Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
INFIERNO DE COBARDES
(1973)
(High plains brifter)
El
confinamiento domiciliario es buen momento para ver cine, si no todos
los días aunque puede que sí a todas horas, y nada mejor que una
propuesta interesante a todos los niveles: obra de un director hoy
venerado por los mismos, y alguna que otra, que cuando estrenaba sus
películas le tildaban de discurso fascistoide; un género eterno
como es el del Lejano Oeste; una interesante historia de venganza y
un elenco artístico irrepetible hoy en día con secundarios de lujo
que llegan a entrañables por quienes vivieron el estreno. Nos
referimos a Clint Eastwood que va camino de ser leyenda viva aunque
ha sido descubierto tarde por la crítica y cinéfilos pijoteros pero
que ya lograba hacer pasar por taquilla a multitudes siendo el boca a
boca popular el que aumentaba su fama, agradecidas quizás del
momento de evasión y entretenimiento que siempre conlleva una
película del Clint Eastwood aunque ésta no nos guste mucho...
Dicen
los eruditos que con esta película el actor rinde homenaje y
terminaba una etapa en su periplo narrando historias de vaqueros.
Pero para el común de los mortales y que gustamos de la obra y los
personajes que encarna el cineasta, es una película que tiene muchas
lecturas aunque en apariencia parezca simplona. Por otra parte, este
personaje forma parte de un guiño del Eastwood que abarca varios
años y culmina con Sin perdón con
su protagonista que bien podía ser el mismo de El fuera de
la Ley, aunque por supuesto hay
que saber leer entre líneas una obra que en conjunto hasta el día
de hoy forma un todo. Aquí, además de homenajes, asistimos a unos
encuadres experimentales, casi surrealistas pero que logran retratar
la psique de los personajes. Tiene algo de mugre de coproducciones
hispano-italianas del género, como el detalle del enano, pero
también una vena cómica que lejos de servir de complemento forman
parte del personaje que en ese momento ocupa la acción. Fijaros en
como con breves pinceladas no exentas de comedia se nos muestra en
tres minutos la personalidad del barbero del pueblo...
Lejos
de ser un producto fascistoide, es un perfecto producto
cinematográfico y una muestra del género que gana con el paso del
tiempo. La escena de la violación, entre comillas, de la parienta
del hotelero fue vanguardista en su género y son pocas las
producciones de aquella época que retratan a las mujeres de igual a
igual con los hombres y lejos de ser sumisas son luchadoras cada una
a su manera. Se venera el orgasmo fingido en Cuando Harry
encontró a Sally de Meg Ryan,
pero Eastwood logra, sólo enfocando el rostro de la actriz y la
interpretación gestual y facial de la misma toda la sensualidad y
placer que siente la moza; sin escabrosos pechos saltando o muslos
con liguero, sólo la cámara enfocando el rostro de Marianna
Hill...
Los
personajes masculinos son una panoplia de populares secundarios que
siempre, en mayor o menor número, acompañaban la filmografía de
Clint Eastwood durante dos décadas. Un guión salpicado de ironía,
guiños al espectador y siempre la sensación de que Clint Eastwood
se lo pasaba bomba en los rodajes junto a sus amigos. Rostros que
forman parte de la interpretación en un lenguaje universal que se
remonta al cine mudo, donde viendo la cara del predicador y lo que
dice, pero ver su cara, traspasa la frontera del idioma para sacar
nuestro lado primate y captar a la primera la calaña, ralea o
catadura del personaje de turno, desde el cornudo consentido hasta el
oligarca minero sin obviar a los malos.
Una
película para pasarlo bien con el cine como paliativo del
confinamiento domiciliario. Homenaje además a Clint Eastwood que ha
hecho pasar gratos momentos a generaciones de espectadores y que se
transmite de generación en generación. Homenaje a un cineasta que
aprendía de cada película, tanto propia como ajena en la dirección,
y que siempre ha sabido trasladar emociones a la pantalla que llegan
al espectador y que no sería lo que hoy es en Hollywood sin esta
película y las que la precedieron y siguieron antes de que lo
descubrieran eruditos y sibaritas cinematográficos...
