Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Victoria en El Molinón
frente a un Granada C. F. con menos pegada
Emoción
contenida los días previos al encuentro frente al Granada C. F. y
que prometía ver un buen partido ya que ambos conjuntos necesitaban
puntuar y los tres puntos a poder ser. Y emoción porque nos toca el
Valencia en la siguiente ronda de la Copa del Rey, el míster
rojiblanco animaba el cotarro declarando que firmaba puntuar los dos
últimos partidos del año y caer eliminados en Copa, acicate
psicológico que, además de ser realista, azuza a quienes eliminaron
al Mirandés y el club valenciano pasa por horas bajas y se puede
aprovechar la circunstancia y el jugar a un solo partido en El
Molinón, que lo normal es que palmemos aunque nada nos impide soñar
en pasar otra ronda y de fogueo para suplentes de inicio en los
partidos...
Algo
más de 19.000 espectadores se congregaron en El Molinón y dentro de
los actos de homenaje y reconocimiento a veteranos del club se
entregó una camiseta conmemorativa a un jugador que forma parte de
la mitología del club y pilar en la defensa de la época gloriosa
del club como es Redondo, que recibió el aplauso de la afición. Novedad con Dubasin
en el banquillo ya recuperado de la lesión y un dibujo táctico con
Corredera más adelantado de su posición habitual. El Real Sporting
probó fortuna en la típica salida en tromba nada más pitar el
árbitro el inicio del encuentro y, así, tuvo una clara oportunidad
de gol Gaspar Campos. Sin embargo el Granada dejó claras sus
intenciones de aspirar a llevarse los tres puntos y ya con el juego
rojiblanco más ralentizado tras la salida en tromba de inicio y
Guille Rosas salvó los muebles con Yáñez ya batido evitando que se
adelantara el equipo visitante, llegando a la media hora con juego
alegre por ambos equipos cuando tenían la posesión del balón y
ambos serios en sus sistemas defensivos cortando ataques en
profundidad sin menoscabo de crear ocasiones puntuales pillando a
contrapié la defensa rival. Fruto de la intensidad defensiva sería
la tarjeta amarilla a Diego Sánchez en el minuto veintitrés o el
gol de Faye que enmudeció las gradas mas tanto el VAR como el BAR
dieron anulado el gol por fuera de juego y serio aviso a los jóvenes
y no tan jóvenes atletas del once sportinguista de que había que
mantener la tensión porque el Granada no renunciaba al ataque lejos
de conformarse con sólo mantener su portería a cero. El contundente
Pablo Vázquez vería tarjeta amarilla cuando pasaban dos minutos de
la media hora entrando el partido en una fase de juego bronco,
interrumpido por faltas y pese a ello sería Diego Sánchez quien
remata de cabeza enviando el balón al fondo de la red, esa era la
dirección del balón hasta que intervino el larguero desviando el
mismo. Antes de irse al descanso, en el minuto cuarenta y cuatro,
vería tarjeta amarilla Borja Jiménez. Una primera parte intensa, un
auténtico choque de trenes de dos conjuntos serios en tareas
defensivas y jugando sus bazas a la hora de tener el balón y que
auguraba una segunda parte igual de emocionante. Arrancó el Real
Sporting la segunda parte con la clara intención de ser incisivo
mediante la posesión del balón y profundidad en su juego, pese a
que a los tres minutos el VAR tuvo que revisar una entrada de Bernal
en el área rojiblanca sin más consecuencias que otra ronda alegre y
cantarina en el BAR con bandeja de pinchos recién salidos de la
cocina. Se llegaba al cuarto de hora con juego incisivo del Real
Sporting y un Granada creando peligro cuando tenía la posesión,
dando los rojiblancos sensación de ser más incisivos que el rival.
