Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
ENOLA GAY (1980)
La
guerra en Ucrania desatada por Rusia nos ha devuelto a la atmósfera
de la Guerra Fría con la amenaza nuclear latente de telón de fondo,
siendo buen momento para recordar una canción mítica y homenaje a
un grupo no menos mítico como es O. M. D, iniciales en inglés de
Maniobras Orquestales en la Oscuridad. Es una formación de música
electrónica, que dicen los entendidos, y exponente y guía de lo que
fue el sonido tecno para la plebe consumista hasta bien entrada la
segunda mitad de la década de los 80´s. El disco salió al mercado
un 26 de septiembre de 1980, siendo el cuarto sencillo de su segundo
LP grabado en estudio. Es un exponente de cómo la industria de la
música se manifestaba a favor del antibelicismo creando productos musicales de éxito popular, buscando concienciar si se quiere al
oyente, pero siendo ante todo un producto musical rentable. Dicen los
eruditos que la canción trata de concienciar sobre la utilización
de la bomba atómica y la necesidad de la misma...
Pero
dejando aparte zarandajas filosóficas, pese a que el tema cobra
actualidad cuatro décadas después de su lanzamiento, la canción
trascendió su trascendencia y se instaló en la memoria musical
gracias a la magia en los sintetizadores de O. M. D. que logra en
todas sus canciones una atmósfera genuina e inimitable que enamoró
y se ganó una legión de fieles del grupo en todo el mundo. En el
orbe hispano no fue una excepción, superando la barrera idiomática
y sucumbiendo a su magia sonora. Es cierto que Juana de Arco
es el tema más anclado en la memoria musical, pero Enola
Gay despliega toda una panoplia
de ritmos y estribillos de sintetizador que marcaron escuela, que
levante la mano quien haya tenido un CASIOTONE y tratado de lograr
uno de los estribillos al teclado, que otras formaciones trabajaron
pero sin llegar ninguna a la majestuosidad de O. M. D. y su estilo y
sólo Depeche Mode logra una personalidad electrónica propia,
siempre en términos de la gran masa consumidora de música.
La
canción sigue tan fresca de sonido como en su lanzamiento y era,
puede ser todo un descubrimiento para las generaciones digitales
saturadas de voces distorsionadas y ritmos electrónicos clónicos.
También, y otra razón de que siga plenamente vigente cuarenta años
después, la letra es imperecedera. Sigue siendo un grupo de culto
para legión de fans y forma parte indispensable de toda fonoteca de
los 80´s. Y luego está el aspecto visual donde los videoclips de O.
M. D. siempre se distinguieron por sus hechuras cinematográficas y
eran el complemento visual perfecto a las canciones como en este caso
donde fue vanguardistas en efectos. Si le dais a subtítulos podréis
ver la letra en inglés...
Un
tema renacido con la guerra de expansión imperial del señor Putin y
su régimen.
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