The Adversiter Chronicle

miércoles, 5 de marzo de 2025

"Lomo con tapas", suplemento literato cutre

Suplemento literato cutre de The Adversiter Chronicle

Libro:
Continente salvaje 
-Europa después de la Segunda Guerra Mundial-
Autor: Keith Lowe
Editorial: Galaxia Gutenberg, S. L.
Traducción: Irene Cifuentes
Edición: 2012

Solemos tener una visión simplista del final de la guerra en Europa en 1945 con la derrota del régimen nazi y un continente devastado. Es además una lectura muy recomendable ahora que Donald Trump retira su alianza defensiva y alimenta el imperialismo de la Rusia de Putin obligando a un rearme del continente porque la guerra se hace posible a corto-medio plazo. La propuesta de hoy es una mirada a la Europa del día después de la victoria aliada. En los países oprimidos por Hitler se procede a la expulsión de la población de origen alemán en una limpieza étnica que abarca a las minorías en el este de Europa donde los nuevos gobernantes no admiten a las minorías étnicas. Las dos superpotencias influyen en la política de los países bajo sus esferas de influencia, así la URSS controla que los partidos comunistas se alcen con el poder mientras EEUU hace otro tanto para que los comunistas no lleguen al poder. Las fuerzas partisanas proceden tras la victoria a sus propias venganzas y amenazan en Francia e Italia a los gobiernos constituidos, enfrentándose las distintas facciones ideológicas unidas por la lucha contra las fuerzas nazis y ahora en la paz enfrentadas entre sí llegando incluso a guerras civiles como en Grecia...

Keith Lowe nació en Londres en 1970. Es uno de los más destacados historiadores británicos. Es Ampliamente reconocido como una autoridad en la Segunda Guerra Mundial e interviene a menudo en la radio y la televisión de Gran Bretaña y Estados Unidos. Es autor de Inferno: The Devastation of Hamburg, 1943. Sus libros han sido traducidos a diez idiomas.
Datos sacados de la contraportada y actualizados al año de edición pudiendo encontrar más información del autor en Internet. Y sin más preámbulos, unas breves reseñas que os inciten a su apasionante lectura:

Una Europa hambrienta...
"Uno hubiera esperado que la situación alimentaria en Europa se calmara en cuanto acabara la guerra, pero en muchos lugares en realidad empeoró.. En los meses inmediatamente posteriores a la declaración de paz, los aliados lucharon desesperadamente y sin éxito por alimentar a millones de hambrientos en Europa. Como ya he dicho, al acabar la guerra la ración diaria normal en Alemania se redujo a algo más de 1.400 calorías; para septiembre de 1945 ésta disminuyó todavía más hasta 1.224 calorías en la zona británica de Alemania, y para el mes de marzo siguiente sólo era de 1.014 calorías. En la zona francesa, la ración se mantuvo así durante los siguientes seis meses. Las condiciones en el resto de Europa no eran mucho mejores, y en muchos casos peores. Un año después de que el sur de Italia fuese liberado, y después de que 100 millones de dólares en ayuda hubieran circulado por el país, las amas de casa seguían amotinándose contra los precios de los alimentos en Roma, y en diciembre de 1944 se celebró una `marcha del hambre´ en protesta por la escasez. Según un informe de la UNRRA, al final de la guerra los disturbios por los alimentos continuaban por todo el país. La ración oficial en Viena rondó las 800 calorías durante la mayor parte de 1945. La ración para diciembre en Budapest se redujo a tan sólo 556 calorías al día. La gente de la antigua Prusia Oriental recurrió a comer perros muertos que encontraban en las cunetas. En Berlín se veía a los niños recoger hierba de los parques para comer, y en Nápoles robaron todos los peces tropicales del acuario para comer. Como consecuencia de la profunda y extendida malnutrición se produjeron brotes de enfermedades por todo el continente. La malaria hizo su reaparición en el sur de Europa y lo mismo la tuberculosis por todas partes. Los casos de pelagra en Rumanía, otra enfermedad asociada a las privaciones, aumentaron en un 250%. El problema no era sólo que había una escasez mundial de alimentos, sino también que los que había no podían distribuirse adecuadamente. Después de seis años de guerra, la infraestructura europea de transportes estaba destrozada. Antes de que los alimentos pudieran viajar eficazmente a las ciudades europeas había que reconstruir la red de ferrocarriles, arreglar las carreteras y restablecer el transporte marítimo de mercancías. E igualmente importante, había que reinstaurar la ley y el orden. En algunas partes de Europa los suministros de alimentos eran saqueados en cuanto llegaban, impidiendo a los organismos de ayuda distribuir los víveres esenciales a los lugares donde más los necesitaban."