Gracias
Clint.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
Hay que tener cuidado con
lo que se desea porque podemos conseguirlo... Que levante la mano quien,
al menos una vez en su vida, no ha deseado que el fin de semana
durase más o que siempre fuera domingo. Sueños de viajes, de perder
el tiempo en lo que nos salga de los cataplines o de los ovarios.
Disponer de horas sin límite para ganar ese descanso perdido
arañando extras laborales a costa del tiempo de descanso... Pues resulta que han
decretado fin de semana de catorce días y ahora que disponemos de
tiempo y la posibilidad de estar en casita, queremos salir, añoramos
el curro y nos hemos dado cuenta de que nuestros vecinos de bloque y
de barrio son tan humanos como nosotros y no esos seres conflictivos
de las jodidas reuniones de vecinos... Además cometemos los
mismos errores que cometemos cada navidad y año nuevo: buenos
propósitos de enmienda que nos harán ser mejores, ser respetuosos y
ser tolerantes además de mirar por el bien común, no ya de nuestro
terruño, de todo el planeta. Y además, gratis, incluso perdiendo
dinero... La ciudad late como
hibernada pero ahí fuera personas como nosotros se baten el cobre
mientras los demás maldecimos y tratamos de hacer catarsis
aprovechando las nuevas tecnologías a base de consejos en vídeos
caseros y soflamas de combate en las redes sociales. Somos así, sólo
cuando perdemos algo es cuando lo valoramos y así nos va, siempre a
punto de perder todo pero, cuando la pérdida se hace realidad,
unirnos como nunca, siempre... Es lo malo de conseguir lo
que se desea, que hay contrapartida ya sea en forma personal o
colectiva, siendo el precio de disponer de nuestro deseo, los muertos
y de rebote contagiarnos... La vida, siempre, nunca es
más hermosa que cuando sientes el frio aliento de la muerte en la nuca.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
SUPERVIVIENTES 2020:
Cristian expulsado por culpa de su hermana, siguen bien cebados toda
la semana, pierden la pesca al perder la barca y Fany a la Flores se
agarra estando como está nominada, con Ferre, esta semana
No
sabemos si será cosa del coronavirus pero esta semana se han ido a
freir espárragos todos nuestros pronósticos. Primero no se
suspendió la emisión por razones de pandemia mundial y después
expulsan a nuestro jamelgo favorito contra todo pronóstico de
nuestro corredor de apuestas. Por si fuera poco rara esta edición,
las galas sin público en plató, la prudencial distancia entre
colaboradores y colaboradoras, que el Jorge Javier parece
prepitopáusico llegando el pasado jueves a la desfachatez de hacer
un monólogo para gastar minutos, actuando de forma pésima como
pésimo actor que parece ser viendo sus actuaciones; todo ello junto
y revuelto por obra y gracia de la Sofía y la Gloria Camila hacen
una edición descafeinada pero que ha salpicado al concurso, a los
concursantes y a nuestras apuestas...
Cristian, navarro
indómito como indómito súbdito del indómito último reino ibérico en incorporarse
al Reino de España, honesto rayando en la majadería y de curioso recorrido
neuronal; estaba siendo estigmatizado por sus compis y nominado
semana sí y semana también pero siempre salvado el primero por
la audiencia. Como concursante es, junto al cuchufletas del José Antonio
Avilés, el animador de esta edición. Su paso como dios de la isla
ha sido de antología, sus razonamientos científicos como que las
ascuas se vuelven fogata con los rayos del sol y sus mosqueos con el
periodista nos habían ganado por la misma razón que Forest Gump
fue un éxito de taquilla. Y la culpa de su expulsión no ha sido
otra que su propia hermana completamente jimenizada y de
verborrea insultante con razonamientos de patio de instituto. Una
pena de un chaval que a veces da pena, otras causa hilaridad pero que
siempre sorprende...
¡Pero
más burro que un arao!
