The Adversiter Chronicle

viernes, 15 de septiembre de 2023

"COMPOSTURA DEL POSTUREO", por Alí Kate

APRETUJÓN INTESTINAL EN BAÑO AJENO

Trataré hoy de una compostura del postureo delicada y con la que toca lidiar al menos un par de veces en la vida. Hay que distinguir baño ajeno de baño en establecimiento hostelero donde la compostura del postureo es diametralmente distinta y algo opuesta. En baños de establecimientos hosteleros lo más común es la micción y si hay apretujón intestinal no se tiene el mismo decoro que en baño de casa, aunque sea ajena. El anonimato de ser clientela permite dejar el baño y su inodoro hecho unos zorros con aromas pestilentes y `firmas´ en el inodoro ya que por alguna misteriosa razón cuando el ser humano encuentra un baño de establecimiento hostelero, estaciones de tren y autobuses así como entornos de barraca en ferias y verbenas, resulta que gustamos de contribuir a dejarlo un poco más cochino. Son composturas del postureo que, si bien comparten la circunstancia del apretujón intestinal, se dirimen y afrontan con distintas composturas del postureo. Voy a ceñirme a la compostura del postureo cuando el apretujón es en casa ajena y no familiar, en el entorno familiar, aunque sea familia política, hay más comprensión a los ruidos y aromas inherentes al apretujón intestinal tras su evacuación. Así, nos situamos en casa ajena de visita, cena o cualquier otra circunstancia. El apretujón intestinal en casa ajena se presenta de forma repentina y sin casi tiempo de reacción, si conocemos bien nuestro reloj intestinal las señales darán tiempo a pedir excusas para ir al escusado. Una vez en baño ajeno hay que tener una compostura del postureo de agudeza visual felina para captar elementos de gran ayuda y saber de un vistazo si hay suficiente papel higiénico, un ambientador, una bayeta y lo ideal sería un estropajo, elementos que merecen su explicación. Es evidente que si somos novatos y novatas de apretujón intestinal en baño ajeno no prestemos atención y concentración a la observancia felina de los elementos anteriormente citados. Dicha observación puede realizarse de la que nos preparamos para sentarnos en el inodoro, aunque reitero que lo más que probable es que de nuevas sólo nos preocupemos por sentarnos en el inodoro y proceder a la evacuación intestinal. Una vez sentados en la taza del inodoro, la siguiente compostura del postureo es ante la primera y explosiva fase de evacuación del apretujón intestinal, de estruendo sonoro que si son horas nocturnas se transmite por tabiques y cámaras de ventilación. Una compostura del postureo simulando un ataque de tos puede ser una buena cobertura acústica aunque dada la potencia de la onda sonora de la evacuación lo mejor es evacuar de golpe y que sea un estruendo y no pequeños estruendos que parecen oírse más, uno grande y sonoro es preferible a un recital de pequeñas expulsiones. Una vez finalizada la evacuación suele extenderse un fétido aroma, depende también de los alimentos consumidos en la digestión del apretujón intestinal. Si tenemos la fortuna de que hay ambientador la cosa se resuelve y resulta comprensible para los anfitriones que haya trazas aromáticas de una evacuación, si son anfitriones de cuchipandas semanales serán precavidos y habrá ambientador. Solemos cometer un error típico en los apretujones intestinales en baño ajeno y es que no realizamos un examen visual del inodoro levantando la tapa y la tapa del asiento donde la evacuación suele dejar las siempre incordiantes trazas fecales, conocidas popularmente como lentejas. Puede sonar a chiste, pero cuando tercia ejercer de anfitriones que levante la mano quien al ir a ocupar el inodoro u proceder a su limpieza al día siguiente de la cuchipanda de turno no ha encontrado las incordiantes y molestas a la vista de las lentejas, que una vez secas resultan hasta correosas de quitar siendo necesario estropajo metálico o lija del nueve. Por supuesto que la compostura del postureo correcta sería, teniendo elementos a mano, proceder a su limpieza que, estando frescas aún las lentejas, salen con una suave pasada de papel higiénico sin dejar mancha. Ni que decir tiene que hay que ser finos y dejar la escobilla aparentemente sin mácula que nos delate y que sea el siguiente quien pague el pato de la culpabilidad a ojos de los anfitriones.
En resumen, una compostura del postureo de varias fases que nos facilitará sentarnos de nuevo a la mesa tras la evacuación del apretujón intestinal sin prisas por marchar ante el bochorno de que alguien vaya al baño y encontrarse una desagradable hediondez a heces fecales. No quiero olvidar mencionar que es vital saber antes de evacuar que nos alcanza el papel higiénico, he dado por hecho que sí lo hay aunque siempre puede el anfitrión despistarse y por precaución sería oportuno acudir a casa ajena con un paquetito, dos si se considera necesario, de pañuelitos o recurrir a papel de periódico. Recalcar que vale más un estruendo sonoro que una serie repetitiva de baja intensidad y abrir ventana si la hay porque no son pocos los baños en casa ajena que no disponen de la misma y dejar la puerta abierta no es una opción ya que la hediondez se extendería por el resto de estancias. Si hubo estruendo sonoro y trazas olfativas hediondas, sentarse a la mesa quejándose de cualquier dolencia intestinal nos dará tiempo y provocará una animada tertulia sobre dolencias que propician que el hedor se disuelva en el aire y que nadie mencione la sonoridad provocada por la evacuacion del apretujón intestinal. Pero la mejor compostura del postureo es salir de casa habiendo hecho pis y pos, así de sencillo.

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

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