Suplemento
televisivo cutre de The Adversiter
Chronicle
SUPERVIVIENTES 2023:
Final apresurada, votaciones apretadas sin tiempo casi y gana Bosco
en una edición que duró de más un poco
Por
fin terminó una edición histórica e histérica a la que sobraron
dos semanas. Una final rara con los finalistas ya lavados, peinados,
duchados y mudados recuperando lorzas. El contenido de supervivencia
era nulo desde hacía dos semanas y la final resultó extraña con
votaciones a toda prisa con tan poco tiempo que se saturó la
aplicación y cientos de votos, si no miles, quedaron en saco roto
porque era imposible votar. Es histórica porque pasa a la historia
del concurso como la edición en que Jorge Javier dejó la
presentación, y casi a la cadena, por baja médica. Histérica
porque las broncas y pifostios fueron desde el inicio con el acoso y
derribo al Asraf por parte de Manuel Cortés y al que se sumaron el
resto, en mayor o menor medida, salvo Adara y Jonan; la cosa siguió
en los platós con auténticas hostias argumentales entre la inefable
de Raquel Bollo y Chabelita Pantoja en una mezcolanza de rencillas
familiares, envidias familiares y fobias familiares...
La
cosa empezó haciendo buenos los pronósticos de garitos y lupanares
de apuestas donde Bosco era el favorito y la primera sorpresa fue que
logró eliminar a un claro favorito a priori como el Asraf. El
concubino de Chabelita no ha hecho su concurso y sí ha hecho un poco
el de los demás. Carácter sui géneris que resulta chocante, bastante latoso en el tema de hacer cosas y el mérito de ser el
único capaz de hacer fuego, que más que decir mucho de él dice más
del resto. Estaba convencido de que iba a ganar, pero como estratega
y jugador no tiene visión táctica, sin saber sacar provecho de su
martirio que le hizo ganar la empatía de la audiencia y arrimado a
la buena sombra de ese buen árbol concursante que es Adara. Asraf es
el gran perdedor de la edición y es un personaje televisivo
totalmente inútil para trabajar en el medio como ha demostrado
sobradamente. Le han hecho un favor no ganando el concurso porque,
sin oficio ni beneficio a corto y medio plazo, hubiera llevado la
vitola de ganador de Supervivientes hasta en su epitafio. Bueno en
tareas de supervivencia, dio contenidos en la convivencia y si el
concurso hubiera durado dos semanas menos y de la isla a la final,
posiblemente hubiera ganado, pero sus balbuceos de los cambios
sufridos como persona gracias al concurso ya sonaban a turra. Ha
perdido por no pelear la apnea con Adara y por presuntuoso de que era
ganador sí o sí. Lo mejor de su concurso ha sido su pareja como
defensora que ha evolucionado como persona y personaje además de
hablar y argumentar muy bien. Esperamos que no se casen para que
sigan siendo felices y comiendo perdices.
Tras
la expulsión de Asraf llegó la prueba para sacar al primer
nominado, la ya típica prueba de escalera, donde se clasificaron
Adara y Jonan mientras que Bosco pasaba a ser primer nominado. Adara
superó sin problemas la apnea siendo la primera finalista mientras
Jonan se enfrentaba en las votaciones, ya deprisa y corriendo con
problemas para acceder a la aplicación para votar. Bosco dio de
nuevo la sorpresa ganando y eliminando a Jonan; que ha sido el
estratega de la edición junto con Raquel, abanderado del veganismo
supo ser fiel a sus principios sin sucumbir a la tentación de comer
lo que no fuera acorde a su veganismo, apoyo de Adara y gran
fortaleza mental hasta la mitad del concurso y cuando se vino abajo
con el numerito de querer abandonar donde perdió sus opciones de
ganar el concurso. No es un dechado de virtudes para la supervivencia
pero fue protagonista con peso propio en la convivencia y defendió
al Asraf cuando éste necesitaba apoyo anímico y que sucumbió
finalmente en la última parte del concurso, coincidiendo con su
corte de pelo. Ha sido un concursante majo pero no merecía ser
finalista por sus carencias en la supervivencia.