Han
pescado pero están de una supervivencia muy comodona donde cualquier
excusa es buena para escurrir el bulto y pueden dedicarse a tramas de
convivencia tipo correveidiles y una Rocío Flores que en cuanto se
entera que hablan de ella se pone en plan detective Colombo y no para
hasta que se descubre la verdad. Fany se ha pegado a ella la muy
ladina, y en ocasiones ladilla, logrando librar hasta ahora de un par
de renuncios que podían haber mandado al traste el buen rollito con
la Flores. Es una estrategia tan válida como cualquier otra otra y
además estás el pupas del Nino que acaba siendo la víctima de
estas dos arpías que lo mismo sirve para acusarle de traidor que de
ladrón. Es tal la desidia general que les dieron diez minutos para
subirse a la barca a pescar y entre desayunar y atusarse la barca
partió sin pescadores. Y eso que el Ferre discutía sobre la
cuadratura del círculo por poca especificación de los tiempos para
ocupar la barca...
¡Ya
sabemos lo de llevar gorra a qué se debe: se le evaporan las neuronas
si expone el cráneo a los elementos climáticos!
Nominados
la Fani y el Ferre. Apostamos que sale la gorra pegada a un cuerpo y
que Fani sigue porque da trama y minutaje. Ha sido la unificación de
las islas donde por arte de birlibirloque los expulsados concursan de
nuevo.
La cosa está anodina, las tramas las estiran como chicle
porque sólo hay una que es las dos arpías y el resto. Movidas de
acusaciones de comer a escondidas que justifican que estas dos
señoras devoren a su antojo en venganza y soliloquios de la Rocío
Flores con la bendición de Lara y Jorge Javier aunque Sobera y el
Jordi no son mancos dando cancha a la Flores. De momento la cosa
sigue y lo más emocionante es si la Aldón se encoña con el Pavón
para pavor de su marido...
¡Pero
que alguien diga a Jorge Javier que vuelva a ser presentador y no
actor!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
Una sección de
Kitapayáen exclusiva para The
Adversiter Chronicle
Videojuegos para un
confinamiento domiciliario
Hay
que poner al mal tiempo buena cara y ahora que toca confinamiento
domiciliario es el momento ideal para volver al vídeojuego.
Seguramente la infancia y juventud de la casa ya están jugando y
puede que miréis con temor sentarse a probar el mando porque hace
décadas que no cogéis uno. Para ello os propongo una manita de
títulos, por supuesto junto a los tratados hasta ahora en la
sección, donde creo que podréis hacer una transición tranquila y
volver a recuperar aquel gustirrinín de cuando eráis protagonistas
de la prehistoria del videojuego. Títulos sencillos donde no hay
deportes, me parece absurdo proponeros un simulador deportivo que os
hará recular por falta de comprensión del manejo del mando...
Lo
primero, dadas las circunstancias, recomendaros el PSNow, una
vídeoteca por suscripción que se puede cancelar en cualquier
momento y por donde diez aurelios al mes disponéis de una catálogo
de títulos donde amortizáis de sobra el gasto. Hay títulos de
todas las épocas y sirve para descubrir cómo ha evolucionado la
industria en cuanto a gráficos y narrativa visual. Los títulos que
os propongo están todos disponibles en dicha videoteca y se puede
jugar por transmisión en línea o bien descargar el juego. Es una
buena inversión y por otra parte está todo cerrado y una
suscripción anual no es recomendable por cuanto que una vez termine
el confinamiento domiciliario hay que volver a la rutina laboral
donde se juega menos, o nada, y es tontería pagar por un año cuando
se tiene de sobra pagando mensualmente y cancelando la suscripción
cuando se considere conveniente.
Comenzamos
en la prehistoria, para que os resulte familiar el entorno de juego,
y para ello dos representantes de dos épocas. El primero, no podía
ser de otra manera, son dos títulos donde se reúne a los míticos
títulos de la no menos mítica consola o sistema ATARI. Falta E.
T., ya lo advierto, pero están casi todos y puede que os haga
derramar unas lagrimillas de nostalgia volver a ver los mandos de la
consola y ver aparecer gráficos que son ahora arcaicos pero que os
harán sentir una agradable y confortable sensación de reencuentro.
No hay que obviar el diálogo intergeneracional donde podéis dar la
brasa y la turra a las y los más jóvenes de cuando eráis tales...
