The Adversiter Chronicle

lunes, 4 de agosto de 2025

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí Kate

TRES COMPOSTURAS DEL POSTUREO BÁSICAS PARA LA PLAYA

Ha llegado agosto y quien más y quien menos se convierten en usuarios de arenales para tomar el sol y broncear la piel amén de remojarse entre las olas. Es por ello que quiero citar tres composturas del postureo básicas para la playa y que sirven de orientación para las distintas variantes de estos tres ejemplos: infancia incordiante, vecinos de playa comiendo bajo la sombrilla y el inevitable encargo de ir a pillar unos refrescantes helados. Ya digo que hay distintas variantes de estos tres arquetipos donde la compostura del postureo sufre ligeras variaciones que por instinto sabremos calibrar y adoptar la compostura del postureo apropiada.
Pasamos pues a la primera situación donde estamos tranquilamente tumbados sobre la toalla y uno u varios usuarios infantiles se ponen a jugar en la arena cerca nuestro por no decir parasitando nuestro espacio vital playero. La compostura del postureo de pedirles que vayan a tocar los cojones a otro lado, dicho de forma diplomática y adecuada a la entendedera infantil con otras palabras nos puede acarrear conocer a sus progenitores o familiar al cargo recibiendo una soberana bronca por molestar a inocentes criaturas jugando en la arena, de poco importará tratar de explicarnos o mostrar la toalla llena de arena porque no habrá diálogo posible. Si encima los progenitores andan de bronca, tienen problemas laborales y económicos o simplemente no hablan nuestro idioma, la cosa puede degenerar a espectáculo playero con presencia de mirones, socorristas, policia local y alguien grabando todo en vídeo con el móvil o cachivache digital pertinente. La compostura del postureo recurrente de si no puedes con tu enemigo hacer que sea tu amigo puede traer consecuencias desastrosas y desagradables. Me refiero a ir de panoli playero uniéndose a la infancia y aconsejando otro juego para que disimuladamente les apartemos a una distancia prudencial. Puede que la cosa resulte como excepción confirmando la regla, pero la infancia puede reaccionar entusiasmada y encontrarnos de repente en un atolladero, los progenitores pueden sospechar de ver a un adulto talludito jugando con infancia dejando que lo entierren en la arena, obligado a cavar pozos y hasta acompañar a la infancia a mojar los pies y coger agua para su cubo de arena. La mejor y casi única compostura del postureo eficaz es poner la toalla cerca de un grupo de jubilados o personas de mediana edad ya crecidita que no se cortarán un pelo en mandar a tomar por el culo a la infancia que ose molestar y reprochar a sus progenitores que no vigilen las andanzas incordiantes de esa jauría que tienen por hijos, lo cual nos garantiza nuestro descanso al sol. Pueden probarse otras composturas del postureo aunque son contemporizadoras y lo de arrimarse a personas jubiladas o de mediana edad es auténtica mano de santo.
Otra situación que requiere de una compostura del postureo es cuando en determinados arenales los vecinos de toalla comienzan a sacar comida de las bolsas. No voy a extenderme en composturas del postureo cuando comen queso de Cabrales o cualquier comida aromática que contamina nuestra pituitaria. Quiero aclarar para usuarios de pocos caudales y menos dinero en efectivo que hacerse colegas de toalla de esta clase de vecinos playeros puede resultar en una invitación a comer que no esperábamos y que nuestro bolsillo se pondrá loco de contento por el ahorro de no gastar en comida y nuestro estómago dará gracias de romper el ayuno cotidiano. Es la mejor compostura del postureo porque suelen ser grupos numerosos y además familiares o entrañables amistades que no dudarán en corrernos a gorrazos, soltar eructos por molestar y las inefables moscas y todo tipo de bichos que acuden a las fiambreras y platos de plástico con restos. Una compostura del postureo preventiva, salvo casos de ayuno por causas económicas, es la mejor y más eficaz consistente en observar el percal de usuarios antes de poner la toalla.
Llegamos al último, pero no por ello el menos importante, de los tres ejemplos como es que nos endosen el ir a pillar helados. Cuando se está en pareja o grupos de tales se suele aprovechar para estirar las piernas, pero en el caso de ir con familiares la cosa cambia. Para empezar fastidia la digestión plácidamente tirados al sol, luego el encargo suele ser numeroso porque todo quisque se apunta a que le cojamos un helado. Si conseguimos superar el trance de llevar dinero a escote pericote o que ya se pone el dinero después, suponiendo que disponemos de dinero para pagar los helados, toca hacer cola en el puesto de helados y que puede ser algo extensa de duración haciendo que nos olvidemos de los distintos tipos de helado encargados. Cuando por fin somos atendidos es cuando caemos en cuenta que o se galguea a ritmo de cabra legionaria para regresar con los helados o éstos comenzarán a derretirse por el camino, queda descartado por tanto que al menos pudiéramos comer nuestro helado de camino tranquilamente. Y al llegar veremos que todos cogen los helados y se ponen a comerlo mientras que nos toca hacer cuentas convirtiendo nuestro helado en una cosa chuchurrida, pegañosa y que hay que devorar antes de que acabe de fundirse del todo. La mejor compostura del postureo es nada más terminar de comer comenzar a bostezar de forma ostensible, decir que se va a echar una cabezadita y terminar añadiendo que si alguien va a por helados le traiga uno de tal sabor para pasar a tumbarnos y hacernos los dormidos hasta que escuchamos que alguien va a por helados. Tres composturas del postureo que pueden parecer baladí y que aprendemos a valorar en su justa medida cuando nos toca utilizarlas.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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