El
presidente de la comisión tomo asiento y los congregados, una decena
de asesores del ministerio, fueron apagando las voces y se arrimaron
a la mesa donde se afanaban unos de sacar sus portátiles y otros
apuraban con sus vecinos de mesa los últimos comentarios. El
presidente de la comisión carraspeó, tocó el micrófono con los
dedos y le dio un par de golpecitos, no sabía el motivo de hacerlo
pero siempre lo había visto hacer...
-Bien,
como saben, se va a celebrar una semana dedicada a Velázquez y se me
ha encomendado elegir uno de sus cuadros expuestos en el museo para
hacerlo en representación viviente, es decir, que alguien ha tenido
la ocurrencia de que el cuadro de `Las Meninas´ sea representado y
tengo la misión encomendada desde las más altas esferas de que sea
adecuado a los tiempos, sin que sea una cosa propagandística de la
derecha, es por ello...
-Disculpe
presidente – dijo interrumpiendo un tipo sentado al fondo- ¿Hay
alguna directriz de que no sea tampoco una cosa propagandística de
la izquierda?
El presidente de la comisión se quedó mirando al
asesor y tras una rápida ojeada en su carpeta, carraspeó de
nuevo...
-Lo cierto es que no he recibido ninguna indicación
en ese aspecto...
-Si no hay una prohibición, por así llamarlo,
deberíamos tener en cuenta que quizás esperan cierto aire de
izquierda a la representación viviente del cuadro, creo que habría
que considerarlo, señor presidente – Dijo alzando la voz otro
asesor- No creo que duden de que será una representación
viviente de tono progresista. Representar el cuadro de forma viviente
tal cual lo pintó Velázquez sería posible causa de que acusaran a
la comisión y su presidente de retrógrados fascistas.
Todos los presentes miraron atónitos al asesor, al lado
del anterior que había hablado. El presidente se aflojó la corbata
y bebió un sorbo del vaso con agua mineral...
-¿Fascistas?
No entiendo a qué se refiere exactamente...- Dijo
el presidente de la comisión mirando fijamente al asesor y todos los
cuellos giraron para clavar sus miradas en el asesor.
-Bien,
permítame que analicemos ese cuadro: las actuales leyes aprobadas
por este gobierno y alguno anterior hacen imposible reproducir de
forma viviente el cuadro, tenemos un chucho, un felpudo con patas que
si se fijan en su postura, teniendo en cuenta que según la
información suministrada la representación dura todo el horario de
apertura, unas ocho u diez horas estimo, la ley prohíbe tener un
perro así por tiempo ilimitado. Están protestando los agros porque
no pueden atar el perro para vigilar sus fincas según la ley, si
ponemos un chucho habrá que sedarlo y se nos puede echar encima el
movimiento animalista. Luego tenemos menores en el cuadro y hasta una
persona con enanismo... ¡Señor presidente, no podemos permitir que
un escándalo de este tipo, escándalos con la protección de
animales, con la protección de la infancia y con las personas que
padecen de enanismo! Y respecto a Velázquez, no me cabe la menor
duda de que la prensa progresista acusará al ministerio y su
responsable de apología del fascismo y del colonialismo español,
pura leyenda negra porque era virreinatos, pero a nadie le importa,
mi sobrino en bachiller ignora qué es la Batalla de Lepanto, hemos
de aprovechar esta ignorancia para erradicar, y que salpique al
ministerio, la apología del fascismo.
Se hizo un silencio sepulcral en la reunión. El
presidente hundió la mirada en sus papeles. Le habían dado el cargo
y renunciado temporalmente a su plaza de profesor de arte, por sus
aptitudes profesionales, pero esto escapaba a sus entendederas.
Tampoco podía ir en contra de los asesores que se los habían
asignado para esta ocasión y se supone que saben más que él.
-No
veo la forma de hacer una representación viviente de `Las Meninas´
sin ser fiel al cuadro. Si nos ponemos así, la infanta rubia parece
albina...
-¡Exacto señor presidente! ¡Si sus ojos ven una
albina, qué no verá la oposición! ¡Hay que tomar una decisión
acorde y ésta pasa por quitar el cuadro!- dijo el asesor
levantándose de su asiento
-¿Suspender
la representación viviente?- preguntó extrañado el presidente de
la comisión
-Señor
presidente, hay que retirar el cuadro de la exposición del museo y
archivarlo temporalmente en los sótanos. Hace falta que sea
sustituido por una obra que no sea apología fascista y tampoco
apología comunista, pero sí progresista.
El presidente de la comisión se limpió las gafas y
escudriñó a los asesores, todos hombres aún jóvenes, bien
vestidos. Y sin embargo eran un atajo de cretinos, no era capaz de
ver apología de nada ni atentados contra colectivos sociales y
animales...
-Proponen
entonces que se quite el cuadro de la exposición pública del museo,
se le archive en los sótanos y quieren que sea sustituido por una
obra ni de tal ni de cual pero progresista... ¿Alguna propuesta para
que sea la sustitución del cuadro?
Hubo un murmullo y por fin un asesor se levantó para
exponer la propuesta de los asesores...
-Señor
presidente, proponemos que se eleve una propuesta de esta comisión
para clausurar temporalmente el museo hasta purgar el mismo de
apologías, sean de derechas o de izquierdas. Como actividad para
mantener el museo abierto, se hará una exposición de los
titiriteros en la Guerra Civil, colectivo olvidado, con fotos,
testimonios y obras pictóricas referentes al tema, no faltaría
concurso internacional de titiriteros, una exposición ambulante por
el Estado durante un año y publicidad en medios de comunicación.
Con poco más que la mitad de lo presupuestado para mantenimiento y
conservación de los cuadros a sustituir se pueden contratar los
servicios de empresas especializadas, contratistas del ministerio, ahorrando sueldo funcionarial.
-¿Quieren
cerrar el museo y sustituirlo con una exposición de títeres? ¿Están
locos?
Todos
se quedaron mirando al presidente con caras serias, sabían que era
el final de su carrera aunque no fuera un político, desde luego no
sabía serlo, pensaban para sus adentros y comenzaron a recoger sus
portátiles. Uno a uno fueron saliendo de la sala de reuniones, el
último en hablar se acercó al presidente y arrimó una silla a su
lado...
-Escuche,
no va a comer las uvas en su puesto. Mañana cuando el ministerio vea
el acta y las propuestas, van a por su cabeza. Hoy en día los votos
van para los titiriteros y no para el artista y su obra.
El
asesor se levantó y se fue meneando la cabeza. El presidente de la
comisión miró el cuadro de nuevo en la pantalla. Sólo veía la
genial obra pictórica de un artista como Velázquez.
-Pensaba
que ser progresista era querer progresar y resulta que es ser
titiritero...
Estalló en una carcajada y sin embargo las lágrimas se
deslizaban por sus mejillas. Sólo veía un cuadro y al pensar esto
con más ganas se reía y más lágrimas afloraban ante la atenta
mirada del cuadro que parecían compadecerse del presidente de la
comisión
FIN
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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