The Adversiter Chronicle

viernes, 13 de mayo de 2022

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Soldados de hierro 
-Los voluntarios de la División Azul-
Autor: Francisco Torres
Editorial: Editorial ACTAS, S. L.
Edición: Segunda edición, noviembre 2014

Sin duda, la participación de tropas españolas en la II Guerra Mundial son las grandes olvidadas en las crónicas, documentales y bibliografía sobre la misma. Dentro de la ignorancia en general, quienes combatieron en el bando aliado, quienes sirvieron en el Ejercito Rojo y la importancia de España y Portugal en la guerra han visto la aparición de obras que ponen en su lugar, importante, la neutralidad de España. Pero hubo una participación española encuadrada dentro de la Wehrmacht en el bando alemán que ha sido injustamente tratada por quienes estudian la participación española en la guerra. Lejos de ser una alegoría más o menos soterrada del franquismo, cosa que sucede en muchas obras tanto de un bando como de otro, el autor nos lleva a la época inmediata tras el fin de la Guerra Civil y el comienzo de la guerra mundial. Una España donde la lucha contra el comunismo es el discurso oficial y se sigue con ansia el progreso de las fuerzas nazis conquistando Europa y la guerra en el frente del este contra la URSS. Franco y su régimen deben mantener la neutralidad y mostrar a la vez al régimen nazi su apoyo. Así nace la División Azul de voluntarios para participar en la lucha contra el comunismo y donde el ideal falangista y la Falange ven la oportunidad de participar en lo que se preveía como una fácil victoria alemana. Veteranos de la guerra civil, falangistas de camisa vieja, jóvenes idealistas que han visto y padecido la retaguardia republicana y amantes de la aventura se alistan...

El acierto del autor reside en sumergirnos dentro del ambiente de quienes se sienten partícipes de la victoria y donde el ideal falangista y la dictadura de Franco son el inicio de una nueva España. Se nos muestra con datos verídicos que algunas leyendas sobre el reclutamiento que han contribuido a denigrar a la División Azul no son ciertas ni en la proporción que figura en otros autores. Sentiremos el ansia de alistarse a combatir en la lucha que entonces libraban dos ideologías antagonistas lejos de estereotipos de tropas fanatizadas. Eran personas de su tiempo que luchaban en un bando donde también otros compatriotas luchaban. Centrado el relato en la historia de la División Azul en Murcia, podemos sacar extrapolaciones aplicables al resto del contingente. Despedidos con la gloria de los héroes, quienes regresaron del frente y quienes regresaron tras sufrir cautiverio, volvieron a un mundo distinto donde el régimen de Franco se consolidaba y retornaron como parte de un ejército derrotado...

Francisco Torres García, historiador y articulista, catedrático de Instituto, profesor de Enseñanza Secundaria, es licenciado en Letras por la Universidad de Murcia en la división de Geografía e Historia en la especialidad de Historia Moderna y Contemporánea. En 1986 alcanzaba el grado con la presentación de su trabajo Un análisis del Movimiento en Murcia: de la FET a la División Azul que obtuvo la máxima calificación. Es uno de los más destacados especialistas españoles en la historia de la División Azul y ha centrado su investigación en las etapas más recientes de la España contemporánea, publicando artículos en revistas de divulgación histórica, participando también en diversos congresos con ponencias y comunicaciones.
Datos sacados de la contraportada actualizados al año de la edición y en Internet podéis consultar más información sobre el autor. Y sin más dilación, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:

El papel de la División Azul en el contexto de la época...
"La División española de Voluntarios jugó un papel destacado en ese juego diplomático. En el verano de 1941, tras las reiteradas negativas de España a entrar en la guerra, el envío de una unidad combatiente era el gesto máximo de aproximación que podía sentar a la nación en la conferencia de paz si la URSS se hundía, y pocos esperaban que Rusia consiguiera lo que no habían logrado los ejércitos europeos. El envío de la unidad militar española suponía la máxima aproximación externa española al Tercer Reich y alimentaba en las mentes germanas la posibilidad de que fuera el primer paso hacia un cambio decisivo de la posición española. A partir de 1942 el mantenimiento de la División Azul en el frente facilitaría la imprescindible ayuda alemana en materia de armamento y aliviaría las tentaciones intervencionistas pero, al mismo tiempo, sería necesario que la unidad militar continuara en el frente, pese a las presiones aliadas, porque una retirada podría suponer la ruptura de relaciones con el Tercer Reich y precipitar la invasión teutona. Todo ello sin obviar la resistencia que mostraron las autoridades españolas a retirar una unidad que simbólicamente representaba el combate de la España de la Victoria contra el comunismo."