Super
Starswars tiene el encanto de
que en su lanzamiento colmó la ansiedad de cientos de miles de
jugadoras y jugadores y sació la gana de más que se quedaba en el
ánimo al acabar la película. Visto ahora por las generaciones
digitales es casi una pieza de museo, pero también el salto a un
peldaño más en la evolución de la industria. Os servirá para
afianzaros en el manejo del mando y perder el miedo. Recordaros por
otra parte que es bueno para la salud videojugar, se trabajan los
reflejos, la coordinación y se logra evadir la mente además de ser
una alternativa de entretenimiento que estando confinado siempre se
agradece y destacar de nuevo el diálogo intergeneracional que puede
llegar a sorprenderos gratamente...
Hecha
pues la transición y haber quitado algo de herrumbre a las neuronas,
llega el momento de dar el salto a la actualidad. En el mundo del
videojuego, el factor edad pierde sus connotaciones de degeneración
física y orgánica permitiendo que nuestro avatar se enfrente a la
máquina o a otros usuarios y usuarias. Si además se busca el
diálogo intergeneracional, que mejor que hacer equipo con el nieto,
sobrino, hijo u suegra incluso, el título es Fortnite,
que os servirá para coger los rudimentos de los juegos de disparo,
manejar al personaje en tercera persona y disfrutar viendo como una
inocente criaturita encantadora se convierte en un perro de guerra
mientras os ladra órdenes. Ideal para jugar en dúo pero también en
solitario sin grandes complicaciones. Eso sí, si os ponéis a
comprar todo lo que ofrece, puede ser una auténtica hipoteca.
Seguimos
con los tiros y un título de frenesí de batallas, tiros y
explosiones como es DOOM,
ideal para soltar adrenalina y estrés en una batalla contínua donde
los momentos de descanso sólo dan para reponer munición y armamento
antes de que comience otra ensalada de tiros. Es disparo en primera
persona, ideal para cogerle el gusto y lanzarse a empresas mayores. Y
para terminar el género una extensión de un título que a mí
personalmente me encantó y me pasé mis buenos momentos. Se trata de
una extensión de
Metal Gear Solid V
que
lleva por título Ground Zeroes
que se hace corto y recupera el buen sabor de boca que ya nos había
dejado cuando lo jugamos.
Finalizar
las propuestas con un auténtico simulador de conducción como es
ASSETTO CORSA que os
hará pegaros a la silla y una inmersión completa. Circuitos y
modelos que son auténticas réplicas digitales y donde hay que
coger pericia y aprender a conducir el coche como en el mundo real.
No es el típico juego de mantenerse dentro de los márgenes de la
pista y tal, hay que concentrarse y estar atento. Sólo os diré que
en mi primera toma de contacto y acostumbrado a otros simuladores
donde la pericia y habilidad es más sacar jugo al mando, estuve
parado en boxes casi hasta la desesperación porque no se movía el
coche y era que hay que utilizar las marchas. Cada modelo y circuito
tiene su idiosincrasia propia y os servirá para sacudiros el mono de
no coger el volante...
Así
que ya no tenéis excusa posible del tipo edad, no tengo tiempo, es
algo infantiloide o simplemente que os da canguelo inconfesable.
Coger el mando, dejaros guiar y orientar por las y los peques y a
videojugar que hay tiempo de sobra y así tampoco se agobia al resto
de confinados. Por supuesto está el aliciente de jugar en línea,
pero antes de lanzaros al ruedo es mejor adquirir los rudimentos de
los sistemas actuales aunque os llamen prehistóricos, lucirlo con
orgullo y demostrar que quien tuvo, retuvo. Porque como siempre os
digo:
¡Quien no se consuela es porque no videojuega!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/
No termino de acostumbrarme a levantar la persiana y no
ver el trajín del barrio. No hay nadie en las calles y parece como
si no hubiera nada en las mismas, pero hay edificios que era
hervideros de vitalidad y ahora sólo parecen querer recordarme que
estamos en guerra...
Trato de seguir una rutina pero soy consciente de que
cada día la relajo un poquito apenas perceptible en circunstancias
normales, pero es como si me pusiera un disfraz para representar una
función en la que interpreto a un tipo haciendo vida normal...
