Con la
colaboración de Palomino Gargajo Bilioso
en exclusiva para The Adversiter
Chronicle
Ha
sido aprobada la exhumación de los restos de Franco, el dictador de
España durante cuatro décadas del pasado siglo XX y The Adversiter
Chronicle comienza una serie de diálogos sobre la dictadura desde
distintos prismas, político, social e incluso religioso. Hoy
hablamos sobre el prisma de la ideología y si realmente existe lo
que se denomina franquismo como ideología en la España del siglo
XXI...
-18 de julio de 1936,
intento de golpe de Estado que desemboca en una cruenta Guerra Civil.
¿Cuál era la ideología de los golpistas en esos momentos?
-Los
militares golpistas del 18 de julio de 1936 más que ideología,
aunque apoyándose en formaciones políticas de ideología fascista y
tradicional católica, lo que buscaban era una vuelta a la normalidad
bajo su punto de vista. El exilio de Alfonso XIII y la posterior
proclamación de la República con sus vicisitudes políticas unido a
una exaltación extremista de la izquierda y la derecha, formó un
caldo de cultivo de confrontación que empapaba a la sociedad
española en su conjunto con una Iglesia católica que veía
políticas que traerían inevitablemente una pérdida de su
considerable influencia en la ciudadanía y las instituciones
españolas. En ese sentido, el generalato educado en los valores
tradicionales vio con temor una República con la Revolución de
Asturias en 1934 sumado a que se armaran grupos de extrema derecha
porque los grupos de extrema izquierda también tenían acceso a
armas y en ambas existían organizaciones paramilitares que se
adiestraban sin esconderse demasiado. Creo que la ideología en julio
de 1936 de los generales golpistas era más volver al orden natural
de las cosas y acabar con un Gobierno de la República que hacía
tambalearse el orden existente hasta el exilio del monarca español.
-El
golpe desemboca en una abierta guerra civil, la pregunta es si es en
ese momento cuando surge el franquismo...
-Lo
primero es decir que el general Franco y su equipo supieron primero
abrazar las tesis falangistas, imponerse en el mando supremo a otros
generales y finalmente ser reconocido por el Vaticano como el
dirigente jefe. En realidad el falangismo murió con José Antonio,
que Franco y su equipo supieron utilizar, primero sacrificándolo y
posteriormente convirtiéndolo en mártir de la causa, una causa que
ya era franquista porque el apoyo de Italia y Alemania reconoció al
general Franco como el líder del bando golpista que pasó a ser el
nacional. Quiero resaltar que el falangismo murió en dos ocasiones,
una con José Antonio y la otra con el regreso de los falangistas que
se alistaron voluntarios en la División Azul que al volver a la
patria veían a los trepas progresar y el ideario socialista del
falangismo enterrado en actos, gestos y palabras vacías. El mayor
aporte del llamado franquismo en aquellos días fue que la iglesia
católica volvió a formar parte activa del sistema. Lo que podemos
llamar franquismo no surge en realidad hasta los acuerdos de
cooperación y amistad con EEUU ya en la década de los cincuenta.
-¿Cómo
era ese primer `no franquismo´ desde el final de la Guerra Civil
hasta 1945 que el fascismo es derrotado por las democracias y la
URSS?
-Durante
la Guerra Civil en los territorios conquistados a la República y
desde el fin de la misma hasta 1949 se trasplantaron las estructuras
del régimen nazi a la sociedad y es cuando surge la leyenda de la
España cuartelera donde se gobierna a golpe de boletín, una
represión brutal e inmisericorde con quien no fuera franquista donde
cualquier delito podía tener indulgencia salvo ser políticamente
contrario a Franco y esa disidencia era juzgada de roja, de
comunista, de revolucionaria. Fueron unos años de asesinatos, abusos
y de un orden social donde la Iglesia católica era parte
fundamental. En 1945 siguió la autarquía y el aislamiento
internacional que lejos de ablandar al régimen, el aislamiento no
era tal por parte de las democracias, lo hizo aún más inflexible,
luchando contra el maquis y buscando ese afán de la guerra colonial
de orden social exterminando la cusa del desorden que para el régimen
era toda ideología contraria al mismo. Es cierto que Franco suavizó
la estética que recordaba demasiado al nazismo pero a nivel de
representación política y de control de la ciudadanía y la
sociedad, el régimen era una copia hispana del nazismo que contaba
con el beneplácito del Vaticano y de una Argentina de Perón que no
ocultaba sus simpatías nazis. Hasta los acuerdos con EEUU puede
decirse que España era un cuartel que contaba con la bendición de
la Iglesia y el fundamento de acabar con la izquierda, incluyendo a
la derecha que no estaba de acuerdo con la figura prominente del
Generalísimo.
