Traemos
hoy otro de esos personajes entrañables que nos acompañan a lo
largo de nuestra vida y posiblemente a alguien a quien solemos culpar
de casi todos los males, ruidos y molestias en la intimidad del hogar
pero también en el trabajo cuando nos toca en la mesa, taller o
andamio de al lado: el vecino.
-¿Es lo mismo ser
vecino que ser vecina?
-¡Para
nada! ¡Para nada! A la vecina se la trata de un modo humano y no
inmisericorde como al vecino. Se le da conversación en el ascensor
mientras que al vecino se le rehuye y encima con mala uva porque no
impiden que se cierren las puertas del ascensor y me quedo esperando;
se le ofrece un cafelito o una copichuela si pica a la puerta para
recoger unas bragas que se caen del tendedero a nuestra ventana
mientras que si al vecino se le caen unos calcetines o unos
calzoncillos no sólo no se devuelven y van directamente a la basura
sino que encima luego en las reuniones de vecinos se busca la manera
de sancionarnos. Por mucho que digan, es mejor ser vecina que vecino
porque al vecino ni agua se le da. Y créame que no exagero un ápice.
-Como
en todo en esta vida. No es lo mismo ser el vecino de arriba que el
de abajo ni es lo mismo ser el vecino de al lado que ser el vecino de
enfrente. Puede parecer pueril pero el día a día así lo demuestra.
Al vecino de arriba se le acusa de taconear, si es el vecino de al
lado es culpable, sin diferencias de matiz entre ser el vecino de la
derecha o de la izquierda, de todo tipo de volumen alto de la tele o
dispositivos sonoros, llantos de niños, broncas con la parienta y
hasta cualquier ruido de ventosidades que surjan a lo largo del
día...
-Puede
ser ambos el mismo vecino pero hay categorías como dije antes. Así,
el vecino de abajo suele ser culpable de los ruidos en horas
nocturnas tales como sonidos de somier sometido a tensiones por
tensión erótico festiva, ronquidos y, casi inevitable, las
ventosidades. Es además una cadena o un efecto mimético porque si
el vecino de abajo pone la tele alta, nosotros también con lo cual
molestamos al vecino de arriba y para él somos el vecino de abajo y
hay que sumar si hay vecinos a los lados. El mundo de los vecinos es
más bien un universo donde cada vecino es un mundo y acaban las
reuniones de vecinos siendo una guerra de los mundos. Somos los
grandes olvidados de la sociedad y casi me atrevería a decir que de
las mismas autoridades.
-¡Bueeeeeeno,
no lo sabe usted bien! ¡No lo sabe usted bien! Para empezar a las
molestias por ruidos, gritos e infancia hay que sumar el de aves de
corral, perros guardianes y olores varios cuando se abona el terreno.
Hay una lucha más civilizada en el medio urbano donde al vecino te
lo encuentras en el portal, el ascensor, el garaje o asomado a la
ventana; en la zona rural pueden pasar meses si no años sin verse la
boina y claro, cuando se encuentran los vecinos puede haber hostias.
Pero es la misma diferencia en general donde al vecino se le ve como
algo hostil y casi hasta dañino. Además en los últimos tiempos
hasta la figura del vecino tiene connotaciones políticas y denigra
todavía más la figura del vecino, puede creerlo.
-Pues
ya saben, cuando se encuentren con el vecino, tendamos puentes de
diálogo y concordia y si no se puede... ¡A echar la culpa al
vecino!
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org/
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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