No andar en pijama.
No estar todo el tiempo ocioso.
No compartir zonas comunes.
No...
¡NO!
Saboreo el café mientras miro un paisaje donde se ha
detenido el tiempo durante la mayor parte del mismo, parte de una
postal que muestra una imagen estática y mi mente, por alguna
extraña razón, recuerda fotos que he visto a lo largo de mi vida y
soy consciente por primera vez de que una postal donde se ve un
trocito de ciudad esconde tras las ventanas que también se ha
detenido la imagen en las vidas de quienes sin salir su imagen sí
forman parte de la foto porque han quedado sus vidas atrapadas un
instante...
Dejo de divagar, esos pensamientos llevan a otros y en
la actual circunstancia de confinamiento y ambiente bélico puede ser
letal para la salud psíquica. Miro la prensa digital. Me he
propuesto que dentro de la rutina de confinamiento dedicar tiempo a
enterarme de cómo va la guerra y contrastar la noticia en los
distintos medios. Sin embargo, cojo el periódico una vez al menos
por la semana y nunca lo leo en el día, dejo lectura para el día
siguiente. Ni siquiera Internet es capaz de anular los rigores de la
situación y la información, a medida que se reduce la actividad,
cada vez muestra más titulares donde la guerra es la protagonista y
la información es en cierta forma intervenida por el bien general de
seguir las directrices del Gobierno...
El despliegue militar sigue los tiempos pese a que las y
los políticos nazionalistas braman quejas y escriben a la Unión
tachando a España de todos los males que asolan sus mentes. Los
muertos suelen ser quienes muestren la cruda realidad en los inicios
de una guerra, cuando marchamos como héroes a la batalla. Es tal el
nivel de cretinismo que aflora con la situación de guerra que sólo
individualmente engrosando al colectivo se podrá superar cuando todo
esto termine los daños de la demagogia barata y electoralista. Los
muertos, las cifras, dicen que estamos en plena ofensiva enemiga y
los discursos nazionalistas suenan terriblemente ajenos a todo salvo
para quien los vocifera y patalea, indiferente a toda soledad de
confinamiento, dirigiendo masas que sólo existen en sus cabezas que
dejarán de obedecer las directrices para ganar sus pendencias...
Hago un par de llamadas, necesito sentir una voz que no
sea la mía.
Sábado
21de marzo
Me quedo un rato bajo el grifo de la ducha. Me acosté y
me he levantado con pensamiento incordiante taladrando mi cabeza:
¿dónde me cortaré el pelo?
Tomó el café mientras miro por la ventana las calles
desiertas, ni mascotas paseando a sus múltiples dueños. Cada día
añade un matiz nuevo al confinamiento, hace dos días casi no había
gente y ahora la añoras como si hubiera sido una multitud. La radio
escupe el parte de bajas y heridos. Las bajas en esta guerra son
iguales que en todas las guerras, son los muertos. Los heridos somos
todos en mayor o menor grado siendo los contagiados los más graves
en una escala que termina con las heridas psíquicas que produce el
confinamiento...
Mañana serán más de 20.000 los heridos y camino de
dos millares de bajas. El Ejército sigue su despliegue y un cretino
en Cataluña ordena a sus fanatizados votantes que tosan a la cara de
las tropas. Estúpido, ese concejal y su grey son un hatajo de
estúpidos que aún hacen demagogia porque no sienten el aliento de
la muerte...
He salido al kiosko por el periódico. Tener entre las
manos el periódico es una de las cosas que aún reconfortan, como
ayer al bajar la basura y encontrar una carta en el buzón. Los
kioskos con su prensa y Correos con sus repartos te refuerzan en
creer la propaganda de guerra de que todo esto es pasajero, que
seguirá la vida como siempre, como antes. A mí me reconforta mucho
y merecen aplauso el gremio del kiosko y los funcionarios de Correos
que están en primera línea, expuestos al contagio y al igual que
los liquidadores de Chernobil hacen su tarea, a veces como hoy el
kiosko es un lugar donde sientes calor humano pese a las distancias
de seguridad, hay algo en la liturgia de pedir el periódico, la
sonrisa de la kioskera...
