Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Comprando ropa
Generalmente
dos o tres veces al año tocaba ir con mi madre de compras,
concretamente ropa. Dejando aparte la inevitable compra por desgaste
y crecer cambiando de talla, recuerdo especialmente la compra de la
ropa para la primera comunión, no el típico traje de marinero, mis
padres se decidieron por un jersey de `cuello de cisne´, debía ser
el primero en mi corta vida porque recuerdo pasarme el dedo por el
cuello aliviando la presión. Un pantalón gris, chaqueta azul marino
y unos brillantes zapatos de charol que me dejaban perplejo cuando me
lo probaba delante del espejo. Otra ocasión memorable era cuando
tocaba ir de boda, aquí tenía algo de elección y me viene el
recuerdo del aroma de ropa nueva de la tienda. Aunque refunfuñaba
porque mi gusto no coincidía en ocasiones con los gustos de mi
madre. Me daba algo de corte ir al colegio con ropa nueva, más bien
calzado porque era ritual que te los pisaran al grito de `zapatos
nuevos´. No era acoso, en realidad era casi un ritual donde todos
participábamos, unas veces pisando y otras siendo pisado, lo cual
podía ser un engorro si te manchaban uno del par de calzado. Si tengo
que ser sincero, ahora que se puede a estas alturas, me gustaba
estrenar ropa nueva aunque nunca lo confesaba. Supongo que era
afortunado, y todos los niños y niñas que conocía también lo eran
y fuimos una generación sin escasez, que la había pero no nos
tocaba. Aún hoy cuando voy a comprar ropa y ya no me acompañan
adultos y el mostrador ya no me queda a la altura de la cabeza o
menos, recuerdo aquellos días felices y extraños donde ir a comprar
ropa formaba parte de mi universo infantil. Supongo que algo no
funciona cuando ir a comprar ropa aún supone un lujo para algunas
familias...
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario