Suplemento
cinematográfico cutre de The Adversiter
Chronicle
EL SUSTITUTO
(1996)
(The Substitute)
Hay
todo un pequeño subgénero de acción que tiene como escenario las
aulas de las grandes urbes estadounidenses, generalmente una clase
conflictiva con lo peor de cada distrito escolar y la llegada de un
nuevo profesor o profesora que logra ganarse al alumnado primero,
reforzar su autoestima después y finalmente sobreponerse al entorno
barriobajero para tener una vida mejor que morir joven de un tiro
efectuado por alguien de alguna banda rival. Sin duda fue `Rebelión
en las aulas´, título
de 1967 y protagonizado por el inigualable Sidney Poitier, la
película que abrió el camino y que culminaría en 1995 en `Mentes
peligrosas´ rodada en
1995 y protagonizada por Michelle Pfeiffer en una plena producción
de Hollywood. Pero un año después se estrenaría el título de hoy
que fue vapuleada por la crítica y que sin embargo gozó del favor
del público y una legión de fieles admiradores que supieron ver más
allá de sus narices a diferencia de la crítica en su momento, con
un reparto que hoy suena a reparto de lujo y con un elenco en estado
de gracia, la solvencia a los fogones de la dirección a cargo del
fiable Robert Mandel que ya tenía un puñado de películas a sus
espaldas destacando la popular `F/X
Efectos mortales´ de
1986, y un guion bien costurado a tres bandas firmado por Roy
Frumkes, Rocco Simonelli y Alan Ormsby. Así que nada más fichar
tiramos directamente al despacho del gerente para visionar la
película bien provistos de birras frías y pistachos con tertulia
posterior hasta la hora de salida...
Decíamos guion bien
costurado porque la magia de la película, en apariencia una más y
de presupuesto nada glamouroso, reside en que parece una de los 80´s.
Tenemos la problemática de los estudiantes de los suburbios, cine de
acción con una buena trama, banderín de enganche mostrando la
honestidad y la sana francachela de la vida castrense y el desencanto
con el espíritu de los 60´s y la lucha por los derechos civiles.
La acción transcurre en su mayor parte en las paredes de un
instituto bastante decadente como infraestructura escolar y aulas
dominadas por una banda, todo ello bajo el mando de un duro rector de
instituto que aspira a ganar un puesto en la alcaldía aupado por la
popularidad de sus métodos y sus logros, todo un ejemplo para la
comunidad que valora su pasado como policía. Una de las profesoras
sufre un atentado por parte de la pandilla que domina el instituto
rompiéndole una pierna mientras patinaba. Su pareja sentimental, un
curtido veterano en operaciones militares encubiertas y ahora
resignado a ser contratista de seguridad mercenario, decide hacerse
pasar por el sustituto y junto a su equipo de combate poner orden y
hacer justicia con los desconocidos agresores. Por el camino irá
conociendo la realidad cotidiana de sus alumnos que no se diferencia
mucho de la realidad de la guerra, y será contándoles la historia
de la misma como logrará captar la atención y el interés de la
clase...
No contamos más porque
aunque esté más vista que el TBO si se ve por primera vez engancha
y atrae como el día de su estreno. Donde la crítica sólo vio un
producto más, el espectador descubre lugares confortables a la
retina con un Tom Berenger en un personaje crepuscular, que ve que su
tiempo de soldado está tocando a su fin en un mundo a veces
desconcertante que aprende de sus alumnos, pero también un soldado
que se enfrenta a la banda criminal sin que le tiemble el pulso. Hay
que destacar de su equipo a William Forsythe en su icónico papel de
mercenario algo desquiciado y que nos arranca una lágrima cuando
muere combatiendo y el entrañable del Luis Guzmán. De villanos un
Marc Anthony de macarrilla, hortera y chico listo que maneja el
cotarro junto a un Ernie Hudson de rector; sólo citarlos de ejemplo
de un reparto fantástico donde cada personaje encaja como un guante
en la pantalla. Tiene el guion el acierto de encajar personajes y
escenarios de siempre aunque no lo mismo, contado de otra forma y
resultando una película con el encanto de una serie B y la solvencia
de una producción de un gran estudio de Hollywood.
Y luego está el motivo por el que vuelves a ver la película cada cierto tiempo y que es la presencia de Diane Venora. Una sensualidad en el rostro que te
obnubila primero y te enamora después. Nunca un personaje femenino ha
sido tan sexy con la pata escayolada. Hipnótica en el hospital
colocada con los calmantes. Gestos faciales naturales, el conjunto
del rostro que no puedes evitar querer seguir viendo cuando sale del
plano. Divina, sencillamente divina que te entran ganas de repartir
hostias a los culpables del atentado. Te puedes quedar bobo debido a
la sensualidad que transmite una actriz en estado de gracia como el
resto de sus compinches de reparto.
Luego hay una crítica al
movimiento de lucha por los derechos sociales, de los falsos líderes
de la comunidad que en realidad sólo piensan en ellos mismos y les
importa un bledo su barrio, su comunidad y su trabajo, tan sólo la
ostentación del poder basada en la imagen pública para ser sólo un
delincuente más. El papel de Glenn Plummer es de destacar en un
personaje comprometido en sus ideales. Una película mítica en su
género que hay que ver con la mente abierta, paladeando esa cápsula
del tiempo que nos muestra la pantalla y donde poco ha cambiado desde
entonces a nivel social de todos los personajes...
Y de verdad que nunca se
ha visto tan sexy una pierna escayolada.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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