CUANDO PIDEN SI
PODEMOS MIRAR EL TELÉFONO MÓVIL,
QUE NO VA
Hoy
abordaré una compostura del postureo genuina de la era del teléfono
móvil y la revolución digital donde tenemos un mini ordenador que
además es teléfono. Hay que sumar la época estival de periodos
vacacionales donde nos encontramos con familiares del ámbito rural o
al menos no el entorno urbanita habitual. Quiero dejar claro desde el
principio que la mejor compostura del postureo cuando nos piden si
podemos mirar el teléfono móvil que no va, es ser precavidos y
llevar un viejo móvil que sólo envía mensajes de texto y teclado
sin pantalla táctil, no es necesario llevarlo y que esté
funcionando, el mero acto de sacarlo y dejar ver que es un dinosaurio
de móvil, espantará a quien nos pedía ayuda considerando más
apetecible buscar otra víctima ya digitalizada que perder el tiempo
con un ser de la prehistoria del neolítico de la telefonía móvil.
Dicho esto, pasemos a la típica situación en que un familiar o
pariente nos dice como que no es la cosa que su móvil no tira, que
no entiende y que si por favor le echamos un vistazo. Lo primero,
cuidadín cuidadín que seguramente ha estado entrando en Internet,
descargado todo tipo de virus, aplicaciones en segundo plano y demás
intimidades que joden el teléfono móvil. La compostura del postureo
de ir de enrollados y ponernos a hurgar el móvil ajeno puede
terminar por echarnos a perder la jornada y que al final, sudados y
agotados mentalmente, nos digan que entonces lo dejemos como estaba,
lo cual puede inducir a estados depresivos, quedar como un torpe que
encima dejó el teléfono móvil peor que antes, con el riesgo de
encabronamientos y reproches de pagar uno nuevo u al menos la
reparación, quedando siempre la duda para nuestros adentros de si
hemos sido pardillos y nos han birlado la cartera. No hay más tela
que cortar y la compostura del postureo adecuada, si se tiene, es
buscar infancia ya casi adolescente, hacerles un poco de chantaje
emocional al principio y diez euros de recompensa al final, será
mano de santo porque los nativos digitales manejan los cachivaches
digitales como antes la infancia manejaba el sintonizar la
televisión o programaba el vídeo para grabar un programa televisivo. Si se sigue adelante pese a las advertencias el final es
común a lo dicho antes, quedamos por torpes, nos metemos en un
pantanal cuando queremos darnos cuenta y se puede acabar incluso a
mal perdiendo amistades y familiares por el camino. Una compostura
del postureo algo radical para mi gusto es hacerse con un martillito
de emergencia de un autobús, llevarlo en el bolsillo y cuando nos
pidan echar un vistazo al móvil, sacar el martillito y descargar un
buen golpe al móvil de los cojones, mano de santo y se correrá la
voz de que nunca, nunca nos pidan que les miremos el móvil, cierto
es que se puede acabar en tratamiento de contención mecánica en el
hospital más cercano por interpretar nuestro gesto con el
martillito como delirio psicótico, amén de ojo a la hora de birlar
el martillito en el autobús que no te pillen y acabes en el
calabozo.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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