La Europa
mediterránea y la ribera africana se han convertido en una sartén,
mira que siempre hay fresca en el acantilado y sin embargo estos días
el poco aire que azota es caliente. Es un año de quedarse frito al
sol, al contagio del coronavirus y de los bombardeos rusos, éstos
siguen sonando tan lejos que no se oyen mas siguen avanzando en
terreno ucraniano previamente pulverizado y vuelto escombros por los
bombardeos, rogando que los sistemas de guía no tengan espíritu
soviético y erren el tiro explotando es hospitales en lugar de
instalaciones militares...
Ahora me entero
de las directrices de la Unión Europea ante el sombrío panorama de
un otoño-invierno donde la sartén de la invasión a Ucrania puede
subir a niveles de ola de calor mientras Europa tirita de frío y
apaga las luces urbanas. Creí que habría tertulias de cafelito y
escote de la camarera cuando se inclina en el fregadero, animadas
conversaciones de trayecto en autobús con desconocidos. Pues no, la
gente está en otras cosas como las fiestas, la playa, la montaña y
se quejan de los precios y que nadie aporte soluciones efectivas que,
aunque pensadas como tales, son sólo parches que no calman los
calores en la sartén de la guerra...
Con tanto calor he ahorrado en consumo energético para cocinar comiendo carne y
pescado a la piedra aprovechando el calor achicharrante. La carne
esta cruda, el pescado estaba crudo y aunque la piedra me quemó los
dedos al cogerla no es, sin embargo, capaz de freír un huevo, lo digo
porque antes de la carne y el pescado mi primera opción era huevo
frito...
Así que me
imagino que en lugar de ser verano fuera invierno y tuviera que
cocinar a la piedra, a la lumbre de un mechero, una bombilla de
filamento y hasta encima del capó de un coche recién aparcado tras
trayecto de largo recorrido...
Siempre nos
quedarán las latas.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
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