Aunque en el
mundo consumista las fiestas navideñas ya han tocado a su fin, en el
orbe hispano se conserva la entrañable tradición de la noche mágica
en que los Reyes de Oriente depositan sus presentes a los niños y
niñas que hicieron sus peticiones en la carta correspondiente. Pero
en el fondo, son grandes desconocidos para la mayoría de la
población y hoy nos asomamos un poco a sus vidas entrevistando a un
personaje fundamental en la imagen icónica que tenemos de sus
majestades: el camello de los Reyes Magos...
-En
un principio cada rey tenía su camello particular, luego con la
industrialización, el auge del capitalismo y los cambios en la
sociedad hubo una lucha entre dos de ellos y finalmente mi abuelo ya
se hizo con el monopolio tras eliminarse mutuamente por acaparar
poder, y también por ambición que todo hay que decirlo. El hecho es
que yo soy el camello exclusivo de los Reyes Magos de Oriente y si
bien es cierto que pierdo cuota de mercado, ingresos más abultados y
lo que conlleva, he de confesar que como camello es disponer de una
estabilidad de ingresos sin estar sujeto a redadas, pendencias entre
narcos o legalizaciones de marihuana. Estos tres se meten de todo, se
lo puedo asegurar, y trabajo nunca falta.
-Tenemos,
tal vez , una imagen algo idealizada quizás de estos personajes
imprescindibles en las navidades, ein?
-¡No
me tire de la lengua, no me tire de la lengua. Mire usted, el Melchor
que es un Rey Mago venerado por mucha infancia, es un coloquetas de
tres pares de bemoles; luego el Gaspar, menudo galápago que se las
pilla callando y acabamos por el Baltasar, menudo elemento, que
siempre se cita el último pero siempre es el primero en agarrarlas y
montarlas. Pero no se crea que su rival el Santa Claus es un santo
varón y que por esa rivalidad no se hablan, porque hablan, beben,
cantan y se meten como si fuera a terminarse el Universo. Cuando el
Santa Claus acaba su reparto, se une a estos tres a una juerga que
dura hasta que se acaba el último roscón: fulanas, fulanos, sexo,
drogas, villancicos y hasta gaitas escocesas. En Navidad es la época
en que más se funden en drogas, eso es una cosa que le puedo
asegurar.
-La
colgadura perpetua de estos tres es fuente de especulaciones, como si
un manto de oscuridad ocultara sus orígenes de yonkis. Unos dicen
que lo de llevar incienso en sus alforjas ya delata que en la época
del nacimiento del Niño Dios ya le pegaban al hash. La teoría de
los antiguos astronautas se pregunta si la Estrella de Belén no
sería un OVNI de una civilización avanzada que por alguna razón
les capto para el policonsumo y si eso fue así si no sería posible
que los antiguos visitantes de las estrellas ante los indudables
efectos psicotrópicos del hash les hubieran proporcionado drogas que
la Humanidad tardaría milenios en descubrir como el LSD, la
marihuana modificada genéticamente o el cubalibre. La Iglesia ha
echado un velo de silencio sobre este tema porque significaría que,
al menos, San José ya le daba al hash. Lo único cierto es que
cuando volvieron de su primera Noche de Reyes entraron en una
vorágine de farras y drogas bestial que dura hasta nuestros días.
-Y
podría contarle mil historias que no son tales si no realidades, por
ejemplo, está demostrado estadísticamente que las ventanas cerca de
los mueble bar o los presentes dejados con abundancia de licores
espirituales, jamones de Guijuelo o plantas de maría, pues dejan
todos los regalos que les pidieron mientras que si sucede lo
contrario suelen dejar sin servir todas las peticiones. La infancia,
y la mayoría de progenitores, achacan esta tacañería a mal
comportamiento de la niña o niño de turno, con los traumas que
conlleva, cuando en realidad todo responde a un afán de meterse
drogas y seguir con sus perpetuos colocones. Son unos coloquetas
empedernidos, puede creerme.
-¡Pues
ya saben, nada de dulces navideños ni ñoñeces, dejar una botella
de Chivas y algo de grifa, mano de santo para que los Reyes Magos
atiendan nuestras peticiones!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
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