Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Cara y sufrida victoria
frente a un Real Zaragoza que no pudo remontar pese a con un jugador
más contar
Semana
previa al encuentro frente al Real Zaragoza de emociones encontradas.
Por una parte la alegría y alivio tras las victoria en Valladolid
que permitía preparar el siguiente partido con calma, declaraciones a
la prensa de jugadores que vuelven a recobrar confianza y optimismo
tras la racha negativa de resultados y juego que le costaron el
puesto a Garitano y un Borja Jiménez que entró con buen pie a
dirigir el equipo manifestando dosis de realismo reconociendo que el
objetivo ahora debe ser alcanzar los míticos cincuenta puntos y si
se consigue tratar de llegar al tramo final en condiciones de
disputar el ascenso. Por otra parte, el fallecimiento de un jugador
mítico para la memoria sportinguista como fue Espinosa, aguerrido
defensa que llegó al Real Sporting en 1982 procedente de la cantera
del Real Madrid, jugando seis temporadas como rojiblanco, uno de los
pilares del Real Sporting de la época dorada y que contribuyó a
clasificarnos en dos ocasiones para la copa de la UEFA y
seleccionado en la también mítica selección española que jugó la
Eurocopa en 1984 siendo titular en cuartos de final frente a la
entonces RFA. Y es que Espinosa no era protagonista de los grandes
titulares, era un defensa contundente y parte de la espina dorsal del
equipo, se ganó el cariño de la afición por ser un jugador sin
estridencias en el vestuario, todo lo contrario, y baluarte como
parte de la defensa que hizo brillar, junto con el resto de
compañeros, al Real Sporting logrando ser competitivos y un rival a
respetar por los contrarios...
Buen
ambiente en El Molinón para recibir a un Real Zaragoza querido por
la afición sportinguista y cuya afición es comparable a la afición
sportinguista en lo que se refiere a dar apoyo y que atraviesa horas
bajas que se presentaba como colista y nuevo entrenador y con
aficionados desplazados al Molinón para dar apoyo. El partido tuvo,
literalmente, dos partes bien distintas. Antes del partido se guardó
un solemne minuto de silencio en memoria de Espinosa. Ambos equipos
comenzaron el encuentro dispuestos a tratar de dominar el juego
controlando el balón, sin un dominio claro de ninguno. Tal era la
intensidad que el colombiano Otero vio una tarjeta amarilla a los
cinco minutos del pitido inicial. El Zaragoza montó su sistema
defensivo sin renunciar al ataque cuando tenía ocasión, jugando el
balón con ideas claras que lograban llevar el peligro al área
rojiblanca, lejos de ser un equipo colista, mientras los jóvenes y
no tan jóvenes atletas del once sportinguista trataban de perforar
el sistema defensivo visitante que hacía que Gelabert no recibiera
balones, un forcejeo que en el minuto veinticuatro, a saque de
esquina, el incombustible Otero remató espléndidamente de cabeza
marcando el que sería el único tanto del encuentro. Todo indicaba
que el Zaragoza acusaría el golpe y sería la ocasión de rematar
porque no les quedaba más remedio que buscar el empate propiciando
ocasiones para pillarle a la contra. Pero el partido comenzó a
transformarse para el Real Sporting cuando diez minutos después de
marcar Otero tuvo que retirarse por lesión el audaz Gaspar Campos
que sería sustituido por Nacho Martín. El equipo visitante no se
achantó por el gol en contra y lograba inquietar a la grada con sus
ataques contundentes y antes del descanso tuvo el Bravo Yáñez que
lucirse una vez más con un paradón, en unos minutos finales de
pájara en la defensa sportinguista que metió el miedo en el cuerpo
a las gradas. Ya en tiempo añadido, nueva desgracia en forma de
lesión de Otero que se retiro del césped renqueante y fastidiado
porque parecía que la lesión podría serlo, saltando al césped
Pablo García para sustituirle. Miraba el respetable la hora, dadas