-Es
cuando se forja la leyenda de la reconstrucción del país, su
modernidad y la prosperidad de sus gentes. El ideal falangista ya
sólo es un decorado desencantado y la corrupción termina de
instalarse con el amparo del régimen. El franquismo es más una
leyenda tras el fin de la dictadura donde quienes enarbolan la
bandera del franquismo alimentan los mitos señalados. Es fácil
levantar un país cuando previamente ha sido destruido y la
modernidad y la prosperidad surgen de forma natural cuando el sistema
capitalista puede imponerse. La cacareada clase media que logró el
llamado franquismo no era más que consecuencia de desarrollar la
industria, el comercio y el mundo urbanita. Pero en la memoria
también quedan los éxodos del campo a la ciudad, la emigración
laboral y unas costumbres ligadas a la cultura yanqui que acabaron
creando una sociedad capitalista semejante a la de las democracias en
Europa y EEUU. Una vez que el régimen logró el reconocimiento de
socio y aliado de Occidente, dejó que se produjera el desarrollo
social pero negando la libertad política. Si dejamos a un lado la
parafernalia falangista y fascista, nos queda una estructura de poder
dictatorial anti comunista y de ideología fascista. Cuando se acaba
la dictadura el progreso económico del país, que se hubiera
producido igual en una democracia si el régimen hubiera sido
derrocado en 1945, había dado lugar a una sociedad como otra
cualquiera que deja la economía rural para integrarse en un
Occidente industrializado.
-Primero
es una excusa para que sus descendientes vivan del mito, alimentando
un romanticismo de la dictadura que se resume en que la guerra era la
guerra y si él hizo, ellos hicieron igual o más. El franquismo es
la cara amable de un nuevo neofascismo que es en realidad un regreso
a las tesis nazis donde cabe todo, desde teorías más o menos
conspiranoicas, regreso al antisemitismo y a un nacionalismo
exacerbado y excluyente que en España ha contagiado a los
regionalismos. El franquismo no existe y se utiliza el mito de Franco
para imbuir de discurso nazi, un mal no sólo español, un mal
europeo que realmente preocupa a los demócratas porque salvo el
hecho de disponer de armas y estructuras paramilitares dispuestas a
pasar a la acción por parte de los extremos, verbalmente y en gestos
recuerda a la década de los 30´s salvando las distancias pero
análogas en su raíz de aprovechar una crisis económica para vender
una alternativa que es la dictadura y acabar con la democracia.
-Hubo
un riesgo muy grande de que Juan Carlos I no llegara al trono y de
haber sido otro el coronado sí lo sería aunque no hubiera
sobrevivido a 1981. La monarquía en España es una institución
representativa y garante de la sociedad española, pero esas tesis de
la nueva izquierda comunista de que el Rey y la monarquía son
franquistas se olvidan de que desde 1936 hasta 1975 hubo una sociedad
que tuvo que sobrevivir, luchar por la vida, trabajar y desarrollarse
en el marco de una dictadura y sus reglas porque la alternativa era
el paredón de fusilamiento y la cárcel. Desde que era Príncipe de
Asturias, Juan Carlos I maniobró y luchó porque al final de la
dictadura se impusiera una democracia. Tal vez cuando pasen dos
décadas y se desclasifiquen documentos en distintos países se verá
en su magnitud la institución de la monarquía y del papel del Rey
Juan Carlos I en su grandeza democrática y de lealtad a España y
los españoles. No hablo de una monarquía eterna, hablo del papel
jugado por la institución en los años de la dictadura fascista de
Franco.
-Estigmatización
de los símbolos patrios y hasta de nuestro marco etnográfico, un
chantaje emocional a las generaciones de la dictadura que continúa
con la etiqueta de franquistas por parte de la nueva izquierda
revolucionaria, chantaje permanente a la culpabilidad y
responsabilidad política de España y su sociedad por parte de
nacionalistas y cierta parte de la izquierda sin referencias desde el
fin de la URSS y falta de voluntad de los gobiernos por no ser
políticamente incorrectos de aprovechar el paso del tiempo para ir
desmontando los restos de culto a la figura de Franco que si bien
tienen cabida en una democracia dentro del ámbito particular, han de
ser eliminados por el Estado como se hizo con el nazismo. Ha legado
una herida que supura y deber ser drenada continuamente y debería
haberse hecho, debe hacerse y se ha de hacer si no se hace ya,
cauterizar y cerrar la hemorragia. Hoy Franco es un mito, un
envoltorio que camufla el nazismo y finalmente un capítulo que se
cerrará definitivamente aunque nos quede el epílogo que no será
otra cosa que acabar con el culto y la exhibición de símbolos de
algo que ya es Historia...
Así
de simple y así de complicado.The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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