Pero vuelves al portal y regresas al confinamiento.
Sigue la guerra de carteles particular entre vecinos y han destrozado
la que uno utilizaba de estática casera en el amplio bajo comunal.
Se la han dejado hecha unos zorros y ahora hay un cartel que reta al
autor a realizar el mismo destrozo en el resto de bicicletas
recluidas con la suya, ahora destrozada y yacente en el suelo.
Mientras regreso a casa en el ascensor pienso que estamos ante una
situación potencialmente explosiva dado el conjunto de factores como
son el confinamiento y el aislamiento inherente que tiene tiempo de
sobra para pensar en bucle. No quiero imaginar que se encuentren en
la escalera tras retroalimentarse con pensamientos de odio mutuo. Las
pendencias de mis vecinos y la orden de escupir a los soldados que
apoyan los esfuerzos civiles me hace pensar si fue así en la Guerra
Civil en la retaguardia...
Las imágenes del ejército italiano sacando cadáveres
del frente de combate en Lombardía me causan congoja. Esta fase de
la guerra es la de nuestro oponente en plena ofensiva mientras la
industria se adapta a la producción para el esfuerzo de guerra. Da
la impresión de que cada día nos deparará un susto más...
Miro los anuncios de la televisión, macabros como las
máscaras de carnaval en la oscuridad, casi tétricos anunciando
cosas que no podemos comprar, como si alguien allá afuera siguiera
como si no pasara nada, como si no hubiera estallado esta guerra.
Supongo que forma parte del plan para mantener alta la moral en la
retaguardia, para que no olvidemos que en cualquier momento
encontraremos el remedio y saldremos del confinamiento a consumir
como hace una puñetera semana...
Es la segunda vez que parece, que siento, que me he
levantado en el mismo día en el que me levanté ayer, no hay
movimiento en las calles y parece como si se hubiera detenido el
espacio tiempo fuera de la ventana...
Me siento plof.
Domingo
22 de marzo
Ha prorrogado el estado de alarma otros quince días. En
menos de veinticuatro horas el Presidente ha salido en televisión.
El lenguaje bélico es total y la lista de muertos y contagiados es
terrible. Poco a poco hay que mentalizarse de que estamos en plena
ofensiva del coronavirus...
Me alegra el día ver que los gobernantes populistas de
Reino Unido y EEUU no saben reaccionar, no es lo mismo entablar
guerras comerciales, levantar muros con cimientos de demagogia y
jugar a los naipes con la geopolítica mas sucumben ante la realidad
de la guerra. Espero que se hundan con un montón de cosas que han
creado...
Parece que no soy el único que espera que el día
después se aborden los temas que importan y no los que marque la
demagogia y la política partidista. De la muerte surge la vida y sé
que el mundo que comenzó la guerra no será el mismo que la
finalice, pero habrá que estar a la altura.
Miro las calles vacías y me pregunto si las aves
presienten que ocurre algo al no haber humanos en el asfalto. Parecen
los amos del mundo mientras nosotros somos seres vivos encerrados en
sepulturas, como si los edificios fueran nichos, tumbas y panteones,
pero hay vida en su interior...
Las redes sociales comienzan a llenarse de noticias
dudosas y se sigue aprovechando para hacer política pero es una
herramienta social que mitiga el confinamiento y se promueven ánimos,
soflamas y pensamientos...
Son las ocho de la tarde y oigo el homenaje diario que
se filtra por el cristal de la ventana mientras la televisión escupe
imágenes de las tropas de choque cantando y dándose ánimos. No son
jóvenes soldados bebiendo y celebrando seguir vivos un día más,
son ciudadanos´soldados que a diario se enfrentan al sacrificio
personal, la falta de suministros, el aumento de contagiados y
clasificar a los muertos que se entierran como en la guerra en
soledad, con homenaje colectivo pero muertes sin nombre salvo para
los familiares. Son tropas de toda edad y condición que sufren sus
propias bajas y ya se moviliza al gremio sanitario en todas sus
ramas...