Voluntarios no falangistas...
"En muy pocos casos los expedientes, en los que no se precisa el referente ideológico, nos permiten pensar que pudiera tratarse de voluntarios con orígenes izquierdistas o que hubieran servido en el Ejército Popular que buscaran, de algún modo, lavar su pecado original. Este podría ser el caso de Rafael Permuy Guillén, sargento del Ejército Republicano, que había pasado sin mayor problema el proceso de depuración. Y quizás también el de Adalberto Liarte, que había servido en las filas de la Armada republicana y pasado por el 34 Batallón de Trabajadores. Licenciado en 1940 se incorporó a la División en junio de 1942. Años después de volver de Rusia ingresó en la Policía Armada, para lo cual era preciso tener un expediente político limpio. Entre los alistados también encontramos un pequeño número de militantes de partidos y sindicatos de izquierda que quisieron formar parte, voluntariamente, de la División Azul. Rafael Navarro Candel intentó alistarse en las Milicias en febrero de 1942, no fue admitido por `malos antecedentes (rojo)´. Manuel Gálvez Muñoz, militante del PCE, no fue seleccionado por razones obvias. Tampoco consiguió ir, en el tardío febrero de 1943, cuando en teoría todos los que se presentaran eran admitidos, José García Villalba, de oficio rastrillador, quien, pese a su militancia en la UGT y en el PCE, con permiso paterno, se presentó en la oficina de Milicias. Igual suerte corrió el ugetista Joaquín Hernández Pellicer, aunque en su ficha conste que se afilió al sindicato socialista por razones de trabajo. Algo distinto fue el destino de Rafael González Franco, quien consiguió estar un mes en la División Azul; se alistó el nueve de marzo de 1943 y fue dado de baja, probablemente por sus antecedentes, el uno de abril. Sin embargo, José Monserrat, afiliado a la UGT durante la guerra y de oficio panadero sí tuvo plaza en marzo de 1943, aunque en su ficha constaba que tuvo que que militar en el sindicato socialista a la fuerza pero que poseía una `excelente conducta´. Igualmente se reconocía, aunque no consiguiera plaza en la unidad, que el médico Mariano Giménez Casalins había servido en el Ejército Rojo a la fuerza."

Defensa de Possad...
"La encarnizada resistencia de Possad y la decisión soviética de acabar con aquel punto que inexplicablemente resistía, sin grandes refuerzos y con poca aunque certera cobertura artillera, desde el día cuatro, debió de evitar que se aplicara la lógica. En vez de continuar machacando las posiciones hispanas con la artillería y la aviación, el mando de la continuamente reforzada 305ª División rusa optó por el asalto. Nuevamente el día siete, alas cinco de la mañana, se repitió la intensa preparación artillera y el bombardeo de la aviación que actuó en vuelo rasante. Después los rusos lanzaron el que consideraban que sería el ataque definitivo apoyado por carros blindados. Desde los cuatro puntos cardinales, los rusos se precipitan sobre la aldea. A las diez y media de la mañana Possad está rodeado. La aviación rusa se ceba con Otensky buscando acallar los cañones españoles que protegen con gran acierto Possad. El general Muñoz Grandes teme perder la posición e inútilmente pide a los alemanes apoyo aéreo. García Rebull reclama desesperadamente refuerzos. Nada se puede enviar desde Otensky que bastante hace con resistir. Entre las cinco y las seis de la tarde aparecen los carros. Los rusos sobrepasan las posiciones y penetran en el pueblo. Sin apoyos, las noticias que transmite Muñoz Grandes al Cuartel del 16 ejército no pueden ser más desalentadoras: `la situación no está aclarada al momento de cerrar el parte y debe ser considerada como extremadamente crítica´. El mando alemán da por perdido Possad y Otensky por lo que los rusos avanzarán hasta la orilla del Voljov´. Los españoles iban a escribir la historia de otro modo. En medio de los combates, recuerda Luis Luna, como junto al tradicional `¡Hurra!´ de la infantería soviética resonaba el `¡Ispanki Kaput!´ como grito de guerra."

