Una sección de
El Bis en exclusiva para
The Adversiter Chronicle
TOUCH IN THE NIGHT
(1985)
A lo
largo de nuestra vida musical siempre hay una canción, en todas las
décadas hay una, que nunca la escuchamos salvo los primeros compases
y automáticamente la logramos encasillar en su era musical. Es lo
que sucede cuando un tema sirve de cortinilla musical a un programa,
suele suceder sobre todo en la radio y también en la televisión. Es
el caso del grupo que traigo hoy al recuerdo que es completamente
desconocido para el gran público posterior a los 80´s que sin
embargo escuchan este tema de 1985 y saben decir que es tecnopop y de
los 80´s. Lo cierto es que es un tema inolvidable para quienes
vivieron su lanzamiento y sigue plenamente vigente por ser versionado
cada cierto tiempo, cumple además los cánones del género con
estribillo de teclados que se introducen en los tímpanos y
transmitiendo ese colorido y alegría que se supone destacaban en los
80´s.
Silent
Circle era un trío germano que comenzaron su andadura musical en
1976, formado por Martin Tychsen, Axel Breitung y CC, cuentan las
crónicas que vivieron su apogeo en la mitad de los 80´s con un par
de temas de éxito y posteriormente eran admirados en la Rusia
posterior a la caída de la URSS y se presentaban en Moscú en la
Discoteka 80, un garito que
debía ser la repanocha en aquel Moscú de entonces. Crónicas
aparte, lo cierto es que sacaron un puñado de temas encuadrados en
lo que los entendidos denominan `eurodisco´ que conoció temas
míticos de grupos italianos y alemanes. El tema es la típica
canción tontorrona pero engarzada en sonidos tecnopoperos que
animaban a moverse y que sonaba fetén en cualquier sarao animando a
la peña, qué decir de pedetes lúcidos en discoteca donde sonaba y
había que moverse envueltos en el sonido tratando de no derramar el
cubata...
La
puesta en escena es la típica de su época, estética tecno y no
falta el mítico teclado en bandolera, el catatónico toque de la
batería eléctrica y un solista que viste prendas inconfundibles de
los 80´s y peinado acorde donde recuerda al mítico capitán Nemo, el del submarino
que recorre un viaje de 20.000 leguas, no el personaje animado y
ñoño. Si nunca la escuchaste apuesto a que reconoces el inicio y
sigue siendo tan alegre y luminosa como en su lanzamiento si bien el
sonido es ochentero genuino y habrá tímpanos sensibles a las
guitarras eléctricas, drogas y alcohol que no podrán resistirse a
romper el dispositivo donde se esté reproduciendo. No es un tema
para pinchar en una concentración motera pero sí en una merienda
entre amistades, veladas con música a los postres o simplemente
escuchar una canción que logra que durante tres minutos la vida sea
maravillosa...
Y
sí, en dosis intravenosas te puede volver algo ñoño, pero es
pasajero, que conste.
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