"Deporte sin porte", por F. O. Roffön

Una sección de F. O. Roffön en exclusiva para The Adversiter Chronicle

Tecnología aplicada al fútbol

Tras la prueba del pasado Mundial de Rusia de aplicar el ojo electrónico como apoyo al arbitraje y aclarador de entuertos en áreas, entradas y fueras de juego, parece ya imparable que se aplique a la competición de alto nivel y en las Ligas más potentes del continente Europeo. Podemos discutir si el factor humano forma parte indispensable del atractivo del fútbol pero dentro de una generación esas dudas ni siquiera se plantearán. El progreso se impone sin misericordia y lo que garantiza el ojo electrónico es que se acabaron los errores garrafales que alteran resultados, clasificaciones, presupuestos y, ahora como nuevo recién llegado al negocio del fútbol, las apuestas.

Porque entre efluvio y efluvio de sidra se llega a una hipótesis perfectamente plausible y con el sistema bar de apoyo: la tecnología se impone finalmente porque se mueve mucho dinero en los locales de apuestas y el dinero prefiere la efectividad tecnológica al fallo humano y las debilidades humanas como la codicia que hace tentador que se amañen arbitrajes. Por otra parte el ojo electrónico y las inefables pausas con el juego detenido propician momentos que pueden rellenarse con publicidad, uno de los puntos flojos que no hacían atractivo el fútbol profesional en el mercado de EEUU y Canadá donde las cadenas de televisión sacan pingües beneficios con anuncios entre pausa y pausa que propician otros deportes. Los cuarenta y cinco minutos de juego sin interrupción eran una dificultad enorme y ahora el ojo electrónico las propicia. Pero que nadie se engañe, ahora las apuestas son el nuevo maná que clubs, federaciones, UEFA y FIFA quieren explotar al máximo accediendo al mercado norteamericano. La pasta es la pasta pero habrá que estar atentos porque siempre es golosa para tahúres y como dice el dicho: por la plata baila el perro...

La jornada de Liga nos ha dejado las bochornosas imágenes del césped del estadio pucelano donde el árbitro nunca debió permitir que se jugara en semejante patatal. Si era cosa de tiempos, el club debería haber solicitado la suspensión o bien jugar en otro estadio, pero arriesgar así las piernas de dos plantillas profesionales ha supuesto un riesgo inasumible amén de un bochorno para audiencias de fuera de España. Algo deberían hacer las autoridades federativas para que no se repita un caso así. Si el club por la razón que sea no tiene el césped en su punto para disputar competición habrá que arbitrar soluciones porque al final no pasó nada salvo un partido desvirtuado y aquí sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena...

Y la jornada en Segunda dejó victorias para los equipos astures con un Sporting solvente y unos carbayones que golearon fuera. Es cierto que los rivales son a priori del pelotón de los torpes, pero ambas aficiones llevaron una alegría que sumado al buen tiempo siempre anima. En el caso del Real Oviedo se ve que son previsores al ser plenamente conscientes que tienen seis puntos menos en el casillero y así ya se apañan para pasar sin atragantones el corte del descenso. Los rojiblancos, sabedores de esos seis puntos casi fijos, por no decir fijos, son de momento solventes con fichajes que parece que pintan bien y no pintan bastos y torpones como en temporadas pretéritas. Los azules están por delante en la clasificación y el objetivo ahora es darles caza. A ver si siguen así de rivales por ser primeros cuando llegue el derbi de la primera vuelta. Que disfruten de las alturas que ya se les bajarán los humos cuando jueguen contra los jóvenes y no tan jóvenes atletas del equipo de El Molinón.

F. O. R.

 

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