Sin
apenas tiempo para digerir unas votaciones llegaron las de la gran
final entre Adara y Bosco que además parecen tener un inicio de
idilio isleño con continuidad fuera del mismo, en apariencia. Perdió
Adara, una concursante de la que se ha dicho que su personalidad es
una estrategia que siempre repite las mismas argucias en cada
concurso de telerrealidad en que participa, y que además suele
ganar. Adara es Adara, no es estrategia y sí es que es así. Puede
enfrentarse al mundo, luego se retira al palmeral y se lame sus
heridas. Adara vive el concurso, vaga para las tareas, justita en
supervivencia pero ella es el dinamismo, la gresca y el llanto del
concurso. Defensora del débil Asraf con Joan de escudero y Pepito
Grillo a partes iguales, Adara es leal hasta el batacazo; supo apoyar
y defender al Asraf y también cantarle las verdades del barquero si
terciaba, con apoyo incondicional de parte de la audiencia y siempre,
para lo bueno y lo malo, siempre es Adara. Nunca sabremos si hubiera
ganado de funcionar la aplicación porque ésta tampoco funcionaba
para la votación final. Encima, tiene idilio isleño...
¡Adara,
siempre divina!
Y Bosco fue el ganador inesperado aunque había ganado enteros las
últimas cuatro semanas y se benefició de alargar la cosa estirando
el chicle en Madrid. Bosco empezó como un niñato pijotero que
imitaba en gestos, muecas y tono de voz al desquiciado televisivo de
su tío Pocholo. Debió ser expulsado disciplinariamente cuando saltó
del helicóptero haciendo el gilipollas, peligroso gilipollas, dando
una potencialmente peligrosa voltereta. Siguió de niñato pijotero
en las primeras pruebas y nadando fuera de zona sin escuchar lás
órdenes de producción desde la orilla. Se pasó dos tercios del
concurso siendo un mueble; hacendoso y laborioso, sorteando con
diplomacia vaticana el acoso y derribo al Asraf, ganando pruebas de
líder demostrando que no tenía liderazgo, madera de, para
finalmente mostrarse en el último cuarto del concurso como realmente
es: criterio propio, sabe hablar y gesticular siendo él mismo y no
una parodia de su tío, galanteó con astucia la distante Adara y
tuvo convivencia dando minutos de contenido. Su victoria queda
empañada por los problemas para votar y sin lugar a dudas tiene
mérito derrotar a un Asraf favorito para la inmensa mayoría. Bosco
ha ganado, entre otras cosas, porque ha sido un concursante que hemos
visto crecer, que se abrió finalmente para fisgar su verdadera
persona y se le perdonan sus pecados de inicio. Con aprobado en artes
de supervivencia y convivencia, se alza por encima del resto en un
concurso que es una carrera de fondo, eclipsado por el protagonismo
de otros y otras más gritonas y folloneros, resulta que siendo él
se ganó a la audicencia derrotando a una peso pesado de la
telerrealidad como es Adara...
Edición
extraña desde el inicio con abandono al segundo día de concurso, la
ausencia de Jorge Javier y las movidas de una cadena en transición
tras la marcha de Paolo Vasile de la planta noble de Mediaset. El
estreno de Laura Madrueño sustituyendo a Lara y que se ha ganado el
puesto por su naturalidad y simpatía; antológico cuando le regañó
a Jorge Javier por molestar a los participantes en las pruebas con
su cháchara y cuchufletas, pero sobre todo una naturalidad que
alegraba la pantalla y con tablas para ejercer autoridad sin muecas
ni gesticulaciones más o menos resultonas. La duración de la
edición ha sido excesiva, tediosa y aturdidora sacando conejos de la
chistera para estirar el chicle. Además, pirateo de la aplicación
que anuló votaciones de expulsión y en la final sin poder acceder a
la misma para votar, cosa lógica cuando tropecientos mil usuarios
deben votar en menos de un cuarto de hora. La gran protagonista ha
sido la convivencia toda vez que pescaban, tenían fuego y les daban
pitanza de recompensa día sí y día también. El
elenco de concursantes era de muy baja estofa televisiva y que Asraf
fuera el más famoso, con pedigrí de tal, ni siquiera era por él
mismo sino por ser concubino de la hija de Isabel Pantoja. El
espectáculo en plató, primero con el amor bizarro de Yaiza y Ginés,
con la Raquel Bollo después, daba vergüenza ajena...
Menos
mal que siempre nos queda Sobera.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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