The Adversiter Chronicle

martes, 24 de marzo de 2020

"Memorias de La Transición" por Antón Rendueles


Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle

La Guerra Civil deja de ser nuestra guerra

Siempre ha sido difícil ser patriota en España desde 1936. La guerra y la posterior dictadura afianzaron a una parte de los contendientes pero el mundo surgido en 1945 exigió no hacer demasiada propaganda de la Guerra Civil o Cruzada en lenguaje oficial de la época. En la Transición, la infancia y juventud crecimos viendo películas de la II Guerra Mundial que ensalzaban los valores patrióticos, que merecía la pena sacrificarse por la patria. En las norteamericanas, los títulos de crédito al finalizar la película agradecían la colaboración de la U. S. Navy, pero pese a que salían todas las naciones contendientes y el heroísmo y el valor se reconocía incluso a los nazis y japoneses, nunca España salía, nunca nos sentíamos identificados aunque sintiéramos, inducidos, el fervor de los valores que llevaron al triunfo sobre el totalitarismo fascista.
En aquellos años posteriores a la muerte del dictador y la llegada de la democracia, supimos que hubo españoles en aquella guerra que para unos era el verdadero comienzo de la segunda mundial, para otros la antesala de la misma y unos cuantos que no tenían nada que ver. Todos los símbolos de ambos bandos estaban celosamente guardados por las generaciones posteriores, la libertad hizo rezumar las heridas no cerradas hasta hoy. Nunca se pudo sacar la bandera como en otros países, rendir solemnidad al himno nacional...
De niño no entendía todo eso que me causaba una especie de disyuntiva, un no poder encajar las contradicciones. Al final, creo, hemos tenido que vivir con el patriotismo casi oculto, con patriotismos que son regionalismos acusando continuamente y remontando nuestra culpa a aquella guerra tan lejana para un niño hasta que fue adulto. Nunca se recordaba a los caídos de ambos bandos, se les siguió utilizando para atormentar a discreción, se nos negó sentirnos orgullosos de nuestra Historia para engrandecer, cuando no inventar, partes de la misma excluyendo al conjunto.
Supongo que igual que un incendio puede acabar con otro, hacía falta una guerra para que los españoles de todas y cada una de las regiones sintiéramos que somos los mismos que han hecho milenios de Historia, unidos como siempre ante el invasor, esa España tantas veces narrada y comentada por propios y extranjeros en todas las épocas donde siempre intentamos destruirnos pero somos una coraza combativa si nos invaden, no una muchedumbre sedienta de celebrar patriotismo en las victorias deportivas. Esta vez, cuando todo termine, podremos decir con orgullo que esta guerra fue nuestra guerra dentro de una guerra mundial, que esos héroes y heroínas que cada tarde recibe nuestro aplauso, desde el humilde gremio del kiosko hasta las Fuerzas Armadas, podrán lucir orgullosos y orgullosas las medallas, que nadie podrá volver a decir que España es un Estado fallido, franquista o inexistente, somos una nación que amamos nuestra tierra chica pero que acudimos a la llamada del deber cuando hace falta.
Desde 1808 la nación española no volvió a ser movilizada y nuestras guerras pasaron a ser guerras civiles. La paz desde 1939 nos ha unido a lo que hoy es la Unión Europea por un camino que no fue fácil y donde ser español era ser acomplejado por los de fuera pero también entre nosotros tomando nuestras las guerras civiles y lastrando a cada generación con más rencor y memoria selectiva. En 2020 hemos despertado de nuestra somnolencia, hemos sacudido por necesidad los lastres ante la evidencia de un enemigo que no distingue. Somos aliados con el resto de naciones del mundo en una guerra que nos cambiará como sociedad y como conjunto.
Es una sensación contradictoria pero cada día de fallecimientos y contagios nos une a todos los territorios de la nación española y sus habitantes, ojalá cuando llegue la hora de repicar las campanas de la victoria y haya que afrontar la difícil posguerra estemos a la altura de los tiempos de los que somos las y los protagonistas.
Venceremos y es lo peor que les puede ocurrir a los populismos separatistas: una nación volcada en el esfuerzo bélico y el surgir del patriotismo, el valor y el sacrificio de España cuando es llamada a las citas con la Historia.
La diferencia es que esta vez será nuestra Guerra y nadie podrá apropiarse la victoria ni la derrota porque ésta no es una opción.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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