Esta es nuestra guerra, la que entierra en su sitio en
la Historia a la Guerra Civil. No habrá que enarbolar banderas
caducas sin importar el color, tan caduco como las banderas. Nuestra
guerra es del siglo XXI, es planetaria y es como especie. Ya nadie
podrá acusar a nadie en base a lo sucedido hace casi cien años,
seremos veteranos que nos reuniremos en los homenajes que se hacen
cuando retorna la paz...
Algo me aterra antes de tratar de dormir, repiten
machaconamente que esto durará poco, como en 1914 donde partían al
frente entre vítores y homenajes para volver en Navidad, pero no
volvieron los que volvieron hasta 1918.
¿Sentirían la misma congoja ante un calendario
desconocido al ver que era Navidad y seguían combatiendo?
¿Sentiría la retaguardia la añoranza de la rutina
diaria y con la casi certeza de que nada será igual?
Mañana es lunes, eso dice el calendario porque la
sensación ni es la de un domingo ni será la de un lunes...
Es comerse la cabeza.
Lunes
23 de marzo
Nunca se me pasó por la cabeza que ser despertado por
el ruido de maquinaria de obra fuera una bendición. Es lo que he
sentido esta mañana, hay una obra por lo visto a pocas calles y el
eco trae su ruido, puro sin contaminación de ruido de tráfico,
trajín de personas y resto de ruidos ambientales que se funden
funden en uno solo, como si ese ruido de maquinaria lograra que haya
despertado en un día normal y cualquiera...
El parte de bajas y contagiados es brutal y en Madrid
las funerarias no dan a basto y han habilitado un palacio de hielo,
una instalación que permite mantener los cadáveres sin
putrefacción. Tal vez me lo esperaba viendo lo sucedido en Italia y
noto ya cierta insensibilidad en cuanto a las muertes. Supongo que
aceptar la guerra es aceptar la muerte. Aún esperan si incinerar o
enterrar, el siguiente paso de manual será que no habrá ya remilgos
y se impondrá la realidad con lo que la incineración será
inevitable para todos y todas...
Llega la hora del homenaje colectivo diario. Es puntual
y cada vez se asoma más gente y aplauden. También encienden y
apagan sus móviles y se ve el horizonte urbano con destellos a
distintas distancias y alturas. Mi mente se ha acordado de escenas de
películas donde el escenario era un mundo post nuclear tras la
guerra nuclear. Recuerdo el final de la tercera de Mad Max donde al
final se ve la ciudad de Sidney y se distinguen en la oscuridad de la
noche las siluetas de los edificios donde unos puntitos luminosos son
en realidad hogueras de los habitantes que encienden de noche
mientras se cuentan la historia de cómo llegaron allí...
Veo las noticias y no acabo de comprender que una casta
de salvapatrias catalanes haya estafado así a sus votantes y sigan
haciéndolo incluso en plena guerra. Llevan desde 2012 acusándonos
de todos sus males y puedo entenderlo porque vivíamos unos días
extraños donde la Unión Europea parecía resquebrajarse y el mundo
levantaba fronteras y muros que creíamos derribados. No sé en qué
punto esta casta de vividores de la demagogia se pasaron a ser
nazionalistas donde nos acusan de franquistas y fascistas cuando sus
métodos son nazis, su propaganda es nazi, su engaño a sus votantes
es nazi y su odio es nazi. Ahora es que les encorsetamos y
perjudicamos que tengan atención apropiada. ¿Qué necesitan para
comprender que esta guerra no distingue y sólo la España que se
hace tal en las desgracias y tragedias puede vencer en una batalla
que forma parte de una guerra mundial? Tal vez necesiten el hedor de
la muerte en las calles como en la Edad Media. El nazionalismo
catalán sabe que se van a ahogar en su misma mierda y tratan ya de
desviar la atención echándonos la culpa al resto...
Ahora sale el inefable Presidente de Cantabria y su
letanía, no por sabida, deja de ser suave nana que mañana es otra
vez hoy...
Pero cada vez me duermo más tarde.
Martes
24 de marzo
Me he levantado pronto con un montón de propósitos
pero, tras desayunar y ojear la prensa digital, me he tirado en el
suelo a ordenar cajones siempre desordenados y me he encontrado con
viejas fotos. Hay seres ausentes de este mundo y esta guerra
biológica mundial. Por momentos he olvidado el presente y he viajado
al tiempo retenido un instante en papel, pero finalmente el cajón ha
quedado tan desordenado como siempre, como si alterar su contenido
fuera alterar la paz de los ausentes...
