Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle
SOLOS: Adios al Rafa
Mora y Macarena entrando Noel con Marta Peñate
(O cómo verles sin que te entren ganas de despeñarte)
(O cómo verles sin que te entren ganas de despeñarte)
Quince días ha durado la singladura del gañán televisivo de Rafa Mora y su pareja Macarena pudiendo decirse que estuvieron días de más porque son animales de rutinas y no era muy estimulante verles salvo por interés antropológico de las relaciones de pareja en este nuevo siglo y nuevas tecnologías. Los elegidos para sustituirles son esta vez conocidos, e insoportables, sin relación, que sepamos, de haber tenido rollito, ser follamigos o cualquier otro sucedáneo de eufemismos para suavizar lo que siempre se dijo de si follaron o no follaron. Al equipo de cata televisivo no le consta, aunque no lo descartamos conociendo el percal, y las promos afirman que no tienen relación sentimental alguna...
Si en las estancias en solitario se pudieron apreciar detalles de las personalidades de quienesiban entrando y saliendo, el giro a meter una pareja nos ha servido para ver los nuevos roles de las parejas digitales, ya caminito de ser talluditos. Así, el Rafa Mora gañán televisivo y discípulo de Kiko Matamoros, al que le gusta hablar a voces cual pastor a sus ovejas díscolas, de aspecto de muchachote fornido y bregado capaz de sacar dentaduras completas si te da un puñetazo que no hay dentista que lo arregle, en la intimidad conyugal (ahora se está casado en lo que antaño era convivencia de pareja) es Macarena quien lleva los pantalones y Rafa Mora quien hace las tareas. Lo de llevar los pantalones no es metafórico, Macarena sólo se los quita para ponerse otros, y sin duda resulta novedoso el cambio de roles donde el macho alfa se dedica a las tareas hogareñas y Macarena a sus labores que no son otras que practicar sus ejercicios ante el espejo y aguantar las turras del Rafa Mora...
Lo de mirarse en el espejo, visto como espectadores, raya en lo patológico. En Macarena se entiende ya que es herramienta de su profesión, pero lo de Rafa Mora es casi enfermizo. Gusta de pasearse en calzones mostrando su musculado cuerpo, al menos el torso y brazos de tal forma que, o lo está mirando ante él o le mira de reojo cuando pulula por la estancia. Nuevamente, para el espectador la impresión es diametralmente opuesta a la alta estima del Rafa Mora: torso hipermusculado que logra camuflar su incipiente panza que le augura ser el típico barrigudo cincuentón y unas piernas ridiculamente ridículas que no pegan con el tronco superior. Una desproporción corporal que, o bien no ve o bien no se entera de que se ha pasado de rosca. Mientras Macarena soporta con estoicidad de miembro de las fuerzas especiales los ejercicios de gimnasia, Rafa Mora se desfonda y le falta resuello. Cuando se pone a danzar y brincar con Macarena es como una nevera coja de una pata o un paquidermo asmático camino de un cementerio de elefantes.
En resumen, que Rafa Mora es un chollo para ser pareja de convivencia sentimental inversamente proporcional a sus dotes televisivas, cuando deja de ser un energúmeno colaborador se transforma en la intimidad del hogar en un mucamo que además deleita a su pareja mostrando su desproporcionado cuerpo, quién nos lo iba a decir. Y lo que no dijo nadie es que entraba Marta `peñazo´ Peñate porque automáticamente hubiéramos cancelado la suscripción para fisgar, saturados de sus comportamientos de niña mimosa, gritona, amiga de montar follones y que precisa alguien detrás suyo para seducirlo. Su pareja es Noel Bayarri, insulso habitual del elenco de famosos famosillos de la cantera de Mujeres y hombres y viceversa, donde es de suponer que les han metido para que choquen sus caracteres y dar juego, al menos más que Macarena y su mucamo amén de pareja sentimental de convivencia.
Lo mejor para soportar la estancia del peñazo de la Peñate es visionarlo en horas nocturnas mientras duerme, verla despierta en sus rollos de mimosa rebelde con causa puede inducir al suicidio...
¡Que se lo pregunten a Noel dentro de una semana, que se lo pregunten!
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