Poner orden donde reina el caos...
"Estaba claro que esa situación no podía continuar. Los aliados no podían permitir ningún indicio de anarquía detrás de sus líneas, sobre todo mientras la guerra seguía su curso. Ni los nuevos gobiernos podían permitir que la población local se tomara la justicia por su mano porque ello desafiaba su propia autoridad. `El orden público es una cuestión de vida o muerte´, declaró Charles de Gaulle a su regreso a París en agosto de 1944. En una emisión radiofónica al pueblo, insistió en que el Gobierno Provisional se hacía cargo ahora, y que `absolutamente todas las autoridades interinas deben cesar´. Los nuevos gobiernos de Europa occidental atacaron el problema enseguida desde diversos ángulos. En primer lugar, admitiendo que parte del problema era que la gente no confiaba en la policía, hicieron lo que pudieron por reforzar la posición de la fuerza policial como pilar más importante de la ley y el orden. En algunas zonas, sobre todo en Italia y Grecia, no contaban más que con la presencia masiva de los Aliados para prestar apoyo. Pero en otras zonas, afrontaron el problema sin ambages mediante la depuración de oficiales sospechosos de dicha fuerza. Al cabo de un año de la liberación de Francia, por ejemplo, uno de cada ocho policías había sido suspendido, y uno de cada cinco detectives franceses había perdido su trabajo. Otros países la imitaron: la depuración de la policía en Noruega y Dinamarca fue igual de impresionante, aunque tal vez lo fue menos en el resto de Europa occidental. Lo importante era restablecer la legitimidad d ela policía para que pudiera hacer frente a las patrullas ciudadanas que se habían hecho con el control de muchos barrios y ciudades. En segundo lugar, las nuevas autoridades empezaron a intentar desarmar a los grupos de antiguos resistentes que estaban cometiendo gran parte de los actos violentos. A menudo esto era más fácil decirlo que hacerlo. En parís, por ejemplo, la Milicia Patriótica continuaba realizando patrullas armadas en franco desafío a las autoridades. En Valenciennes mantenían enormes depósitos secretos de armas que comprendían granadas, ametralladoras antiáereas y fusiles antitanque. En Bruselas, a los miembros del `Ejército Secreto´ les dieron dos semanas para disolverse, y una manifestación de protesta degeneró en un disturbio menor, aunque la policía abrió fuego e hirió a 45 personas. En Italia y Grecia miles de partisanos se negaban a entregar sus armas por la sencilla razón de que no se fiaban de las autoridades, quienes aun después del derramamiento de sangre de la liberación estaban integradas por un sinnúmero de personas contaminadas por sus relaciones con el anterior régimen."

Rumanía como ejemplo de injerencia soviética en Europa oriental...
"Con los últimos vestigios de la oposición por fin neutralizados, los comunistas eran libres de emprender su verdadero programa: la estalinización de todo el país. El ataque al pensamiento y la expresión individual trajo consigo la depuración de profesores, el cierre de todos los colegios religiosos o extranjeros, la prohibición de los libros de texto que no fueran comunistas, y la enseñanza obligatoria de la interpretación de Stalin de los preceptos marxista-leninistas. A los hijos de la burguesía les negaron la educación en favor de los hijos de los trabajadores, y algunos estudiantes fueron expulsados de las escuelas politécnicas porque en otro tiempo sus abuelos tuvieron casa en propiedad. Las bibliotecas se limpiaron de todo libro que no estuviera de acuerdo con la visión estalinista del mundo. El periódico del Partido Comunista `Scînteia´ atacaba a poetas y novelistas, cuyas obras eran censuradas o prohibidas. La religión estaba especialmente en el punto de mira. Las iglesias fueron despojadas de sus bienes y el estado se hizo cargo de sus escuelas. Las autoridades prohibieron los bautismos, las bodas eclesiásticas y las celebraciones públicas de la Navidad y la Pascua, y los miembros del Partido Comunista recibieron la orden de no asistir a ningún servicio de la iglesia. La Iglesia católica fue puesta bajo el control de un nuevo `Comité de Acción Católica´ y aquellos que no aprobaban las sentencias del comité eran arrestados. La Iglesia ortodoxa fue depurada, y llenaron su jerarquía de miembros del Partido Comunista y otros simpatizantes del régimen. La Iglesia uniate, que tenía más o menos 1,5 millones de fieles, fue obligada a fusionarse con la Ortodoxa bajo el control del estado. Cuando los sacerdotes uniates se negaron a admitir este secuestro de sus creencias religiosas, fueron arrestados en masa. En noviembre de 1948 cerca de 600 sacerdotes uniates fueron detenidos. Algunos sacerdotes y obispos de las tres religiones fueron asesinados o murieron a consecuencia de las torturas. La supresión de la libertad de expresión vino acompañada de un brusco viraje hacia la centralización y la abolición de la propiedad privada. Todo, desde el transporte, la industria, la minería hasta los seguros y la banca, fue nacionalizado: sólo en 1950, el estado tomó el control de 1.060 importantes empresas, que representaban el 90% de la producción industrial de todo el país. En el proceso se destruyeron mecanismos de mercado, casi desaparecieron los pequeños negocios, y la economía fue esclavizada por una `Comisión de Planificación Estatal´ y un `Plan Quinquenal´ estalinista."

Lectura muy recomendable ahora que al albur del populismo y la crisis tanto el fascismo como el comunismo vuelven por sus fueros, un totalitarismo que llevó a una guerra mundial que configuró el mundo que ahora se reconfigura con una Europa obligada al rearme sin que la sociedad europea parezca muy consciente de lo que significa. Olvidar la historia condena a repetirla y este siglo XXI comienza a parecerse demasiado al siglo XX con la diferencia del avance tecnológico que permite al totalitarismo convencer de sus tesis para ser una opción democrática que acabe con la democracia. Hay que recordar cómo quedó Europa para mantener la memoria viva de quienes van desapareciendo como testigos por ley de vida y ya no pueden rebatir las mentiras de quienes tratan de alterar lo ocurrido para volver a repetirlo una vez alcanzado el poder...

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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