The Adversiter Chronicle

miércoles, 10 de diciembre de 2025

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí Kate

CUANDO NOS PREGUNTAN SI JUGAMOS LA RIFA DE LA CESTA DE NAVIDAD

Llegan los fastos navideños y llega el momento de afrontar una compostura del postureo ya típica desde hace décadas como es cuando entramos en un negocio, porque lo de las rifas de cestas navideñas ya se extiende a todo tipo de negocios; pero me refiero al típico local de hostelería o el quiosco, generalmente del barrio y donde paramos habitualmente. La compostura del postureo surge debido a que no es que nos juguemos un numerito a la rifa de la cesta navideña, como ahora ya es Navidad desde octubre, pues las rifas de las cestas navideñas se prolongan llegando un establecimiento hostelero a rifar hasta media docena de cestas navideñas. La compostura del postureo afecta por tanto a las capas pasivas de la sociedad, parados de eterna duración y bajas médicas que bajan también los ingresos mensuales y coger un número de la rifa de la cesta de Navidad sustituye los décimos de lotería del Gordo de Navidad, por no hablar de que si toca se grantiza una Nochebuena como mandan los cánones, pero insoportable la presión de invertir más de 5€ en rifas de cestas navideñas. Por supuesto hay que utilizar una compostura del postureo con las dosis adecuadas de diplomacia vaticana, argumentos que siembren una duda razonable y por último un poco de dosis creativa y teatral. Diplomacia vaticana porque si paramos en el café de todos los días y no seguimos el ritmo de comprar un número en cada rifa pues seremos objeto de habladurías entre los parroquianos y de risitas inmisericordes de las parroquianas, qué decir del personal que nos sonríe como siempre todos los días y en su mirada vemos el reproche que nos grita: ¡¡Roñoso, muerto de hambre!!; pájaras mentales aparte, e inevitables en estos casos, una vez sobrepasado el presupuesto de los 5€, la mejor compostura del postureo es la previsión de ir contando desde que compramos el número de la rifa de la cesta de Navidad una historia que siembre la duda entre el personal hostelero y que será debidamente propagado a la clientela por el susodicho personal. Un embargo inesperado de Hacienda, un pufo que dejó el cuñado, una operación de la mascota a vida o muerte. En definitiva, una buena coartada para cuando llegue el momento de afrontar que han puesto otra dichosa cesta de Navidad para rifar y aún estamos en los inicios de la misma. Si resulta que se agota la astucia argumental previsora como compostura del postureo, toca jugar el último cartucho que no es otro que una compostura del postureo creativa y teatral. Creativa, jugando con complementos que apoyen nuestra historia contada con astucia vaticana como un brazo vendado y en cabestrillo complementado con una turra diaria de dolencias, incomodidades. La muerte de la suegra que la queríamos como una madre y que nos induce a estados depresivos y el último recurso que es alquilar una silla de ruedas y que un sobrino u sobrina desconocidos de los parroquianos y del personal del local, narrando cuánto nos cuesta la maldita silla, pagar el acompañamiento que incluye la comida, un despliegue total de la compostura del postureo en todo su esplendor que, estadísticamente demostrado, logra despertar la empatía primero y la compasión después y no será raro abandonar el local con media docena de números de la rifa de la cesta de Navidad y hasta algún billete de lotería de la casa por generosidad de los parroquianos. ¡Que risas y que alegrías con el sobrino u sobrinita saliendo del local tras una interpretación digna de Broadway y de Óscar de Hollywood en su versión cinematográfica! Qué mas se le puede pedir a una compostura del postureo que logar que se juegue gratis a la rifa del sorteo de la cesta de Navidad, nos quedamos con el puñetero personal hostelero, les sacamos los cuartos a los parroquianos y favorece el diálogo intergeneracional de la familia, por no hablar de si toca la cesta de los demonios y algo de la lotería y quedamos como reyes, magos por supuesto.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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