Empiezan a utilizar la pandemia en distintos lugares del
mundo: los chinos que fueron los americanos, los americanos que
fueron los chinos y que fueron los americanos según Irán y el
bolivariano amado líder. Es una pena que los muertos ya no puedan
escucharle, seguro que les gustaría saber quién fue el causante.
Aquí hemos llegado a los 40.000 contagiados y el Ejército cada vez
tiene más trabajo. Algunos catalanes les reciben con caceroladas
pero forma parte de la soldada y mejor que hagan ruido a que los
entierren en solitario como a las víctimas de esta guerra...
Me cuesta entender a la ciudadanía británica, entiendo
que se aislaran de las medidas de la UE porque no quieren formar
parte, pero da la impresión de que Reino Unido se precipita a una
tragedia de víctimas. Se habla poco de África y se hacen cábalas
comparando el confinamiento en China, su duración, para extrapolarlo
a España e Italia. En cualquier caso será más de un mes...
Brilla Venus en el cielo y, por alguna razón, me siento
reconfortado.
Miércoles
25 de marzo
En semana y media, la ciudadanía estamos aprendiendo el
oficio del soldados: sacrificio para enfrentarnos al contagio y las
muertes, fortaleza para no desfallecer ni en la retaguardia de los
hogares confinados ni en la tropas que día a día combaten el virus,
disciplina para acatar las órdenes de la autoridad, voluntad para
saber que saldremos victoriosos, tesón para superar la adversidad y
adaptarnos al terreno del campo de batalla, esperanza en los
superiores y fe, ya sea en el Sistema o en dioses, certeza de que
sobrevives o mueres...
Mientras aumentan las bajas y los contagiados, la
propaganda trata de animarnos con que el pico máximo está próximo.
Ya no es cuestión de creer, es disponer la información y ésta no
informa del final del principio...
En La Línea, las guerrillas urbanas del narcotráfico
lanzaron cócteles molotov a la policía, no querían a unos
contagiados que se les trasladó a una residencia de las
inmediaciones. A la vez, se advierte a la buena ciudadanía de que si
ven comportamientos en contra de las normas de confinamiento y
aislamiento social se llame a la policía y nos abstengamos de tirar
huevos. Hacía días que no me reía, no sé porqué este aviso de
los huevos lanzados a infractores ha despertado mi hilaridad, pero me
he reído como antes de la guerra. País de paisanajes, supongo.
He salido a la compra. La cola era pequeña y el ritmo
fluido, sin las escenas de la semana pasada. He tardado más en la
cola de la caja que en la de entrada. Somos obedientes y nos miramos
unos a otros como pidiendo disculpas en silencio cuando hay que
distanciarse. Hasta me he encontrado con un vecino, todo maqueado con
mascarilla de las resultonas y guantes azules. Parecía algo perdido
buscando en los estantes, pero nos saludamos. Fue sentir calor humano
que no sea a través de cachivaches digitales o llamadas telefónicas.
Se oyen clamores de cesar la actividad económica, una
argucia política para poder acusar del antes, durante y el después
de la gestión de la pandemia y la conducción de la guerra en el
teatro de operaciones español. Dos semanas más de confinamiento y
se les aclarará la mente...
Cuando iba al supermercado, con la calle vacía, los
coches aparcados parecían preguntarme con la mirada imaginaria de
sus faros apagados que dónde estaban las dueñas y dueños. Pero los
coches no sienten, son máquinas y aunque ahora seamos máquinas de
matar para que no nos maten, seguimos siendo humanos, al menos eso
quiero creer.
Suena Dream a Little Dream of Me interpretado por
The Mamas & The Papas y por unos instantes se para el espacio
tiempo...
Me cuesta dormir cada noche un poco más, pensamientos
desordenados, puede que angustia...
Pero sólo es miedo.
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido Salt Lake City, Utah Director Editorial: Perry Morton Jr. IV http://theadversiterchronicle.org/