvo el personal que trabaja en el mismo. Se sienta, pide
de la carta y se dispone a su cata gastronómica. Aquí hay de todo
y es de honor reconocer las tragaderas de Chicote en algunos platos,
es mítico el arroz que levantas el plato y le das la vuelta y está
pegado al plato sin caerse un grano. Tras la cata pasa a conocer los
fogones y los fogoneros. Esta es una de las grandes bazas del
programa porque trasciende el argumento para mostrar un cuadro social
vivo, el suegro que deja el negocio en manos del hijo y de la nuera
pero se dedica a tocar los cojones y ordenando como si siguiera al
mando, el cocinero medio zumbado de algún país del este de Europa
que va a su bola pasando del dueño y antológico el dueño que se
iba poniendo ciego a bebercio según transcurría la jornada de cena
para acabar sentándose al piano dando la turra cantarina y
desafinada que terminaba de espantar la clientela. También parejas
que ven su sueño hostelero convertido en un infierno y un sin fin de
personas normales y corrientes atrapadas en un trabajo que no lleva a
ningún sitio. Cuenta la leyenda que pocos negocios funcionan tras el
paso de Chicote y sus consejos así como redecorado del local.
Y
lo mejor es el apartado de la cocina y sus entresijos llenos de
mierda, cucarachas, ratas muertas, salsas mohosas, pescado podrido en
túpers, colillas en la sartén y demás delicias que hace que se te
quiten las ganas de comer fuera de casa. Chicote hace muy bien su
papel porque es honesto. Cuando le ves probar una croqueta y tras
cara de amargor escupirla, probar esa fabada casera que es de lata o
albóndigas con cosas con pelos, te provoca unas risas. Conocer al
personal y sus miserias laborales a veces es delirante y te ilusionas
como ellos cuando abren tras la reforma y los consejos de Chicote. Es
ya un imprescindible de la oferta televisiva y pasa como con el buen
pan que si comes un trozo de vez en cuando te sacia pero hay momentos
en que devoras la barra sin darte cuenta, pues Pesadilla en la cocina
es lo mismo. Sabes que lo tienes en un canal, te detienes unos
minutos de anuncios en otro y de vez en cuando te tragas tres
episodios porque se pasa entretenido como debe ser un buen programa
de entretenimiento...
Ideal
para consolarse con desgracias ajenas y pasar unas risas.
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Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Derrota en Granada por
3-1 aunque del partido no me enteré de nada
Días
previos al encuentro contra el Granada C. F. en su feudo con parte de
la afición y de la prensa deportiva local de morros y enfurruñados
porque no acababan de llegar refuerzos. Encima, el Real Oviedo vive
jornadas de campanillas a base de sumar puntos y se pone de ejemplo
de inversión por el grupo empresarial mexicano máximo accionista de
los carbayones y rival empresarial del Grupo Orlegi. Aquí siguen sin
querer darse por enterados de que el objetivo es no descender, lo ha
sido las dos últimas temporadas con fichajes dentro de los límites
presupuestarios. Esas aventuras de inversores millonetis que llegan y
fichan y gastan, no funciona. La apuesta carbayona es una forma de
intentar ascender rápido y se ha invertido en fichajes y modelar una
plantilla en consecuencia, la parte mala es que tienen la presión
del ascenso sí o sí y todo lo que no sea ascender será un fracaso.
No deja de ser una apuesta arriesgada, pero no es la deseable para el
Real Sporting que se basa en llegar a formar un plantel competitivo.
Ello requiere paciencia y realismo. Destacar el fallecimiento de Juan
Pérez Arango que fuera presidente del Real Sporting así como del
padre del máximo accionista, ambos descansen en paz...
