Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
Mira que hemos dicho en diversas ocasiones y momentos que Anabel Pantoja tiene más talento para la televisión que el ceporro de su primo y la rebelde con causa de su prima, el inefable Kiko Rivera y su hermana. La cámara hay ángulos en que se enamora de su rostro, de belleza propia pero que en algunos planos es la plenitud de belleza que tuvo su tía Isabel Pantoja. Tiene desparpajo adquirido a base de ser colaboradora, pero es un desparpajo inocente e influenciable de cada comentario que sus compis de plató le propinan unos, le escupen otras y le azota el Kiko Matamoros, programa sí y programa también...
La última ha sido un cachondeo y recochineo a raíz de que la Anabel hace gala de tener una colección de joyas que vende por Internet. El Frijenti, que es un ladilla para estos asuntos interneteros, destapó que las supuesta exclusividad de la colección de joyería de Anabel Pantoja se vende a cinco veces su valor en el mercado internauta de bisutería china con ínfulas de diseño. Esto de vender, promocionar y ser imagen de, lo entendemos todos salvo Anabel Pantoja y la petarda de la Belén Esteban. No es maldad, es pura ignorancia y del atrevimiento que da la misma. En el caso de la Belén Esteban ya anunció hace unas temporadas a bombo y platillo que estaba diseñando joyas, pero diseñar no es seleccionar de un catálogo de diseños, pero bueno, se le admite porque es intocable. En realidad lo era porque lleva unos programas desaparecida en combate tras otra humillación televisiva a manos del pésimo actor-presentador del Jorge Javier, que acusa síntomas de fatiga televisiva.
Pero la historia paralela y que ha terminado con una carta de dimisión de colaboradora de la Anabel Pantoja, el director del programa enviándola a la nevera del hogar unos días y burlas y chirigotas de sus compis en la despedida temporal, es la que tiene miga. La pobre Anabel hace un par de temporadas que se ha convertido en el muñeco de los zurriagazos verbales que la llevan al llanto, espantadas de plató y los inefables perdones a quienes correspondan y a quienes no. Es una cantinela donde la masa espectadora o bien se compadece de la sobrinísima o bien empatiza con su martirio, se identifica con su dolor y llanto de vejación y humillación. Hasta le quitan el móvil como si fuera párvula mientras los demás se enfrascan con el teclado cuando no están en plano...
Anabel tiene un déficit intelectual que no es por tara fisiológica, es una simple carencia de estudios más allá de los obligatorios y elementales. Kiko Hernández y Kiko Matamoros son los máximos inquisidores de cada auto de fe, pero cuando Anabel suelta una patada al diccionario o un insulto a la más elemental inteligencia gramatical, se escucha a varias compañeras por lo bajinis reírse de Anabel Pantoja. Van a terminar con su equilibrio psíquico, no hay más que ver su ansiedad reflejada en no parar de mascar cuando es atacada, es cierto que ya deberían haberla despedido por abandono del puesto de trabajo de manera reiterada y es cierto que no sabe sacar provecho de sus trabajos en televisión. Pero Anabel Pantoja sólo quiere ser feliz, con sus videos caseros que pone como burros en primavera a los coreanos, su idilio canario donde se refugia de las movidas peninsulares y televisivas de sus parientes, que hasta le vacilan con la prueba de embarazo...
La pobre Anabel, superada por la situación, aseguró que esa pieza no figura ni figuró en sus colecciones y diseños (sic) y apuntó el dedo acusador a quienes redactaron la noticia e hicieron la compilación de datos. Buena la hizo, fue sometida a un auténtico akelarre donde ya no sabía donde meterse, con el David Valdeperas vocinglero y dictatorial, Jorge Javier y elenco colaborador con caras de haba mirando asombrados a Anabel y escuchando todo atentos y atentas al vocinglero director. Paroxismo en suma de una deriva de semanas hacia la humillación total de Anabel Pantoja. Por supuesto que ya hubo ñoños comentarios de sus virtudes, aceptación de sus perdones y hasta, vacile final, que es parte esencial del programa. Veremos si vuelve, que seguro que lo hace...
¡Y seguro que volverá a ser martirizada!
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
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