Tuvo el Granada una clara oportunidad de adelantarse en el marcador
tras una bella jugada creativa, en el minuto setenta y tres Borja
Jiménez mueve el banquillo dando entrada al recuperado Dubasin y el
recuperado en su juego de Dani Queipo por Gaspar Campos y Bernal
respectivamente. Y en el minuto setenta y cinco el árbitro pitaba de
forma fulminante penalti por falta sobre Dani Queipo por empujón de
Lama, en el BAR se vio claramente penalti porque era un emparedado
entre dos rivales más que un empujón y aquí se hizo el silencio de
súbito en el BAR mientras el árbitro revisaba el VAR porque un
parroquiano lanzó una bola de papel entre la lluvia de cáscaras de
cacahuete y corchos de botella en protesta por las dudas del VAR,
bola de papel que escondía en su interior un resto de pincho de
tortilla que terminó estrellado en el marco del televisor lo cual
hizo al chigrero cagarse en todos los santos y apagó el televisor
hasta que el culpable apareciera, el cual fue expulsado del BAR sin
más contemplaciones y volvió el chigrero a encender el televisor
justo cuando el árbitro daba marcha atrás a la pena máxima. Siguió
el partido, intenso y emocionante a medida que pasaban los minutos
sin moverse el marcador. Dani Queipo se reivindicó de nuevo ante su
afición, y agradecía la confianza del míster, realizando otro
partido sereno, concentrado y competitivo, gozando de una clara
ocasión de gol desbaratada en el último segundo por un defensa
rival con el portero ya batido. Crecía la emoción y también
comenzaba la resignación al empate porque tanto Real Sporting como
el Granada seguían con las espadas en alto y concentrados en defensa
hasta que a dos minutos del tiempo reglamentario surge la raza de un
jugador como Gelabert que coge el balón, corre, dribla, regatea y
finalmente suelta un chut que bate a Luca Zidane sin misericordia
para delirio de un Molinón que daba rienda suelta a toda la emoción
contenida en el apasionante duelo que se libraba en el césped. El
árbitro añadió nueve minutos al encuentro y los pupilos
de Borja Jiménez tuvieron que ponerse el traje de faena porque el
Granada se encorajinó en busca del tanto del empate con El Molinón
convertido en una caldera en apoyo del Real Sporting y silbando al
rival cuando tenía la pelota. Fruto del ímpetu visitante tuvo el
bravo Yáñez que desviar una pelota que iba directa al fondo de la
portería en el minuto noventa y dos; Guille Rosas desbarata otra
clara ocasión de un Granada que no dejaba de achuchar en busca del
empate. En el noventa y seis sale Gelabert del césped entre el
reconocimiento de la afición sustituido por Manu Rodriguez. En el
último minuto tuvo ocasión el Granada de igualar el marcador merced
a la falta de contundencia de los jugadores rojiblancos para sacar el
balón fuera del área y se llegaba al pitido final para alegría de
afición y jugadores locales mientras el Granada se marchaba
cariacontecidos sus jugadores por tan injusta derrota donde un empate
hubiera sido lo justo y le faltó pegada o más bien la fortuna que
en esta ocasión sonrió a los locales. Emocionante partido entre dos
equipos serios y creyendo en sus posibilidades, una igualdad en
méritos que tuvo su reflejo en el marcador hasta los minutos finales
donde Gelabert fue el peso que decantó la balanza para el triunfo sportinguista. Felicitar al Granada y su afición porque ha sido de
los mejores equipos, si no el mejor, de lo visto en El Molinón hasta
ahora en la temporada y que sin duda estará en el tramo final
luchando sin tregua.
Victoria
balsámica y de reválida que aleja los puestos bajos de la tabla
clasificatoria y dormimos en un confortable 7º puesto en la tabla
clasificatoria con 27 puntos, siete más que el próximo rival, un
Leganés que necesita ganar ante su gente y ascender puestos que le
alejen de los vértigos del abismo del descenso. Una victoria, y
además a domicilio, acabaría de reconfortar los ánimos y sumar
otros tres puntitos que nos acerquen un poco más a los míticos 50
puntos; un empate sería bien aceptado y la derrota dolería aunque
sin llegar a tragedia con el parón navideño para calmar los ánimos.
Hay que citar una nueva derrota de los carbayones en Sevilla por un
contundente 4-0 que ha provocado la defenestración del míster
siendo la segunda destitución en la temporada del entrenador, lo
tienen chungo aunque no imposible, ejemplo de que es ilusionante
ascender pero si se hace a base de chequera en fichajes, una vez
ascendidos la chequera debe seguir siendo solvente y es mejor el
método Orlegi de crecer sin prisa, con pausas y fichando-renovando
en busca de confeccionar un equipo para el ascenso y una base una vez
ascendidos para dejar de ser un equipo ascensor que es lo que somos a
día de hoy, el resto son baballaes...
F.
O. R.






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