Partido
a horas intempestivas para apreciar un buen, a priori, encuentro
entre el Granada C. F. y el Real Sporting. Podría hacer una florida
crónica de un encuentro donde los locales hicieron valer su
condición de tales, que los jóvenes y no tan jóvenes atletas del
once sportinguista jugaron de puta pena y que la goleada en contra
podría haber sido escandalosa. Todo mentira, porque a las dos de la
tarde uno está ya preparado en el BAR, pero son horas de ingesta, y
claro, entre el arroz caldoso con bugre, unas croquetas y algo de tapeo bien
regado todo ello, como que se disipa el tiempo entre charlas de esto
y aquello, de unos y de otros, de apreciar la mano de la patrona a
los fogones y ese ambientillo dominical donde el vermut, la sidra y
luego los chupitos dejan mal cuerpo para quedarse mirando como corren
detrás del balón, y que la tele me quedaba de espaldas aunque el
escote que tenía enfrente bien vale perderse cómo perdíamos otros
tres puntos. Así que esta jornada se queda sin crónica por causas
mayores y menores, la sidra que te hace ir al baño. Al final, otra
derrota que pondrá de colmillos afilados a los voceras de siempre
que si patatín que si patatán, por cierto que menudos patatinos
pusieron en el BAR.
Próxima
jornada en horarios más cristianos para recibir en El Molinón a un
Burgos en puestos peligrosos que buscará llevarse los tres puntos y
poner distancia con el descenso, a los pupilos de Albés les toca
ponerse el mono de faena porque otra derrota, incluso el empate, en
casa frente a un rival en teoría asequible, puede que hiciera saltar
las alarmas porque el décimo puesto actual nos deja más cerca de
los puestos de descenso que de los de ascenso y promoción. Los
carbayones hicieron los deberes en `El Tartierón´ derrotando
al Castellón y duermen en puestos nobles otra semana más con 42
puntos, diez más que nosotros. Y es que cuando se entra en una
dinámica de ascenso...ascens... asc... ¡¡BRRRrrrueep! (onomatopeya
de eructo)
F.
O. R.
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Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
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Lo digo porque siempre me
pregunté si el comienzo del fin de todo este estropicio sería que
ostentase el poder alguien muchimillonario, alguien sobrado de dinero
que miraría por el interés general toda vez que sería servidor
público por estar lo suficientemente forrado de vil metal como
ciudadano privado. Y de repente resulta que ya lo puedo ver, vivir y
queda la incertidumbre de si sufrirlo, algunos de sus compatriotas
empiezan a sufrirlo porque no les considera tales y amenaza al resto
con aranceles que es recaudar más dinero...
Igual funciona poner rejas
al prójimo, acojonar con pérdidas al otro y amenazar con virulencia
a los otros, pero nunca ha funcionado aunque quienes lo llevaron a
cabo no fueran muchimillonarios...
Se ve que una cosa es el
ideal y otra el poder, es fácil ser ideólogo contra el poder y una
vez alcanzado el mismo acabar con toda ideología, virtud de los
elegidos por los dioses para dirigir a los sufridos terrenales, que
algunos terráqueos son ilegales...
Si en la reunión de
vecinos yo afirmara al tocarme el turno de presidencia que fui
elegido por Dios para salvar a la comunidad de vecinos y devolverle
su esplendor de antaño, en el mejor de los casos y previa llamada a
emergencias me meterían Haloperidol en vía intravenosa y sería
desposeído de mi cargo presidencial. Menos mal que en el acantilado
no hay muchos inquilinos de dos patas salvo un servidor y las
gaviotas, el resto suelen tener cuatro y hay algunos bichos y
bichitos de varias patas, pero somos pocos de dos patas y sólo yo
como ser humano...
Me da lástima Donald
Trump que se le escapa el tiempo y trata de perpetuar la dinastía.
Me asusta su colega Elon Musk que gana con vehículos eléctricos y
sus naves espaciales lo suficiente para investigar cómo descargar su
consciencia a un dispositivo cuando le llegue la hora tras investigar
los entresijos del cerebro y la mente. Nunca serán felices, pese a
sus sonrisas y alegatos. La muerte no entiende de egos y querer
engañar al tiempo acaba con la muerte final...
Debe ser muy tentador
sentirse elegido cuando se está en la cúspide, cuando se es el rey
del mambo y se aspira a ser el puto amo, de estos hay unos cuantos
con título pero muertos de hambre si comparamos sus fortunas...
