Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
APERITIVO FRITO CON
SABOR A QUESO
En
el universo de la comida industrial hay toda una constelación como
es la de los aperitivos que ha sustituido hace décadas aquellos
aperitivos de lonchas de jamón, trozos de queso y demás apetitosas
viandas de origen labriego. Pero la vida urbanita ha hecho de estos
aperitivos industriales un ingrediente casi imprescindible en nuestra
dieta y nuestra cesta de la compra. Y hoy el protagonista es el, sin
duda, duque de los aperitivos industriales como es el aperitivo frito
con sabor, y hay que decir que también pestazo, a queso. Lo mismo
sirven para entretener a la infancia, que para sesión de sofá y
series en jóvenes y adolescentes, aperitivo de entrada en
merienda-cena informal y un atractivo visual y sensorial, amén de
gastronómico, que despierta la curiosidad y nadie mejor para saciar
la misma sobre el aperitivo frito con sabor a queso que nuestro
asesor. Escogemos una marca de probado prestigio y experiencia en
aperitivos industriales como es la mítica Risi...
-Así
es, así es. Parece un aperitivo simple y sin embargo ya nos cautiva
sin quererlo la vista, con ese color anaranjado mandarina que
despierta gratos recuerdos en la psique profunda y nos predispone,
cuando menos, a fijarnos en qué es eso de color tan apetitoso. Fíjese
que el envase les pone unas gafas de sol y adquieren no una forma
humanoide, sino de zanahoria, de alegre zanahoria cantarina que
despierta nuestra empatía gustativa y la curiosidad de probarlo. El
mismo formato, una bolsa rectangular ni demasiado grande ni demasiado
pequeña, donde nos induce a pensar tras ver el precio que nos da al
menos para dos sentadas o tres no siendo tragaldabas. Como se puede
apreciar, y en cuestión de milisegundos, su sola presencia estética
y visual nos induce a probarlo se quiera o no.
-¡Jajajajaja!
¡Es usted un cachondo mental, Skizo´s, un cachondo mental!
¡Jajajaja! Mire, hablará por usted porque había escuchado la
leyenda urbana de su micro pene, lo cual no deja de ser un pene, pero
si usted identifica el aperitivo frito de sabor a queso con su pene,
debería hacérselo mirar en Ortopedias Martínez. Llegamos al
aspecto olfativo, un curioso aspecto porque según se abre y nos
azota el olor a queso, es como si metiéramos las fosas nasales en
una pila de calcetines usados, de mucho tiempo acumulando mugre y
peste concentrada en la planta y las dedas de los pies. Pero es sólo
una primera impresión olfativa, aquí entra la imaginación que nos
lleva al sabroso Queso de Cabrales y su inconfundible aroma a pies,
cierto que hay gente sensible a este tipo de efluvio aromático que
saldrán como alma que lleva el diablo y odiarán para siempre el
aperitivo frito con sabor a queso. Y luego es un alimento para
personas que no les llega para todos los gastos y hay que economizar
en la cesta de la compra. El envase de 135 gramos nos da para tres
cenas a la semana, comiendo con los ojos cerrados concentrándonos en
el paladar imaginando comer queso y la guinda final es que este
aperitivo, además del encanto irresistible de ser crujiente, es que
hay que chuparse los dedos porque éstos quedan pringosos y hasta
coloridos, basta cerrar los ojos y pensar que se está comiendo
langostino; acompañado de vino peleón la ingesta nos hace
olvidarnos del postre y acostarnos saciados.
-No
caigamos en refalfies de consumidor mal acostumbrado. Este producto
es un alimento industrial al que no le falta de nada que no se
consuma en otros productos alimenticios industriales. La siempre
familiar de la sémola de soja, el amigable aceite de soja, aroma de
queso, extracto de pimentón como colorante, la imprescindible sal y
el reconfortante E-471 que no es otra cosa que emulgente. Y me quiero
detener en un ingrediente que últimamente tiene leyenda negra como
es el casi imprescindible glutamato monosódico como colorante. Todo
ello resulta en un alimento de, cada 100 gramos, valor energético
moderado, grasas en justo porcentaje, algo de hidratos de carbono,
azúcares y hasta proteínas. Salvo en bocadillo, pegan bien en cosas
informales, juegos de pareja a base de chuparse los dedos mutuamente,
ese abuelo u abuela algo mochales que se entretiene masticando
durante horas como un bebé fascinado por el crujir del aperitivo y,
como ya se ha dicho, parte de la dieta urbanita donde el trajín
diario necesita de alimento pero sin gastar muchos dineros que se
destinan a otras cosas. Puede decirse que se ha convertido en un
clásico que, es verdad, despierta fobias y filias por el aroma a
pies que despide el producto.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario