Una sección de
F. O. Roffön en exclusiva
para The Adversiter Chronicle
Se saca un valioso
punto en Anduva frente a un C. D. Mirandés de aupa
El
fútbol también son rachas, la alegre y positiva donde se encadenan
victorias salpicadas de algún empate y está la mala racha, ese
bajón en rendimiento que se da en todos los equipos. Si los
grandones berran en cuanto ven la mala racha, para los equipinos
suelen ser fatales truncando ilusiones clasificatorias y
decepcionantes resultados donde no parece salir nada. Y se rendía
visita al feudo de un C. D. Mirandés que se presentaba en racha de
resultados, bien clasificado y con buenas referencias en las
crónicas. Enfrente un Real Sporting que parecía entrar en una mala
racha si no lograba el triunfo en Anduva. Las aficiones tienen un
tercer ojo para percibir las malas rachas, derrotas cuando se pudo
haber hecho algo más, juego sensiblemente peor para lo visto hasta
ahora y esa sensación de que una derrota nos hundiría en la tabla
clasificatoria tras dormir gran parte de la temporada en puestos
nobles...
Representación
sportinguista en las gradas, bastante desangeladas, para un partido
que tuvo tres partes. La primera duró los primeros veinte minutos
con juego en el centro del campo intentando los locales atacar con
ímpetu y precisión mientras que el Real Sporting se afanaba en
defenderse y lanzar balones largos a Caicedo, novedad en la
titularidad junto al recuperado Curbelo tras una larga e insidiosa
lesión. Pasado el minuto veinte el partido sufrió un parón con
susto tras un choque entre el recuperado Curbelo y el mirandés
Izeta. La cosa fue tal que la retransmisión televisiva activó el
protocolo y no pinchaba imágenes de los jugadores, ya con la
ambulancia presente en el césped y obligando a ambos entrenadores a
realizar un cambio obligado. El BAR estaba en ronda de pinchos y
bebercio y casi se nos atraganta el pincho cuando el VAR chivó
al árbitro una posible mano y posible penalti. Hubo consulta del
árbitro en la pantalla VAR y el BAR pegado a la pantalla cuando
decidió pena máxima y sería Lachuer en el veintisiete quien
lanzaría el penalti que el bravo Yáñez no acertó a parar engañado
por el rival sobre la dirección del chut. Aquí comenzó otra parte del partido con el
Mirandés que veía que se reanudaba el juego tras el parón con el
marcador a favor. Se llegó al descanso sin grandes apuros para los
locales mientras los jóvenes y no tan jóvenes atletas del once
rojiblanco trataban de recuperar el ritmo creando ocasiones más o
menos claras. Pero en el segundo tiempo se vio un partido distinto
por ambos equipos, el Mirandés se puso el traje de faena para
defender su ventaja en el marcador sin renunciar al contragolpe
mientras que el Real Sporting aceleró una marcha poniendo cerco al
área rival, pero con una garrafal falta de acierto en ocasiones y el
cancerbero local atajando otras. La entrada de Campuzano por Caicedo
aportó más flexibilidad al conjunto sportinguista, el bueno de
Caicedo debe pulir algunas cosas, pero el partido parecía condenado
a no moverse el marcador cuando en el ochenta y dos el desconcertante
Robert Pier se redimió del ramalazo que le había dado minutos antes
con tarjeta amarilla y dando manotazos incluso a quien iba a
animarle, pero con el gol se le perdona. Ningún equipo quiso jugar
el tiempo restante al empate y hubo emoción en los minutos finales.
La falta de acierto nos condena siempre por errores defensivos, los
cuales marcando se enjuagan sin problema y que resultan desesperantes
cuando se fallan de forma continuada, fallo entre comillas porque los
contrarios también juegan, pero hubo ocasiones, tres en el primer
cuarto de hora, que llevan esa ley de Murphy que dice que fallando
eso se pierde el encuentro. Esta vez hubo fortuna y se arranca un
valioso punto tras enfrentarse a un C. D. Mirandés competitivo y que
sabe lo que quiere y como ejecutarlo, es cierto que tuvo el VAR como
condicionante a favor, pero supo jugar con ventaja, con el balón y
sin el balón. Empate justo u injusto, depende del BAR con el que se mire el
VAR, pero se le aceptó como árbitro de compañía para ayudar al
árbitro interpretar si hubo o no mano, falta y demás vicisitudes
durante el lance del juego. Es tontería discutir porque es el
árbitro quien tiene la potestad de interpretar la jugada con el VAR
y poco importa lo que brame el BAR. Hay que afinar puntería para
compensar las pifias en defensa que suelen acabar en gol del
contrario y el secreto del fútbol es marcar más que el contrario.
Se
desciende al noveno puesto en la clasificación con treinta puntos,
quedan sólo veinte para asegurar la permanencia a priori, y
recibimos a un Málaga en la zona media de la tabla a sólo tres
puntos de distancia en el onceavo puesto de la tabla clasificatoria.
Los carbayones hicieron los deberes en Zaragoza y cosecharon los tres
puntos en juego que les aúpan al cuarto puesto con treinta y cinco
puntitos que les hacen dormir en puestos nobles y seguramente
envalentonarse con sueños de grandeza. Ya se huele ambiente a derbi
asturiano y ambos conjuntos querrán una victoria frente a Málaga y
Córdoba respectivamente que no lo pondrán fácil. De momento se
evita entrar en mala racha a nivel psicológico y una victoria el
próximo sábado sería balsámica para irse de buen rollito a
disfrutar de las fechas navideñas.
F.
O. R.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt Lake
City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr.
IV
http://theadversiterchronicle.org
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