Promesas incumplidas a los veteranos licenciados...
"Desde el punto de vista laboral es evidente que promesas, anunciadas a bombo y platillo, habían tenido muchas, pero, al final, se quedaron sólo en eso. A principios de 1942, el gobernador civil había enviado una nota a los Ayuntamientos y a la Diputación señalando `la conveniencia de que aquellos funcionarios que desempeñaran sus cargos con carácter interino y se alistaron en la División Azul sean considerados de plantilla concediéndoles el cargo en propiedad´ como muestra de la `honda gratitud que debe guardarse a quienes en tierras de Rusia han defendido y están defendiendo a la auténtica España´. Pero, una vez más, no se trataba de una norma; era una sugerencia que quedaba sujeta a la arbitrariedad de la autoridad y, a la hora de la verdad, eran muy pocos los que se encontraban en tal situación. Sí cumplió con lo acordado, aunque en diciembre de 1943, el Servicio Español de Magisterio: los maestros que habían formado parte de la División Azul, que en el caso de Murcia eran numerosos, y que habían aprobado la oposición de 1941, pero que no se habían incorporado, ocuparían el lugar que les correspondía en los listados, pero tampoco esto puede presentarse como un trato de favor. Un número significativo de voluntarios, si nos atenemos a la cualificación profesional que figura en sus expedientes, pertenecía a familias de clase media por lo que se reintegraron a la vida civil con mayor o menor dificultad en función de las heridas morales que trajeran. Sin embargo, un grupo bastante extenso de divisionarios carecía de cualificación profesional y ahora tenía que buscarse la vida. Haber luchado en la División Azul debería, teóricamente, haberles abierto puertas pero, en ningún caso, se podría hablar de una actuación genérica de las autoridades a favor de los voluntarios. Si, como hemos visto, el tener un hijo o un padre muerto en el frente no era garantía de nada no es difícil estimar que debieron abundar los casos en los que, con el paso de los años, muchos ex-divisionarios quedaron desamparados."

Cobrar las pensiones alemanas como veteranos de la Wehrmacht...
"El número real de los que tenían derecho a cobrar esa pensión era mucho más alto del que inicialmente habían previsto las autoridades germanas: el número de mutilados podría triplicar la cifra inicial, ya que habían de añadirse los casos de aquellos voluntarios con secuelas derivadas de heridas aparentemente curadas. Las Hermandades se afanaron a la hora de tramitar las peticiones. Desde 1959 la Hermandad murciana trabajaba en la confección de los expedientes de los excombatientes para solicitar la tramitación de las pensiones para los familiares de los caídos. Para ello habían confeccionado un listado de los mismos, procediendo de igual forma en el caso de los mutilados, independientemente de que tuvieran reconocida dicha categoría por el estado español; sobre todo porque eran varios los que habían desarrollado enfermedades a raíz de las heridas recibidas en el frente y que por ello no tenían tal consideración. En 1963 ya tenían bastante adelantado el trabajo, pues habían contactado con sesenta y seis familiares de caídos. La confección de los expedientes no era sencilla ya que era preciso reunir cuantos datos e informes fuera posible. La Hermandad era consciente de que, como se desprende de los expedientes de las pensiones denegadas, la revisión sería estricta."

Libro que trasciende la ideología de la época para ser la crónica de una unidad militar española en la II Guerra Mundial que combatió en el lado del Eje y que paradójicamente algunos de sus miembros acabarían siendo carne de gulag junto a los compatriotas que luchaban en el bando soviético. Olvidados desde que la dictadura franquista varió su postura para adaptarse al mundo surgido en 1945, tildados de fascistas, mercenarios por la soldada, alistados a la fuerza y demás epítetos que siempre sufren los ejércitos derrotados. También para recordar que hubo hombres y mujeres de ambos bandos que decidieron continuar la lucha contra el fascismo y el comunismo terminada la contienda en España cuyas sepulturas permanecen olvidadas en Rusia y que son las y los grandes olvidados en las crónicas de la guerra. Ideal para amantes de la historia militar, de la historia de España y amantes de obras basadas en el estudio de archivos y documentos que encontrarán en las notas a pie de página complementos a la historia que se nos muestra. Y también un homenaje a unos soldados que sufrieron y padecieron convencidos de una causa justa y aspirando a un mundo mejor que volvieron con la vitola de la derrota y testigos incómodos de la intervención de la dictadura franquista de posguerra a favor de la Alemania nazi.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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