The Adversiter Chronicle

jueves, 25 de diciembre de 2025

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje en el coche de San Fernando una tarde de 24 de diciembre

El viajero se pone los guantes antes de salir del portal del domicilio de unos familiares, de los que no están en la cena de Nochebuena pero sí lo estuvieron en su niñez y juventud que las circunstancias vitales ha hecho seguir caminos distintos conservando el recuerdo compartido de las navidades de antaño. Ya está oscureciendo y el cielo plomizo y gris, el frío invernal, la fecha que es, todo se junta para darle una atmósfera a las calles...
Observa el viajero las luces navideñas que pueblan las calles, en unas más que otras, echando de menos motivos alusivos al portal de Belén, es verdad que son luminosas y coloridas, pero los motivos hacen alusión a lugares emblemáticos de la ciudad, algún motivo navideño, pero nada alusivo a motivos típicos, será por el rollo religioso barrunta el viajero para sus adentros. Quiere el viajero tomar el cafelito en su abrevadero habitual en el camino, pero al igual que el resto de locales y negocios ya tiene la persiana echada aunque asoma luz, posiblemente preparando la cena y ya cerrado al público. Lo cierto es que es una rara sensación caminar por las calles y todo cerrado a esta hora, no tan maldita en que los bares empiezan a cerrar y, barrunta el viajero, tampoco el ambiente invita a lucir palmito sin menoscabo de que seguro que en el centro de la ciudad están aún apurando los brindis previos a la reunión en la mesa para cenar...
El viajero observa el abundante tráfico mientras espera en un semáforo de la Avenida de Tal, donde se ven peatones con bolsas y bien vestidos ellos y ellas rumbo a sus destinos como el viajero. Se para en un escaparate de calzado y medita si esperar a las rebajas si las suelas de sus zapatos aguantan, que todo puede pasar. Pasa el viajero y ve al chino de la tienda de los chinos con su eterno cigarro en la comisura de los labios, en la puerta de su negocio y observando la parafernalia navideña como quien ve llover, supone el viajero barruntando para sí mismo que igual que los cristianos ven las fiestas tradicionales ajenas como el año nuevo chino, el ramadán o las meditaciones budistas, pero al menos el chino podía ser un poco más sociable que de costumbre...
El viajero llega al portal, se quita los guantes para sacar las llaves y echa un último vistazo a la calle, casi vacía salvo una mascota paseando a su dueño de la que echa un pis y poco más. Saca la llave el viajero y, por un instante, vuelve a entrar en casa y le llega el olor de la cocina, hay voces y risas, trajín de sillas y el espejo refleja un niño ilusionado con la Navidad y caras que hace tiempo que son sólo un recuerdo. Al abrir la puerta del ascensor una bofetada de pachuli mezclado con pestazo a sopa de marisco y trazas de un estofado que lleva laurel le golpea el olfato haciendo trizas el espejo, el niño ilusionado y el olor a comida sustituido por ese hedor simulacro de perfume que no llegó a colonia, barrunta el viajero casi estornudando y pulsando el piso...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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