Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
Tardes y noches de cine
(V)
A
finales de la década de los 70´s se produjo un hecho en mi mundo
que poco a poco iba perdiendo la inocencia pero aún disfrutaba de la
misma, ajeno a las movidas de los adultos pese a que se iba
culminando el proceso de desmantelar el sistema franquista para pasar
a una democracia. Coleccionar pegatinas era una afición entre
escolares y las de los incipientes partidos políticos eran parte
fundamental de la colección...
Un
día llegó a casa el primo Kiko y mi mundo alcanzó una nueva
perspectiva. Era primo de mi madre pero era un joven resuelto que se
abría camino y era como tener ese hermano mayor que veía en las
películas, alguien con quien hablar de temas y cosas que no hablabas
con los tuyos. Descubrí muchas cosas el tiempo que permaneció en
casa, mis primeros contactos con la música donde las guitarras de
Status Quo están grabadas a fuego ya que fue mi primer contacto con
el rock; era una ayuda para quien era torpe en manualidades y era una
compañía que amén de tolerar mis absurdeces me llevaba al cine en
sesión de noche...Esperaba con ansia que llegara la noche de ir al cine con el primo Kiko. La sesión de noche aún era casi un misterio par mi mente y luego estaba esa emoción del regreso a casa charlando sobre la película. Era emocionante, divertido y también pedagógico, una introducción al mundo que me esperaba pero que gracias a él fue una transición tranquila y la perdida de mi inocencia infantil...
Le acompañé a ver El lago azul, una película que entonces resultaba sorprendente y casi vanguardista donde narra la historia de una pareja de niños que han perdido en un naufragio a sus familias y sobreviven junto con un viejo marinero en una isla a la que van a parar tras el naufragio. Narra el paso de la niñez a la edad adulta de dos jóvenes que crecen solos tras fallecer el marinero y van descubriendo el sexo y las cosas de la vida aislados en su inocencia. Hay una escena, ya creciditos los protagonistas, donde están bañándose en el lago y la chica tiene su primera menstruación que tiñe el agua de sangre ante su sorpresa y susto...
Yo susto no llevé porque sencillamente ignoraba la causa de tal escena y que la protagonista tampoco la supiera aumentó mi curiosidad. A la salida, ya caminando de regreso, interrogué al primo Kiko sobre el motivo de la sangre en el agua. Aún veo su cara mirándome en una mezcla de sorpresa y de risa, creo que pensó que me estaba quedando con él, pero era yo el inocentón...
Un día siguió su camino y dejó de estar en casa, lo cual me causó no pena porque sabía que un día se iría, pero dejó huella en mi memoria, y en la cinematográfica y musical fue mi gurú sin saberlo...
Muchas veces me acuerdo de aquellos tiempos y su estancia en casa formando parte de la memoria de aquellos años donde los adultos y los jóvenes como el primo Kiko miraban al futuro con incertidumbre pero transmitiendo magia a la infancia en el sentido de guiarnos sin odios ni reproches al pasado y en mi caso poder entrar a ver cine para menores acompañados...
Pero mi primera menstruación, fue con el primo Kiko que trataba de explicarme la presencia de sangre en el agua cuando Brook Shields se bañaba en el lago y al igual que yo no entendía la sangre en el agua...
Antón Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
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