The Adversiter Chronicle

martes, 23 de septiembre de 2025

"Butaca de patíbulo", suplemento cinematográfico cutre

Suplemento televisivo cutre de The Adversiter Chronicle

VIAJE AL FONDO DEL MAR (1961)
 (Voyage to the botton of the sea)

Una de las magias del cine reside en que las películas son pequeñas cápsulas del tiempo que nos permiten ver el pasado, sin cometer el progresista error de ver el pasado con gafas del presente. Si le sumas que hay personal en prácticas del turno de noche, sólo fue cuestión de fichar y endilgar a los novatos el mocho, la linterna y la caja de herramientas para proveernos de birras frías y pistachos para dirigirnos al despacho del gerente y disfrutar con posterior tertulia hasta la hora de fichar para salir. Elegimos el visionado de una encantadora película dirigida por el solvente Irwin Allen que ya estaba fogueado en películas de aventuras y ciencia ficción de no muy alto presupuesto y que el año anterior había dirigido la también recordada El mundo perdido; firma también el guion junto con Charles Bennett basado en una historia de autoría del propio director. La, película se nutre de tres géneros con legión de frikis como son la ciencia-ficción, el cine de catástrofes y de submarinos...

Reparto suculento con Walter Pigdeon de almirante científico que va de enrollado con todo el mundo pero le gusta el ordeno y mando sin posibilidad de recurso a lo ordenado y mandado. Un Peter Lorre que atrapa la atención cada vez que aparece en una escena en el papel de comodoro científico y auténtico escudero del almirante mandón, encerrándose ambos para hacer sesudos cálculos para evitar y atajar la catástrofe. Luego está Robert Sterling de atribulado capitán del submarino siempre incordiado por el almirante y el comodoro que son quienes dictan las órdenes para congoja del capitán que además cuenta en la tripulación con su prometida, una contoneante Bárbara Eden en un rol en principio arquetípico de la época como mujer pero también oficial tripulante, alivio entre cubiertas del atribulado capitán y prometido, conocedora de los machos alfa en disputa que son el capitán y el almirante. Y luego está Joan Fontaine como observadora que se ve atrapada en el submarino y su misión de salvar al planeta que además examina el comportamiento del almirante y le ruca la oreja al atribulado capitán sobre un supuesto desorden mental del almirante. En realidad es una película coral donde todo el reparto está soberbio en sus interpretaciones.

Y una cápsula del tiempo donde se pueden apreciar heraldos del futuro como el televisor como fuente de noticias al instante, un primitivo Internet analógico si se quiere porque ya nos dirán como pilla la señal si el submarino está sumergido bajo los hielos árticos. El encanto de los efectos especiales, trucas casi que vistas hoy producen una sensación de candor inocente, pero sigue siendo vistoso ver el submarino esquivar rocas de hielo. Aunque con aires de Serie B, se nota la producción de la 20Th Century Fox resultando una delicia el set de rodaje en el submarino, cierto que más espacioso de lo que es normal aunque la amplitud era necesaria para los contoneos de Bárbara Eden, pero es delicioso recorrer el submarino porque se curraron los decorados y ese ambiente de las películas de submarinos de la Segunda Guerra Mundial. El argumento es apocalíptico con un cinturón de radiación que está derritiendo los polos, iniciándose una carrera contrarreloj antes de que la temperatura alcance un punto crítico que sería el fin de la humanidad...

Todo ello un bonito envoltorio donde el bombón está en el guion que rezuma mordacidad, ironía y un reírse un poco de todo. El rol de la mujer en un mundo de hombres capaces de solucionar problemas y que por las mujeres pueden perder las entendederas. Una crítica al autoritarismo escondido tras un trato paternal y de francachela. Tragedia que es sacrificio por la patria y la Tierra donde se parte de forma voluntaria pero obligatoria a la muerte. El submarino tiene una proa acristalada que llama la atención cuando vemos que es una sala panorámica de observación de las profundidades y lo del calamar gigante ya acaba de atraparte, hacerte quitar las gafas del presente y paladear una película que ves hasta el final casi quedando con ganas de más, que es lo mejor que se puede decir de una película.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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