The Adversiter Chronicle

viernes, 2 de diciembre de 2022

"TELEMIERDA INC.", suplemento televisivo cutre

Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

Delicioso vaudeville entre Jorge el guardia civil, Alba Carrillo y la inefable de Marta López


Hay un dicho que afirma que cuanto más sube un tipo, más ruido hace al caer. El medio televisivo no se libra de tal dicho, es lo ocurrido con un personajillo televisivo que en dos años subió como la espuma en el universo de Tele5, el miembro, con perdón, de la Benemérita reconvertido a modelo, colaborador televisivo y analista incisivo del famoseo, famosetes y aspirantes a ser personajes televisivos: Jorge el guardia civil, flamante campeón de una edición de Supervivientes, cuerpo de belleza griega, equilibrado como persona, moralista didáctico en historias de cornamentas, deslealtades y sinvergonzonerías varias en cabezas ajenas; el aspirante perfecto a emparentar con una hija, el yerno soñado por toda suegra, cabeza de familia con cuatro churumbeles, todos de la misma santa esposa. En definitiva, un tipo que conquistó a la audiencia y que en dos temporadas se convirtió en referente de colaborador y analista con sensatez, sentido común y la razón que da la posesión de la verdad amparada por los hechos...

Pues resulta que de santo, desde un punto de vista televisivo, no tiene ná de ná y más bien es
un santurrón que las mata callando, hasta que se topó con Marta López. Una caída estrepitosa que causó primero pasmo, luego pudor y finalmente la decepción que produce descubrir a un mentiroso que mostraba una cara cuando en realidad es un caradura de tres pares de bemoles. Todo acontece cuando en una fiesta de empresa con presencia de la fauna televisiva de Mediaset, el personal comienza a flipar cuando en una esquina de la barra se encuentran en pleno flirteo de apareamiento el señor Jorge Pérez y la señorita Alba Carrillo, esa mujer sensible y dolorida que se camufla tras un personaje de vampiresa picarona y dispuesta a vivir su vida erótica festiva como le plazca. La cosa sube de tono sensual entre besuqueos no esquivados, susurros al lóbulo de las orejas y una actitud que no dejaba lugar a la duda. Todo ello grabado por varios asistentes. Estos fueron los primeros hechos conocidos cuando entra en escena esa colaboradora lagarta y odiosa desde un punto de vista televisivo que es la inefable de Marta López, parte activa en casi todos los pifostios, lengua suelta para luego contar información que sólo ella logra y finalmente descubrir que es otro de sus líos de lianta. Los ingredientes perfectos para desencadenar una tormenta televisiva cuando se empiezan a descubrir los embustes de los protagonistas para con la audiencia, sus compañeros de trabajo y sus programas. No podía ser de otra forma con la Marta López de coprotagonista, no podía ser...

La primera versión situaba a Marta López de quijotesca amiga y salvadora, a partes iguales, de la imagen de sus dos amistades, rescatando a Alba Carrillo de las voluptuosas garras del deseo prohibido y que Jorge dejara de hacer el panoli a la vista y los móviles de todo el mundo presente en la fiesta. La doncella encontró refugio en casa de su muy charlatana y viperina amiga mientras el Jorge se retiraba de la fiesta en dirección a su hogar con sus retoños y su santa esposa. A lo largo del fin de semana fueron desfilando por los programas de la cadena los testigos de los arrumacos subidos progresivamente de tono y se debatía si hubo beso o no hubo beso. Para rematar el pastel, aparece Jorge en Fiesta como macho alfa que se encontraba pedo de bebidas espirituosas y afirmando categóricamente, y sin lugar a la mínima duda, que no hubo beso, que con la música a todo volumen es normal acercarse al rostro de la interlocutora, que si hubo beso no lo negaría; todo en tono serio, formal y sincero de quien sucumbe a la tentación del pecado, confesando a su santa esposa el mismo y liberando de culpa a la doncella objeto de deseo. Terminó llorando como una magdalena, cara desencajada y voz entrecortada balbuceando el mea culpa y aceptando el purgatorio del bochorno público, del escarnio televisivo y arrastrarse en el plató solicitando clemencia de las autoridades televisivas y el indulto de la audiencia.

