The Adversiter Chronicle

viernes, 27 de mayo de 2022

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje al cafelito mañanero

El viajero se abrocha la chaqueta, hace una mañana agradable a la vista, cielo azul salpicado de blancas nubes con algunas de tonos grises, pero hay brisa y sensación térmica de fresco. Espera con la puerta del portal abierta a que entre un vecino, se saludan como buenos vecinos y sigue cada uno su camino...
El abrevadero mañanero del viajero ha cambiado de dueños, entre comillas ya que el viajero sabe que es un negocio en alquiler. Hacía unas semanas que el local parecía mate, sin el gracejo del personal con la clientela, jubilados que han pasado juntos su vida laboral y que siguen juntos a esa hora maldita en que las respectivas parientas les dicen que no estorben y salen al café, al reencuentro respetando las jerarquías laborales para ojos entrenados. El viajero recuerda que abría hoy tras cuatro días cerrado con ese trajín de los locales cuando lo regentan nuevo personal...
No hay diferencias estéticas, sí una máquina de café nueva, casi futurista. Está el abuelete que acapara el periódico hasta que se sacia de ojearlo, comentar en voz alta un titular al que nadie presta atención. La camarera es una novedad, el café sabe tan apetitoso como siempre y han aumentado la ración a dos churros en lugar de uno. El viajero prueba un churro, en apariencia casi igual a los que guarda en el recuerdo, le falta el azúcar espolvoreado. De textura es insípido, casi grasiento como comprueba el viajero al dejar el churro envuelto unos instantes en una servilleta que queda completamente grasienta...
Han cambiado la disposición de la máquina tragaperras a la que se acerca un jubilado, casi como que no va con él la cosa, firme en posición de meter monedas con la mirada fija en la máquina. Es algo triste, piensa el viajero, jugar dinero sabiendo que siempre gana la máquina. El viajero gusta de reírse para sus adentros cuando se queda mirando la máquina y el jugador de turno se percata y piensa que el viajero está al quite para jugar cuando se retire el jugador de turno. Se ponen tensos y se ve el ansia de yonki de tragaperras que, temeroso de que le birlen el premio, juega compulsivamente, sabiendo que no es momento de combinaciones pero resistiéndose a retirarse. El viajero no es cruel y ya no práctica tanto el absurdo pasatiempo...
El viajero ha disfrutado del cafelito mañanero, añorando al personal y contento de que el abrevadero esté de nuevo operativo. Lo del churro lo pasa porque ha saciado alguna mañana ese apetito absurdo que entra cuando ponen un pincho o un grasiento churro que no sabe como los de antaño en la churrería. Han entrado dos mujeres y una de ellas ha cruzado un instante su mirada con el viajero. Se sientan en la barra y mientras se levanta, el viajero observa la espalda de la mujer que se atusa el pelo. El viajero piensa que si gira y le mira al pasar se sentirá afortunado mientras enfila la salida y se dispone al paseo antes de ir a...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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