The Adversiter Chronicle

jueves, 23 de enero de 2025

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

ARMA LETAL 2 (1989)
  (Letal Weapon 2)

Hay todo un subgénero que abarca las segundas partes de una película de éxito en taquilla y el equipo de cata cinematográfica no podíamos pasar por alto esta segunda parte del éxito de 1987 Arma Letal que hizo popular a Danny Glover y afianzó como estrella, rentable además, de acción a Mel Gibson. Es verdad que la cosa degeneró hasta convertirse en una saga pero sólo las dos primeras merecen la pena. Había una regla no escrita vigente aún en 1989 cuando se estrenó esta secuela que afirmaba que segundas partes nunca fueron buenas, salvo El Padrino, regla no escrita y ya obsoleta por cuanto ahora se estilan las sagas que no dejan de ser seriales actualizados de dos horas o más de duración y que suelen resultar bastante indigestas. La crítica acogió bien la secuela, mas que nada porque firma la dirección Richard Donner, pero llegaron a decir que superaba a la primera entrega...

Con Richard Donner a los mandos de la dirección y un guion firmado de nuevo por Shane Black aunque a trío junto con Jeffrey Boam y Warren Murphy, guion algo tramposo que en realidad repite el patrón de la primera, es un guion que se arrastra casi en lugar de deslizarse por la pantalla quedando la impresión de ser pequeños contenidos en un contenido general. Es icónica la escena de la bomba en el váter o el anuncio de condones de la hija del agente Murtaugh, hasta la sufrida psicóloga que anda loca porque el loco del agente Riggs pase por su consulta. Los veteranos de la guerra en Vietnan que se pasan a narcotraficantes se cambia por una cuadrilla de malvados diplomáticos sudafricanos que trafican divisas para enviar a su racista régimen, la Guerra Fría se estaba archivando como un capítulo de la Historia y el régimen segregacionista en Sudáfrica era molesto en aquellos tiempos donde parecía que el sueño de libertad e igualdad era posible y Sudáfrica y su régimen racista resultaba molesto y digno de ser causa de lucha ciudadana, un argumento en suma que no es más que otra cuadrilla de malvados que hay que echar de la ciudad. Engarzar la muerte de la primera esposa del agente Riggs con el odioso villano interpretado por Derrick O´Connor es uno de los fallos del guion por su brusquedad y casualidad para unir la trama con la primera entrega.

La acción está bien, centrada en los intentos de los villanos por apartar a Riggs y Murtaugh de la investigación que les sigue los talones y es aquí donde entra en escena el factor que posiblemente hizo de esta segunda parte una digna secuela pese a repetir lo que ofrecía la primera entrega, es el personaje bufo que interpreta Joe Pesci, un contable tramposo que rebañaba unos miles de dólares de la cuenta de los villanos sudafricanos en cada operación de blanqueo confiando en que no los echaran de menos, pero lo echaron de menos y ahora es un testigo protegido que enjaretan a los dos protagonistas para su custodia hasta el juicio y así de paso se toman un tiempo de relax, cosa que no hacen porque siguen tras los sudafricanos cargando con el contable que se excita al formar parte del equipo. Joe Pesci está genial en un personaje complejo que unas veces es tonto cuando en realidad simplemente es un vivales al que le gusta el dinero.

Y luego está la turbadora Patsy Kensit que ya era popular en el mundo de la música y que le sienta como un guante el papel de secretaria del consulado sudafricano, mojigata en apariencia y felinamente sensual que hasta enseña una teta en la típica escena erótico festiva que no podía faltar en las películas de los 80´s, nada porno y sí muy sensual con juegos de luces y sombras, torsos desnudos en posturitas y enseña una teta de forma sensual y natural, que es de lo mejorcito de la película. Hay dos golpes de efecto como son la eliminación del equipo de compis policías y ver ahogada a la secretaria del consulado como castigo a su noche de fornicio y romance con el agente Riggs...

Es de las pocas segundas partes de la época que puede verse sin haber visto la primera, ofrece lo que el público demandaba que era más de lo mismo porque se había quedado con gana de más. Se ve bien, destacar la estética de Mel Gibson y su corte de pelo ochentero, es entretenida y logra arrancar una sonrisa de vez en cuando pese a un guion predecible donde hay demasiadas casualidades que le restan credibilidad a la historia y se ve el truco de engarzar para luego justificar la acción. Lo curioso es que el equipo de cata cinematográfica opinamos que es de las peores segundas partes precisamente por tratar de distanciarse de la primera cuando se repiten los escenarios, la legendaria escena de la diligencia donde el protagonista salta entre las bestias de tiro, se arrastra por debajo y sube por detrás de la diligencia se actualiza con vehículos de motor y es lo más destacable de la película...
Y que se ve una teta de la Patsy Kensit.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org



theadversiterchronicle@hotmail.es 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger