The Adversiter Chronicle

viernes, 6 de mayo de 2022

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

CORAZONES DE ACERO (2014)
                     (Fury)

Los amantes del género de hazañas bélicas siempre han tenido una cuenta pendiente con el subgénero de tanques con acción ambientada en la II Guerra Mundial. Es cierto que se han hecho buenas, entretenidas y curiosas películas en los escenarios desérticos y frentes de batalla europeos, aunque siempre adolecían de un aspecto que no dejaba cuajar una sensación plena: que los tanques alemanes y aliados siempre eran contemporáneos, no había Panzer y no había Sherman, sí proliferaban vehículos de campaña nazis y semiorugas que entre un poco de follaje, un par de esvásticas y una MG montada daban el pego pero no era el realismo que impregnaba el metraje. Así que cuando vimos la oportunidad de visionar esta producción de 2014 que trata sobre las tribulaciones de una tripulación de Sherman con reparto solvente en cartelera y en taquilla, no lo pensamos casi nada antes de aparcar trastos de faena y surtirnos de birras frías y pistachos para disfrutar de la presencia de Brad Pitt y compañía dirigidos con pulso firme por David Ayer. La crítica en su estreno se quedaron a medio camino de tildarla de cosa ya vista o película con trascendencia...

Brad Pitt es un aguerrido y curtido tanquista al mando de la dotación del tanque `Fury´, veteranos de otros frentes y del desembarco de Normandía en las postrimerías de la guerra avanzando ya por territorio alemán encontrando enconada resistencia por parte de las SS. Al fallecer un miembro de la tripulación en la última refriega con el enemigo, llega el novato interpretado por Logan Lerman como sustituto pese a que fue adiestrado para ser chupatintas mecanógrafo en la retaguardia. El sargento al mando tratará de hacerle ver que los ideales son pacifistas y la Historia es bélica, aprender a disparar al enemigo no viendo un semejante sino alguien dispuesto a matarle si no lo mata él primero. El resto de la tripulación la forman un Shía Labeout en un personaje complejo que sufre la psicosis de combate al igual que el resto de la tripulación, un cristiano de los que votan a Donald Trump y que confía en su sargento para salir vivo una batalla más, combates casi escaramuzas donde los alemanes hacen pupa antes de ser pulverizados por el disparo de los tanques. De conductor nuestro querido Michael Peña en otro personaje de pachuco donde logra una vez más que este pachuco no es el mismo de anteriores papeles de pachuco, un buen actor quizás algo constreñido a papeles de pachuco tan estadounidense como el que más. Finaliza la dotación un Jon Berthal en un personaje complejo que lidia entre la psicosis por fatiga de combate y no perder su alma humana embrutecida por la guerra. Todos ellos han visto amigos pulverizados en sus tanques y saben que cada escaramuza y cada combate puede ser el último.

La historia bebe de títulos anteriores y hay homenajes, al final tenemos una especie de aventura tipo Sven Hassel que atrapa al público veterano, está bien ambientada como gusta a los sibaritas y se ve material de la época y no modernos vehículos militares disfrazados de vehículos nazis. La batalla contra el Panzer está lograda y satisface a los críticos que miran con lupa los pequeños detalles. Pero en ocasiones la película quiere, pretende, tener una filosofía ya algo trillada en otros títulos precedentes de la década pasada y hay incongruencias como tener diálogos filosóficos con el batallón SS asediando a base de Panzerfaust y MG. El recorrido iniciático del guripa novato chirría con el rollo de tener fornicio con la chica alemana, los rusos violaban pero los yanquis seducían. Que la chica fallezca no despierta el sentimentalismo que busca el director y desentona un poco. En realidad desentona todo, dando la impresión a veces de ver tramas de serie televisiva. Se esboza la psicosis de guerra y la fatiga de combate pero no se entiende que los SS siempre ataquen por delante al tanque y no por atrás. Es el típico rollo ñoño filosófico de las tribulaciones de la soldadesca ante el combate y la muerte como una constante compañera de viaje...

La película nos ha gustado, aunque a veces el interior del tanque es como el de aquellos submarinos de Objetivo Tokio que eran espaciosos y cómodos para la tripulación. Le sobran ñoñeces y le falta un poco de salvajismo aunque aparece a pinceladas y siempre como prueba de la filosofía de la película. Hasta un SS demuestra humanidad cuando descubre al guripa novato escondido bajo el tanque y decide dejarle vivir. Sobra el fornicio con la alemana y todo el rollo de la cena y el enojo de la tripulación. Brad Pitt está muy bien dotando a su personaje de matices y el resto está a la altura de la estrella aunque el rostro juvenil de Shía LaBeouf con bigotito nos recuerde más a Alfredo Landa que un mojigato y meapilas de cristiano fundamentalista. Eso sí, la alemana Rita von Rittberg está buena que flipas y fue objeto de acalorado debate tras el visionado...
Película con sitio propio dentro del subgénero de tanques y hazañas bélicas.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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