Unas memorias de Antón Rendueles en exclusiva para The Adversiter Chronicle
Marte
He
visto, con la misma emoción de cuando era niño, las imágenes de la
llegada a Marte del robot Perseverance,
hoy se cumple además el cuarenta aniversario del fallido golpe de
Estado donde la sociedad española, con el Rey a la cabeza, supo
neutralizar y superar la tormenta de dictadura que intentaron desatar
el teniente coronel Tejero y sus compinches. Hoy que la sociedad se
enfrenta de nuevo a ataques a la democracia española, curiosamente
de quienes gozan de su libertad gracias a la reacción unánime del
23-F, la conquista espacial resulta un bálsamo y me retrotrae a la
misma en aquellos años de una nueva década...
Eran
los años del transbordador espacial, de su llegada al estado
operativo y las primeras misiones. Ya desde que tuve uso de razón,
la conquista espacial me fascinaba y devoraba con avidez las imágenes
y la información que lograba llegar a mis manos. Prometían que hoy,
el futuro en el pasado, la Luna sería un hervidero de actividad
humana con bases permanentes, pero nunca llegó ese futuro hasta hoy
donde hay programadas misiones lunares en esta década...
Pero
Marte era fuente de misterio y fascinación para un niño que creía
en las promesas de los adultos. Sabía que se habían enviado
misiones robóticas y fallado muchas de ellas, pero recuerdo
nítidamente cuando tuve conocimiento de las misiones Viking
de la NASA, o las sondas Venera
de la URSS, siempre tan
hermética con imágenes de mala calidad, pero el Viking
era otra cosa. Ver la sonda en
la superficie, con su diseño fascinante y fotos a color era entrar
en la consciencia de que existían otros mundos y era posible llegar
allí...
Y
por supuesto estaban las fotos tomadas en órbita como aquella
mítica de la cara de Marte, un rostro que parecía mirarme a los
ojos abriendo la puerta a la posible existencia de una civilización
en Marte. Los programas radiofónicos o el Más allá
televisivo de Jiménez del Oso me transportaban a un futuro que
deseaba ver, inconsciente de que era la tecnología y el avance en
conocimientos lo que impulsa la conquista espacial, era un niño y
como tal el futuro parecía lejano con la mítica fecha del 2000,
como si ese número llevara implícito que todas aquellas cosas que
prometían estarían cumplidas. Sonrío para mí mismo recordando mi
inocencia, fascinado por querer saber qué había más allá de la
atmosfera terrestre. Sabía, no sé el porqué, que no eran planetas con
seres de otro mundo ni aquellas impresionantes naves que el cine y
los cómics auguraban, pero por alguna extraña razón el año 2000
era la fecha donde lo que hoy, entonces, eran ambiciosos planes de
exploración y colonización serían la realidad...
Esta
nueva década sigue prometiendo cosas en la carrera espacial, ahora
la fecha mítica es 2050, pero ya sé que las cosas no van tan
rápido, que habrá antes que establecerse en la Luna y su órbita,
pero los robots son ya una realidad y me tomo con calma cósmica la
impaciencia de que llegue ese momento. Posiblemente no vea la llegada
de la Humanidad a Marte y sí que tengo alguna probabilidad de ver la
primera base permanente en la superficie de la Luna, seré un anciano
y tengo la certeza de que volveré a ser un niño viendo las
imágenes, pero la conquista espacial es algo que me hermana con el
resto de habitantes, siempre en nuestras guerras y odios pero donde
siempre hay rayos de esperanza aunque las misiones lleven banderas
distintas y allá donde vayamos llevaremos nuestras cuitas, pero de
momento llegar a Marte sigue siendo un logro que nos hermana como
humanos y si podemos llegar a Marte es que sabremos salir adelante
pese a todo.
Antón
Rendueles
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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