Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
SALCHICHAS CON QUESO
Abordamos
hoy el que posiblemente sea el alimento estrella de los procesados
industriales como son las salchichas, tipo Frankfurt, con queso en su
interior. Si las salchichas en sí ya fascinan en la infancia
quedando la misma perdurable en la edad adulta, las con queso son la
repanocha. Claro que las amas o las odias, hay personas que aborrecen
las salchichas por sistema y hasta sienten arcadas si abren una a la
mitad y ven el contenido interno, esa masa pastosa que parece
cualquier cosa menos comestible y que, sin embargo, en otras personas
logran que las glándulas salivares centrifuguen ante la perspectiva
de una ingesta de ricas salchichas con queso. Nadie mejor que nuestro
asesor científico para que nos ilumine sobre un alimento que ya
forma parte de la dieta de varias generaciones y sin que decaiga en
nuevos adeptos cada día en todo el mundo civilizado y en parte del
sin civilizar...
-La primera pregunta es
obvia, querido profesor: ¿las salchichas de procesamiento industrial
son un alimento?
-¡Por
supuesto que sí! ¡Por supuesto que sí! Hay tres generaciones al
menos que desde su más tierna infancia tienen a la salchichas de
procesado industrial en su dieta, cuántas cenas a base de deliciosas
salchichas, con o sin queso, ha permitido a las madres solventar la
cena e incluso en la comida, bien acompañadas de huevo frito. Por
definición, una salchicha no es más que un embutido de tripa
delgada, de carne de cerdo magra y gorda, bien picada y que se
consume en fresco. Claro que alguien podría decir, ni sin que le
falte algo de razón, que estas salchichas con queso procesadas
industrialmente no se parecen en nada, comenzando por la estética.
Por definición nos vienen a la mente aquellas ristras de salchichas
blancas y rojas colgando del gancho en la carnicería que tan ricas
están con arroz, fritas acompañadas de patatas y huevos fritos.
Esta salchicha con queso de textura embalsamada al tacto cuando se
saca del envase parece más un lápiz grueso esperando que alguien le
saque punta que la típica salchicha antes mencionada en ristras. Es
cierto que más que carne de cerdo magra y gorda pues lleva carne de
pollo y grasa de cerdo, pero hablamos de dos clases distintas de
salchichas, comparar las tradicionales con las procesadas
industrialmente es un ejercicio inútil y siempre se puede elegir
unas u otras a gusto del consumidor.
-¡Convencionalismos
sociales de consumidores refalfiados! Es infinidad de gente, sobre
todo joven hasta la cuarentena, que se han atracado estas pasadas
fiestas navideñas en las casas familiares y que de vuelta a su vida
de urbanita currante se mantienen hasta carnaval a base de salchichas
con queso, es el alimento ideal para mantener la energía necesaria,
reducir esas lorzas surgidas en las francachelas navideñas y desde
un punto de vista económico, la relación precio-cantidad permite no
reducir gastos de subscripciones varias para dispositivos digitales,
lucir palmito y tomarse el cafelito con pincho a escote pericote con
las y los compañeros de trabajo. Pero al llegar a casa, quien se la
pueda permitir, piso compartido u sótano trastero reconvertido en
apartamento, las salchichas con queso, el pan de molde y un par de
buenas latas de mejillones sin olvidar un sobre de sopa, es la dieta
hasta bien entrado marzo y recuperar un poco los gastos navideños,
una auténtica legión de consumidores y consumidoras.
-Nada
que nuestro sistema digestivo y sistema inmunitario no conozcan de
sobra de los alimentos procesados industrialmente, no faltan
colorantes, sales fundentes, estabilizantes, aroma de humo tan
familiar al paladar de otros alimentos industriales y lo único que
podría causar cierto temor al consumidor es la presencia de trazas
de lisozima de huevo, que suena a monstruo de las cavernas pero no es más que
una saludable enzima capaz de hidrolizar las capas bacterianas.
Además estas salchichas tienen algo de lo que carecen otros
alimentos industriales que caducan y no nos enteramos, pues las
salchichas con queso adquieren tonos azulados cuando caducan, lo cual
es muy útil cuando adquirimos tres o cuatro paquetes, los arrojamos
a la nevera y si os vi ni me acuerdo hasta pasada la fecha de
caducidad, si están azules hay que tirarlas directamente a la
basura. Aportan cien gramos de salchichas con queso cantidades
suficientes de calorías, grasas incluyendo las saturadas, hidratos
de carbono y proteínas sin que falte la siempre salerosa sal.
-¡Yo cuando dudo si caducaron siempre invito a
salchichas alguna amistad con chucho de mascota y se las doy a probar
antes al felpudo con patas, que risas! ¡Se pone verde con las orejas
tiesas!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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