The Adversiter Chronicle

lunes, 22 de enero de 2018

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre


Suplemento cinematográfico cutre de The Adversiter Chronicle

INTERSTELLAR (2014)

Fue percatarnos de la posibilidad de visionar una película de ciencia ficción y además de reciente hornada, bajo los parámetros de nuestro bajo poder adquisitivo como empleados del turno de noche, para tirar mochos, linterna y caja de herramientas, calentar unas palomitas y enfriar unas birras sentando nuestras posaderas con ansia cinematográfica ante un argumento interesante como es el futuro inmediato en términos históricos y una vuelta de tuerca más al tema de las vicisitudes cuando entras en un agujero de gusano y se distorsiona el tiempo.

La cosa empezó bien en esta producción estadounidense de 2014 dirigida por Christopher Nolan y reparto casi de lujo y de solvencia en taquilla encabezados por un Matthew Mc Conaughey que logra una interpretación creíble de su personaje, atrapado en un planeta que se abrasa a fuego lento donde viejos pilotos como él se han reconvertido como el resto de habitantes en cultivadores de maíz porque ya no se necesitan ingenieros sino granjeros pese a que el polvo es omnipresente y las tormentas de ídem no dan tregua a cosechas y cosechadores.

En ese mundo polvoriento ha sobrevivido la NASA que ha estado trabajando en una alteración gravitacional que trata de comunicarse con la tierra, a través de la misma por alguien, y ha preparado una misión que compruebe si las sondas y tripulaciones del proyecto Lázaro han encontrado un planeta habitable donde evacuar a la población pero si fallara el plan hay un plan B que consiste en establecer colonias merced a los óvulos que llevan en su nave, todo ello bajo la dirección del típico profesor Bacterio interpretado en esta ocasión por un venerable Michael Caine que devora el plano compartido con esa mirada marca de la casa y que sabe interpretar el morirse de manera magistral como siempre porque al Caine se le aplaude todo sea bueno o menos bueno y superviviente de una época de actores de cine tan taquilleros y populares como las estrellas de cine.

En la parte femenina el protagonismo recae en una Anne Hathaway con su personaje atormentado donde su rostro demacrado en comparación con antaño da grima, al menos para quienes fuimos devotos de su belleza. Lo cierto es que su personaje sólo tiene sentido en el momento en que la tripulación debe decidir si ir al planeta explorado por su pareja sentimental o al de el científico más preparado que ha enviado un mensaje de que el planeta es habitable ya que el tercero en discordia es un planeta aguado con profundidad de diez centímetros y olas de diez kilómetros de altura. Pero la Hathaway está de florero y su cara marchita prematuramente aparta cualquier intención de pensamiento pecaminoso...

El mejor del elenco de todas formas es el personaje de Matt Damon, un explorador cagón que al percatarse de que el mundo helado hasta las nubes a donde ha ido a parar será además la tumba más fría donde descanse un ser humano, así que el muy ladino envía informes favorables a la colonización para así asegurarse de volver al planeta materno por muy achicharrado que se esté achicharrando no dudando en matar a quien se interponga en su camino si hace falta y su muerte provocó unas risas entre el equipo de cata cinematográfica.

La película nos enganchó porque uno de los aciertos reside en que las naves son creíbles, salvo el detalle de que los motores se inundan de salobre y corrosiva agua marina y no sólo funcionan sino que purgan. Por fin una película se atreve a mostrarnos miradas realistas de lo que sería navegar por el espacio sin que salgan puntitos luminosos de fondo; el acierto de que el sonido que se produciría es realista ya que no se oye y finalmente está bien resuelto el tema de la ingravidez. Fallo en el tema del pelo de la fémina que aunque lo lleva corto tiene mechón y éste no es ingrávido, pero en líneas generales los efectos enganchan a quienes gustan de texturas realistas de metal y sin incongruencias de física en temas de sonido y gravedad.

La historia son varias en una que se complementan aunque el tema ya dicho del planeta con el enamorado en su superficie y el dilema moral que plantea ante los criterios para seleccionar dónde colonizar se resuelve en tres minutos, el rollo de la misión se resuelve en cinco minutos y lo de la comunicación gravitatoria, el espacio tiempo y sus paradojas en quienes lo atraviesan más el rollo de la quinta dimensión final, coincidiendo en que cortaron para anuncios, hizo que antes de que terminase diéramos por finalizado el visionado ya que es una película de la que quieres tener buen recuerdo y aún recordamos la, para alguno del gremio, supuesta bella epifanía final de Inteligencia Artificial y el rollo del espacio tiempo ya nos taladraba las neuronas, las birras calenturientas y la faena esperando que nos pusiéramos a ella. Una de esas películas agradables por partes de la misma pero que quizás es mejor no verla acabar para tener la excusa de verla finalizar en otra ocasión pese a que no tengas verdadera intención y que su recuerdo se vuelva olvidable...
 
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton  Jr. IV

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