The Adversiter Chronicle

jueves, 5 de marzo de 2020

"El sermón de la pradera", por el padre I. N. Mundicia


Una sección del padre I. N. Mundicia en exclusiva para The Adversiter Chronicle


Hasta nuevo aviso de las autoridades sanitarias, no se frota el cipote de San Cucufato

Hoy, queridos feligreses, y ante el avance del virus de la corona, debidamente autorizado a su vez por las autoridades vaticanas correspondientes, queda prohibida la veneración de San Cucufato de Antioquía y frotar su cipote para que, con las correspondientes oraciones y actos de constricción, se os logre recuperar los objetos perdidos, invocar a la preñez de matrimonios no bendecidos con descendencia y cualquier peregrina petición que tenéis por ocurrencia pedir ignorando que san Cucufato es especialista en recuperar lo perdido, incluida la virilidad como bien sabéis y, me consta, le rogáis en silencio, primarios, que sois unos primarios en temas carnales...

Como bien sabéis, este virus de la corona no es más que la consecuencia del descarrie de la sociedad materialista en la que vivimos con la anuencia de las autoridades gubernativas, materialistas y ateas...
¡Acaso pensabais que Dios iba a quedar inerte ante vuestros desafíos a su gloria, existencia e influencia en forma de consumismo salvaje, materialismo ateo y culto al hedonismo!
¡Acaso pensabais que Dios iba a quedarse impasible ante el retroceso de la fe sustituida por la defensa de causas inspiradas por el mismo Satanás!

Hace ya unos siglos, cuando España era paladín de la Cristiandad combatiendo al infiel y a la herejía protestante, una unidad retrasada de los Tercios en el Camino de Flandes fue vilmente emboscada por los franceses. Entre los enseres que transportaban en los carros iba la figura de San Cucufato que hoy veneramos en la parroquia y que en la refriega terminó tirada en el suelo mientras nuestros valerosos soldados iban siendo diezmados, fue entonces con las armas preparadas para el asalto final que prometía ser una escabechina para los españoles, un joven tamborilero se postró de rodillas ante el santo implorando la oración para recuperar fuerzas y morir en paz defendiendo el honor español y de súbito un halo de luz como nunca se había visto en intensidad envolvió a las ya escasas tropas que con ímpetu arrollador desafiando a la muerte y a las armas francesas lograron dar la vuelta a la tortilla y salir airosos, pero también moribundos, heridos y cuarteados, de la refriega ya que los cobardes franceses, una vez que vieron al santo de nuestra parte, cogieron las de Villadiego, el Villadiego francés, claro...

Es por ello que en esta parroquia y hasta nuevo aviso queda prohibido frotar el cipote de San Cucufato y podéis sustituir el frotamiento del cipote por poner un velón, de venta exclusiva en la tienda parroquial, recitando la conocida oración del santo. Quienes busquen la bendición de los hijos, pueden hacer frotamientos del cipote conyugal en la intimidad a la vez que se recita el salmo correspondiente del Calendario de Oraciones, de venta exclusiva en la tienda parroquial. No temáis la ira divina del virus porque San Cucufato vela por nosotros sus devotos penitentes. Ir en paz y recordar que no es necesario frotar el cipote del santo en estos días de prohibiciones sanitarias y del verdadero virus que sufrimos cual cristianos en Roma que más que de la Corona, es un virus republicano.
AMEN


The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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