The Adversiter Chronicle

jueves, 30 de enero de 2025

"Manual del Buen Comer", por el profesor T. A. Rambaina

Con la colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter Chronicle

APERITIVO FRITO CON SABOR A QUESO

En el universo de la comida industrial hay toda una constelación como es la de los aperitivos que ha sustituido hace décadas aquellos aperitivos de lonchas de jamón, trozos de queso y demás apetitosas viandas de origen labriego. Pero la vida urbanita ha hecho de estos aperitivos industriales un ingrediente casi imprescindible en nuestra dieta y nuestra cesta de la compra. Y hoy el protagonista es el, sin duda, duque de los aperitivos industriales como es el aperitivo frito con sabor, y hay que decir que también pestazo, a queso. Lo mismo sirven para entretener a la infancia, que para sesión de sofá y series en jóvenes y adolescentes, aperitivo de entrada en merienda-cena informal y un atractivo visual y sensorial, amén de gastronómico, que despierta la curiosidad y nadie mejor para saciar la misma sobre el aperitivo frito con sabor a queso que nuestro asesor. Escogemos una marca de probado prestigio y experiencia en aperitivos industriales como es la mítica Risi...

-¿Dice usted que este aperitivo es sensorial, imaginativo...?

-Así es, así es. Parece un aperitivo simple y sin embargo ya nos cautiva sin quererlo la vista, con ese color anaranjado mandarina que despierta gratos recuerdos en la psique profunda y nos predispone, cuando menos, a fijarnos en qué es eso de color tan apetitoso. Fíjese que el envase les pone unas gafas de sol y adquieren no una forma humanoide, sino de zanahoria, de alegre zanahoria cantarina que despierta nuestra empatía gustativa y la curiosidad de probarlo. El mismo formato, una bolsa rectangular ni demasiado grande ni demasiado pequeña, donde nos induce a pensar tras ver el precio que nos da al menos para dos sentadas o tres no siendo tragaldabas. Como se puede apreciar, y en cuestión de milisegundos, su sola presencia estética y visual nos induce a probarlo se quiera o no.

-¿No tiene algo de fálico?

-¡Jajajajaja! ¡Es usted un cachondo mental, Skizo´s, un cachondo mental! ¡Jajajaja! Mire, hablará por usted porque había escuchado la leyenda urbana de su micro pene, lo cual no deja de ser un pene, pero si usted identifica el aperitivo frito de sabor a queso con su pene, debería hacérselo mirar en Ortopedias Martínez. Llegamos al aspecto olfativo, un curioso aspecto porque según se abre y nos azota el olor a queso, es como si metiéramos las fosas nasales en una pila de calcetines usados, de mucho tiempo acumulando mugre y peste concentrada en la planta y las dedas de los pies. Pero es sólo una primera impresión olfativa, aquí entra la imaginación que nos lleva al sabroso Queso de Cabrales y su inconfundible aroma a pies, cierto que hay gente sensible a este tipo de efluvio aromático que saldrán como alma que lleva el diablo y odiarán para siempre el aperitivo frito con sabor a queso. Y luego es un alimento para personas que no les llega para todos los gastos y hay que economizar en la cesta de la compra. El envase de 135 gramos nos da para tres cenas a la semana, comiendo con los ojos cerrados concentrándonos en el paladar imaginando comer queso y la guinda final es que este aperitivo, además del encanto irresistible de ser crujiente, es que hay que chuparse los dedos porque éstos quedan pringosos y hasta coloridos, basta cerrar los ojos y pensar que se está comiendo langostino; acompañado de vino peleón la ingesta nos hace olvidarnos del postre y acostarnos saciados.

-¿Son sanos los ingredientes?

-No caigamos en refalfies de consumidor mal acostumbrado. Este producto es un alimento industrial al que no le falta de nada que no se consuma en otros productos alimenticios industriales. La siempre familiar de la sémola de soja, el amigable aceite de soja, aroma de queso, extracto de pimentón como colorante, la imprescindible sal y el reconfortante E-471 que no es otra cosa que emulgente. Y me quiero detener en un ingrediente que últimamente tiene leyenda negra como es el casi imprescindible glutamato monosódico como colorante. Todo ello resulta en un alimento de, cada 100 gramos, valor energético moderado, grasas en justo porcentaje, algo de hidratos de carbono, azúcares y hasta proteínas. Salvo en bocadillo, pegan bien en cosas informales, juegos de pareja a base de chuparse los dedos mutuamente, ese abuelo u abuela algo mochales que se entretiene masticando durante horas como un bebé fascinado por el crujir del aperitivo y, como ya se ha dicho, parte de la dieta urbanita donde el trajín diario necesita de alimento pero sin gastar muchos dineros que se destinan a otras cosas. Puede decirse que se ha convertido en un clásico que, es verdad, despierta fobias y filias por el aroma a pies que despide el producto.

-Lo de que no es fálico y me lo haga mirar... ¿Era broma, no?

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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