CUANDO NOS PREGUNTAN SI
JUGAMOS LA RIFA DE LA CESTA DE NAVIDAD
Llegan
los fastos navideños y llega el momento de afrontar una compostura
del postureo ya típica desde hace décadas como es cuando entramos
en un negocio, porque lo de las rifas de cestas navideñas ya se
extiende a todo tipo de negocios; pero me refiero al típico local de
hostelería o el quiosco, generalmente del barrio y donde paramos
habitualmente. La compostura del postureo surge debido a que no es
que nos juguemos un numerito a la rifa de la cesta navideña, como
ahora ya es Navidad desde octubre, pues las rifas de las cestas
navideñas se prolongan llegando un establecimiento hostelero a rifar
hasta media docena de cestas navideñas. La compostura del postureo
afecta por tanto a las capas pasivas de la sociedad, parados de
eterna duración y bajas médicas que bajan también los ingresos
mensuales y coger un número de la rifa de la cesta de Navidad
sustituye los décimos de lotería del Gordo de Navidad, por no
hablar de que si toca se grantiza una Nochebuena como mandan los
cánones, pero insoportable la presión de invertir más de 5€ en
rifas de cestas navideñas. Por supuesto hay que utilizar una
compostura del postureo con las dosis adecuadas de diplomacia
vaticana, argumentos que siembren una duda razonable y por último un
poco de dosis creativa y teatral. Diplomacia vaticana porque si
paramos en el café de todos los días y no seguimos el ritmo de
comprar un número en cada rifa pues seremos objeto de habladurías
entre los parroquianos y de risitas inmisericordes de las
parroquianas, qué decir del personal que nos sonríe como siempre
todos los días y en su mirada vemos el reproche que nos grita:
¡¡Roñoso, muerto de hambre!!;
pájaras mentales aparte, e inevitables en estos casos, una vez
sobrepasado el presupuesto de los 5€, la mejor compostura del
postureo es la previsión de ir contando desde que compramos el
número de la rifa de la cesta de Navidad una historia que siembre la
duda entre el personal hostelero y que será debidamente propagado a
la clientela por el susodicho personal. Un embargo inesperado de
Hacienda, un pufo que dejó el cuñado, una operación de la mascota
a vida o muerte. En definitiva, una buena coartada para cuando llegue
el momento de afrontar que han puesto otra dichosa cesta de Navidad
para rifar y aún estamos en los inicios de la misma. Si resulta que
se agota la astucia argumental previsora como compostura del
postureo, toca jugar el último cartucho que no es otro que una
compostura del postureo creativa y teatral. Creativa, jugando con
complementos que apoyen nuestra historia contada con astucia vaticana
como un brazo vendado y en cabestrillo complementado con una turra
diaria de dolencias, incomodidades. La muerte de la suegra que la
queríamos como una madre y que nos induce a estados depresivos y el
último recurso que es alquilar una silla de ruedas y que un sobrino
u sobrina desconocidos de los parroquianos y del personal del local,
narrando cuánto nos cuesta la maldita silla, pagar el acompañamiento
que incluye la comida, un despliegue total de la compostura del
postureo en todo su esplendor que, estadísticamente demostrado, logra
despertar la empatía primero y la compasión después y no será
raro abandonar el local con media docena de números de la rifa de la
cesta de Navidad y hasta algún billete de lotería de la casa por
generosidad de los parroquianos. ¡Que risas y que alegrías con el
sobrino u sobrinita saliendo del local tras una interpretación digna
de Broadway y de Óscar de Hollywood en su versión cinematográfica!
Qué mas se le puede pedir a una compostura del postureo que logar
que se juegue gratis a la rifa del sorteo de la cesta de Navidad, nos
quedamos con el puñetero personal hostelero, les sacamos los cuartos
a los parroquianos y favorece el diálogo intergeneracional de la
familia, por no hablar de si toca la cesta de los demonios y algo de
la lotería y quedamos como reyes, magos por supuesto.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org




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