las interrupciones el árbitro añadió minutos al tiempo añadido,
cuando de súbito el intrépido Dubasin vio tarjeta roja por un
manotazo tras consulta en el VAR, no se vio en el BAR la misma
apreciación y comenzaron a llover corchos de botella y cacahuetes
al televisor que hizo al chigrero poner orden amenazando con
desenchufar la tele y no fiar en una semana. Para rematar la guinda
del mal fario que se cernía sobre El Molinón, marcó el Zaragoza en
tiempo añadido del tiempo añadido, esta vez el VAR y el BAR
coincidieron en que no era tal, llegando con alivio al descanso y con
la sensación de que iba a tocar sufrir jugando con uno menos y un
rival que seguramente saldría decidido a remontar aprovechando la
circunstancia porque el Zaragoza en el primer tiempo nunca dio la
sensación de equipo colista. Dio comienzo, pues, un partido
completamente distinto. Para empezar, Borja Jiménez sacó del campo
a Gelabert sustituido por Amadou y el Zaragoza saltó de nuevo al
césped con la firme ambición de tener el control del partido y de
la pelota frente a un Real Sporting que montó el dispositivo
defensivo decididos a defender el marcador a favor, contando con la
presión ambiental de una afición sportinguista que no dejó de silbar
y abuchear cuando el rival tenía el balón y que daba coraje a los
rojiblancos. Y es que el segundo tiempo fue un monólogo del Zaragoza
encorajinado en busca del gol. En el minuto setenta nuevo
contratiempo en forma de tarjeta amarilla para el incombustible
Corredera que se perderá el próximo encuentro por acumulación de
tarjetas. Seguía el Zaragoza su ofensiva sin descanso, salvo unos
minutos en que el juego se volvió bronco, lo cual favoreció a los
rojiblancos que se mostraban firmes en defensa pese a los ataques
maños. En el minuto ochenta el míster metió piernas frescas dando
entrada a Loum y Kevin Vázquez por Guille Rosas, renqueante, y
Corredera respectivamente. Los minutos finales se sufrieron debido a
una batería casi constante de saques de esquina a favor del Real
Zaragoza que creaban incertidumbre y un pitido final que parecía que
no iba a llegar nunca. Victoria trabajada, cara y sufrida del Real
Sporting y nueva dolorosa derrota para el Real Zaragoza y su afición,
que pese a ser un equipo alejado de la imagen de un colista, plantó
cara desde el minuto uno aunque incapaz de sacar provecho de su
ventaja, una de esas derrotas que contribuyen al mal fario del ser
colista donde parece que nunca se ve recompensa al trabajo realizado
en el césped y que hunde la moral de jugadores y afición.
Cara
la factura de la victoria con el resultado de dos lesionados y dos
jugadores pilares del equipo que están sancionados para la próxima
jornada como son Dubasin y Corredera, jornada con visita al feudo de
Las Palmas que necesita una victoria para afianzarse en puestos
nobles, duerme segundo en la tabla clasificatoria esta semana, y
entre medias partido copero contra el Caudal Deportivo de Mieres,
circunstancias todas ellas que propiciarán que los suplentes
demuestren que son válidos y callar voces que aseguran que
actualmente no hay banquillo solvente. Y mencionar que los carbayones
empataron en el feudo del Girona tras gozar de ventaja en el marcador
y que les mantiene en puestos de descenso así como la derrota del
Real Avilés Industrial que rompe la buena racha de resultados de los
avilesinos. Toca esperar acontecimientos y semana de trabajo intensa
para Borja Jiménez y sus pupilos tras uno de esos partidos que
forjan realmente a un equipo y afición, logrando un cambio en los
jugadores al aumentar la confianza en sí mismos y a la afición a
tener fe en el entrenador y su sistema, claro que una derrota hubiera
sido todo lo contrario pese a los atenuantes de jugar con uno menos y
la lesión de Otero...
F.
O. R.






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