Con la
colaboración del profesor T. A. Rambaina
en exclusiva para The
Adversiter Chronicle
CHAMPIÑONES LAMINADOS
DE LATA
La cesta de la compra no deja de subir de precios y bajar dinero en los presupuestos familiares, de parentescos y hasta de turistas. Con alimentos a precios camino del doble del precio habitual se vuelve a la industria conservera, tan denostada en época de vacas gordas y veneradas en época de vacas flacas. Y hoy el protagonista es un alimento de laterío que despierta odios y pasiones, denostado por los puristas y con fieles amantes entre la masa consumista, hoy el protagonista es el humilde champiñón, laminado en este caso y dejamos para otro artículo el champiñón entero de laterío, porque lo cierto es que el mundo del champiñón es fascinante desde un punto de vista gastronómico y nadie mejor que nuestro querido profesor y asesor científico el profesor T. A. Rambaina...
-Tengo entendido que el
champiñón es un hongo... ¿Como los que salen en el uñero de la
deda gorda, ein?
-¡Jajajaja!
¡Es usted un cachondo Skizo´s! ¡Un auténtico cachondo mental! No,
no tiene que ver con sus uñeros de las dedas de los pies, el champiñón es un alimento que permite trabajar la imaginación y la
ocurrencia gastronómica y me alegro de que debido al coste de la
cesta de la compra se descubra en su auténtica magnitud el valor del
champiñón de lata, en el formato laminado en este caso. El
champiñón es un hongo del orden de los himenomicetales y, dentro de
este orden, pertenece a la familia de los agaricáceos. El
champiñón, también denominado como seta de campo que tiene el
sombrerillo blanco o pardusco siendo comestible y cultivado en gran
abundancia. Detalles que carecen de importancia para el consumo
urbanita en laterío. He seleccionado el formato de laterío de 185
gramos de peso neto que son 105 gramos de peso neto escurrido. El
formato laminado permite trabajar la imaginación creativa, vistos
así laminados nos da una primera impresión de alimento pobre, casi
insípido cuando es todo lo contrario trabajando un poco la
creatividad. Hacer un emparedado de un mejillón de lata entre dos
láminas de champiñón ensartado por un palillo, nos sirve un
sobrante de las banderillas y ya tenemos un reciclado transversal
colaborando a la conservación del medio ambiente, tan en boga hoy en
día. Una lágrima de mayonesa sobre un laminado de champiñón; con
un boquerón, una anchoa de Santoña o una sardinilla sobre un laminado de champiñón son ejemplos de imaginación creativa llevada
a la gastronomía que con poco coste de los ingredientes nos permite
innovar en la dieta dentro de las actuales estrecheces
presupuestarias para la cesta de la compra.
-¿Es
un alimento completo? Lo digo porque se discute y debate mucho sobre
el mal hábito de volver al laterío...
-¡Refalfies!
¡Refalfies de consumidor mal acostumbrado, refalfies! Cien gramos de producto escurrido aportan unas confortables 12 kilocalorías; 1,2
gramos de fibra alimentaria que siempre se agradece a la hora de
evacuar dieta a base de laterío; nada menos que 1,5 gramos de proteínas y un insignificante, si no hay contraindicación del
galeno, 0,60 de sal que nunca mata aunque engorde algo. Si lo combina
como en los ejemplos anteriores que he citado, y trabajando la
imaginación creativa que recalco que siempre es bueno, tenemos un
alimento que nos sirve para todos los días y... ¡Pero qué hace
vaciando champiñones laminados en un vermut blanco! ¡No sea bruto!
-¡Estoy combinando con la jodida imaginación creativa de los cojones! ¡Será muy sano y económico pero mejor en vermut, que las aceitunas están por las nubes! ¿Sabe?
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
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