The Adversiter Chronicle

miércoles, 22 de octubre de 2025

"Ni a pata ni alpargata y menos a La Alcarria", suplemento viajero cutre

Suplemento viajero cutre de The Adversiter Chronicle

Viaje al ambulatorio para realizar una analítica

El viajero emprende el camino al ambulatorio, no queda lejos de su domicilio, a primera hora de la mañana; esa hora en que te despiertas y te vuelves a envolver en las cobijas salvo que tengas que levantarte. Hace un poco de fresco aunque no el frío esperado para esta época del año. Hay abundante tráfico y el viajero debe cruzar una rotonda que está atestada de coches y obliga a esperar en el semáforo, el viajero se topa con estudiantes camino de las aulas, en grupos de charla animada. Cruza el viajero la rotonda y ve un garito de buen café donde ha parado en otras ocasiones, pero está cerrado y tampoco el viajero puede romper el ayuno, debe sacar sangre para una analítica, y le entran más ganas de un buen cafelito, esas ganas impetuosas ante algo prohibido...
El ambulatorio es un edificio de forma rectangular en el que las distintas consultas y dependencias se reparten a lo largo de un pasillo, hay planta de sótano también. El viajero entra y ve atestada también la sala de espera y busca un asiento que encuentra al final de la fila de asientos. Saluda el viajero a una vecina que también espera sentada que la llamen, ese saludo impersonal entre vecinos que son en realidad auténticos desconocidos salvo algún encuentro en el ascensor o en reuniones de la comunidad. El viajero puede ver la sala de extracción donde generalmente hay cuatro mesas de extracción, pero la cola inusual y que el viajero puede atisbar que sólo funcionan dos mesas de extracción, deduciendo que hay un ligero retraso y un pequeño embotellamiento de usuarios esperando su turno...
El viajero oye su nombre y se dirige a la sala de extracciones y lo primero es entregar la muestra de orina, en una pipeta que ahorra el viajar con orina envasada en el recipiente como antaño. Le recogen la muestra y le entregan un papel con etiquetas para entregar en la mesa de extracción, cosa que hace en cuanto se sienta, le pasan directamente a la extracción de sangre que se ha vuelto un procedimiento más ágil porque han abierto otra mesa. La sanitaria es una persona joven que sabe manejar sus herramientas, ha encontrado la vena a la primera y el viajero observa la aguja que penetra en su piel sin apenas molestia y ningún dolor. Mira el viajero como la sanitaria rellena cuatro pipetas con sangre de un tono oscuro y de apariencia espesa. El viajero observa el proceso sin sentir sensaciones de mareo, vértigo u impresión al ver la sangre, de hecho observa de forma casi ajena porque la cosa termina rápido, le colocan un esparadrapo donde pinchó la aguja y se levanta raudo porque hay ya otra persona lista para ocupar el sitio...
El viajero se sienta cinco minutos y le viene el recuerdo de las vacunaciones masivas cuando la pandemia. No ve el viajero que haya sangrado y pasados los cinco minutos se pone de nuevo la chaqueta y se dirige a la salida mientras mira el trajín del ambulatorio con gente esperando turno en el mostrador y otros usuarios sacando la vez en la máquina. Sale al exterior, ya hay más luz mañanera con cielo salpicado de nubes blancas y cada vez menos fresco el ambiente. El viajero busca con la vista y encuentra un garito abierto unos metros a la derecha en la acera de enfrente del ambulatorio y decide encaminarse para tomar un cafelito que rompa el ayuno y seguir...
Pero ése, ya es otro viaje.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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