Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
PESADILLA EN LA COCINA
(ATRESPLAYER
TV)
Hay
programas honestos en cuanto dan lo que ofrecen, sin falta de hacer
cambios en cada temporada añadiendo novedades y tras tres o cuatro
temporadas resultan casi irreconocibles. Hay otros, el de hoy va por
la novena temporada, que no son efectistas y muestran lo que ve la
cámara acompañada de una buena presentación. Y lo que ofrece
Pesadilla en la cocina,
adaptación hispana del formato, es lo que ofrece en su sinopsis: De
la mano de un afamado chef madrileño con restaurante propio como es
Alberto Chicote asistiremos a intentar la salvación de
establecimientos hosteleros en situaciones límite con una actitud
ácida y de carácter fuerte, fin de la sinopsis. Es de esos
programas que te enganchan una vez lo conoces, pero ese encantador
enganche de saber que se tiene un comodín para momentos de pelis ya
vistas, concursos ya vistos y noticias más vistas aún, de momento
tonto en que los tropecientos canales de la tele por cable no tienen
nada apetecible, pues zapeas, te encuentras a Chicote y sabes que vas
a estar entretenido, porque para ácido los caldos que a veces le
ponen y para carácter fuerte el olor a fritanga nauseabunda que a
veces tiene que probar el chef...
La
mecánica no ha variado en nueve temporadas, cierto que da la
impresión de que las dos últimas se escogían establecimientos un
tanto peculiares, sin manera de remontar el vuelo con el negocio.
Chicote llega a un establecimiento que se encuentra casi sin
clientela salvo el personal que trabaja en el mismo. Se sienta, pide
de la carta y se dispone a su cata gastronómica. Aquí hay de todo
y es de honor reconocer las tragaderas de Chicote en algunos platos,
es mítico el arroz que levantas el plato y le das la vuelta y está
pegado al plato sin caerse un grano. Tras la cata pasa a conocer los
fogones y los fogoneros. Esta es una de las grandes bazas del
programa porque trasciende el argumento para mostrar un cuadro social
vivo, el suegro que deja el negocio en manos del hijo y de la nuera
pero se dedica a tocar los cojones y ordenando como si siguiera al
mando, el cocinero medio zumbado de algún país del este de Europa
que va a su bola pasando del dueño y antológico el dueño que se
iba poniendo ciego a bebercio según transcurría la jornada de cena
para acabar sentándose al piano dando la turra cantarina y
desafinada que terminaba de espantar la clientela. También parejas
que ven su sueño hostelero convertido en un infierno y un sin fin de
personas normales y corrientes atrapadas en un trabajo que no lleva a
ningún sitio. Cuenta la leyenda que pocos negocios funcionan tras el
paso de Chicote y sus consejos así como redecorado del local.
Y
lo mejor es el apartado de la cocina y sus entresijos llenos de
mierda, cucarachas, ratas muertas, salsas mohosas, pescado podrido en
túpers, colillas en la sartén y demás delicias que hace que se te
quiten las ganas de comer fuera de casa. Chicote hace muy bien su
papel porque es honesto. Cuando le ves probar una croqueta y tras
cara de amargor escupirla, probar esa fabada casera que es de lata o
albóndigas con cosas con pelos, te provoca unas risas. Conocer al
personal y sus miserias laborales a veces es delirante y te ilusionas
como ellos cuando abren tras la reforma y los consejos de Chicote. Es
ya un imprescindible de la oferta televisiva y pasa como con el buen
pan que si comes un trozo de vez en cuando te sacia pero hay momentos
en que devoras la barra sin darte cuenta, pues Pesadilla en la cocina
es lo mismo. Sabes que lo tienes en un canal, te detienes unos
minutos de anuncios en otro y de vez en cuando te tragas tres
episodios porque se pasa entretenido como debe ser un buen programa
de entretenimiento...
Ideal
para consolarse con desgracias ajenas y pasar unas risas.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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