Todo pasa, lo malo es
mientras pasa.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org
Una sección del
padre I. N. Mundicia en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Organización y
recorrido del peregrinaje parroquial a Roma
Ya
sabéis, queridos feligreses, que este año se celebra Jubileo que
siempre es tiempo de gracia y renovación de la Iglesia desde que fue
instituido por el Papa Bonifacio VIII y que tiene por lema Peregrinos
de Esperanza, que viene de
perlas en estos tiempos revueltos y hostiles para la fe cristiana.
Pues bien, esta vez puedo decir con orgullo de pastor con su rebaño
que la parroquia tiene el proyecto de fletar viaje a Roma como
representación de la parroquia. El párroco auxiliar, padre Genaro,
lleva trabajando en ello desde hace semanas y ha logrado un proyecto
de viaje de peregrinación con un par, que eran tres, de opciones de
realizar el viaje susodicho. Digo que eran tres porque había una
opción, que si bien sólo puede catalogarse de idea peregrina, no es
viable como viaje de peregrinación. Me refiero a Fulgencio y su
peregrina ocurrencia de realizar el trayecto en tractores pagando el
combustible a escote pericote. No seamos paletos ni gañanes
realizando peregrinaciones que más se parecerían a manifestaciones
de agricultores encabronados. Sé por el confesionario que Fulgencio
se gasta estas ocurrencias y es conocido por ser un guasón, pero
esta vez se ha pasado. No quiero ni imaginar a Francisco al ver el
Vaticano plagado de tractores de la parroquia y cómo se pondría el
arzobispo descargando su ira en mi persona...
El
padre Genaro ha estado analizando el último viaje organizado por la
parroquia, recordaréis que fue con motivo de peregrinar a Lourdes,
que terminó con el autobús detenido en la frontera por tenencia de
marihuana tras acabar recalando en Holanda. Me ha dicho el padre
Genaro que esta vez se encargará personalmente de supervisar la ruta
y que se llegue a Roma, además de las zarandajas modernas de GPS irá
provisto de una brújula que evitará argumentos peregrinos del
autobusero de que se pasó de salida en la autopista porque no sabe
ni entiende francés. Dice el padre Genaro que Roma queda dirección
sur y Holanda en dirección norte y que es imposible que el autobusero
se equivoque de salida esta vez. La primera opción es fletar un
autobús parroquial, gratuito y que sólo se pide la voluntad y que
ésta sea voluntariosa en euros, no menos de mil por barba si bien
los menores de tres años viajan gratis, más que nada porque no
pueden viajar a tan temprana edad. Otra opción es ir cada uno por
su cuenta y gastos sin subvención parroquial montados en bicicleta,
vehículo no contaminante que permite una ayuda municipal para su
adquisición y que tras el viaje puede donarse a la tienda parroquial
donde podréis volver a adquirirlas a módico precio para tener un
recuerdo inolvidable de este peregrinaje en año jubilar.
Quienes
quieran apuntarse tienen hasta marzo y se asignarán asientos hasta
el límite de capacidad por orden de llegada. Si alguien se quedara
sin poder viajar por falta de plazas, Celedonio y su esposa Severanda
ofrecen viajar a Roma en su autocaravana, un auténtico chalet sobre
ruedas donde no le falta de nada, en su compañía y de sus cinco
hijos, tan sólo deberá atender a los niños, hacer las camas y aseo
de la autocaravana al levantarse y antes de reanudar viaje, preparar
el almuerzo y si fuera necesario cambiar neumáticos pinchados. Una
forma familiar y agradable de peregrinaje que, estoy seguro, tendrá
mucha demanda incluso si hay plazas en el flete municipal. Agradecer
al padre Genaro sus desvelos para que la parroquia tenga
representación en Roma y recordaros que llenarse el buche de pizza,
espagueti o cualquier otra comilona a la italiana no tiene nada que
ver con peregrinar. Un buen emparedado de mortadela con aceitunas ha
de ser un manjar para el peregrino hambriento, no de pizza, de
sentir el amor de Cristo. Ir en paz y os espero alegres y joviales
apuntaros a la peregrinación a Roma.
AMEN
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake
City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV http://theadversiterchronicle.org