Entre líneas, se dejaba a Alba Carrillo poco menos que como culpable y buscona de hombres casados y haciendo lo que antes tanto dolor le causó a ella: que le birlen el marido con la consiguiente cornamenta. Esto presagiaba tormenta y, para sorpresa de propios y extraños en este entuerto, Alba Carrillo se mostró serena, aceptando los hechos y que estaba pedo. Agradeciendo a Marta López que la refugiara y le dejara un polo además de encenderle la estufa. Pero tras sus primeras declaraciones se descubren nuevos hechos que pasamos a resumir y que son una deliciosa trama de enredos de alcoba, mantenimiento de las apariencias y aprovechar el momento para hacer caja. Resulta que el ladino del Jorge se presentó en casa de Marta López y no para llevarla directamente a casa como se dijo en la segunda versión, descubriendo en la tercera que la llevó pero tras sucesos libidinosos en el sofá del salón de Marta López. Resulta que el ritual de apareamiento siguió tras ausentarse del sofá, del salón mejor dicho, la alcahueta de Marta López a sus aposentos y dejando a la pareja a ver si aposentaban de una vez. Tras los hechos, que nadie cita y hay que captar entre líneas a la Alba Carrillo que indican que hubo apareamiento consumado en el sofá, el macho alfa la devolvió a su hogar y él regresó al suyo...

La situación en el momento de hacer esta crónica es la siguiente: Marta López queda una vez más como alcahueta, rabanera y viperina con sus amistades donde larga, cuenta y embrolla lo que haga falta para seguir apareciendo de colaboradora y personaje televisivo. Alba Carrillo queda como la mala de la película, una Eva que no duda en tentar a Adán; no acepta ese papel y termina por descubrir el pacto a tres para salvar la imagen de ambos. La cadena aprovecha el filón para someter a escarnio al ídolo caído, llegando al paroxismo cuando envían un camión de mudanzas y dos operarios en pleno Sálvame para llevar el sofá del salón de Marta López a plató y someter la funda del mismo a escrutinio forense por si hay fluidos corporales que confirmen la consumación del apareamiento. Jorge ha quedado como un sinvergüenza con dos caras y resulta patético recordarle dando opinión y moralina sobre casos de cornamentas en otros personajes. Pero lo mejor es lo de su santa esposa que parece haber tomado las riendas de la gestión del suceso y aumentar de paso su presencia en redes sociales con aspiraciones de estrella de Internet e influenciadora con mogollón de seguidores...

En realidad, da la sensación de que estamos ante otro caso de atrapados por la televisión, gentes de doble cara que pasan de moralistas de lo ajeno a inmorales de lo propio. Jorge es un listo, desde un punto de vista televisivo, y su santa esposa ha visto que se puede sacar dinerito de todo este follón que parece ser no fue ni tan espontáneo ni tan natural del momento puntual. Alba Carrillo se refugia en su personaje de mujer vampira, de flirtear y tirar la caña ante las cámaras y que por algún extraño arcano termina trascendiendo a su vida real y a su persona. Jorge ha perdido toda la credibilidad y está quedando junto con su esposa como un simple oportunista que ve que se acaba el chollo y espera sacar un beneficio metálico de su paso por el medio. Al final es un tipo que iba de santo varón y ejemplar marido y padre que se descubre como el típico macho alfa que las mata a escondidas. No se entiende que se soltara de esa forma esa noche por mucha copa que llevara encima y si lo hubiese querido parar lo hubiera parado. Para más inri se mete el factor feminista aunque no se entiende tampoco que Alba Carrillo, con su experiencia vital y sentimental, sedujera a un hombre casado. El seductor ha sido Jorge que confiaba en la complicidad en el pacto para dar una versión potable, coherente y sensata...
Al final, Jorge sólo es otro tipo listo con los defectos de todo macho alfa casado que las mata callando y es infiel.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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