The Adversiter Chronicle

jueves, 28 de septiembre de 2023

CUENTO DE OTOÑO

El chófer apagó las luces pasando a una tenue iluminación donde resaltaba su puesto de conducción iluminado con las luces del salpicadero. El autobús quedó en penumbra y la mayoría de los pasajeros se preparaban para una noche de viaje, no llegarían a su destino hasta ya entrada la mañana. Se escuchaba en suave murmullo la radio en un programa nocturno de deportes, sin molestar al pasaje y permitiendo al conductor disfrutar del mismo, estaba claro que no pondría otra película y se dispuso a buscar acomodo dentro de la estrechez del asiento. Iba en asiento de pasillo y una mujer ocupaba el de ventanilla, se había subido ya comenzado el viaje en una de las pocas paradas del trayecto que hasta el momento no se había hecho pesado gracias a ver el paisaje desfilar por la ventanilla y un par de películas entretenidas, una ya vista hacía tiempo, que hicieron ameno el trayecto, viendo cambiar los paisajes y hasta el clima. Ahora era distinto, la noche por la ventanilla era de negro monótono alterado por alguna luminaria o un vehículo adelantando al autobús. Finalmente encontró un acomodo, algo incómodo, y la suave modorra de la lejana voz del locutor del programa deportivo, tal vez fuera ya otro programa, iba abriéndose paso cerrando sus ojos...
Algo estaba soñando, aunque incapaz de recordar lo soñado hacía unos segundos, cuando le despertó algo. Notó una presión en su hombro izquierdo y, sin atreverse a moverse, vio la cabeza de la mujer a su lado reposando en él. No se atrevía a moverse por miedo a despertarla y era una sensación agradable, pensó como el joven adolescente que era. Una sensación extraña pero de gozo sin saber el motivo. Escuchaba su respiración pausada, durmiendo profundamente. Él no quería moverse aunque sería incapaz de volver a conciliar el sueño en esa postura, girando con suavidad su rostro. Le gustaba ese momento con la mujer durmiendo apoyada en su hombro, sin posibilidad de mover el brazo sin despertarla, pero no quería despertarla...
La parada, última del trayecto antes de llegar al destino, llegó cuando ya amanecía iluminando la penumbra del paisaje. La mujer se despertó con suavidad y se quedó mirando a su compañero de asiento que se sintió turbado al sentir su mirada, desviada un instante para percatarse de que había descansado apoyada en su hombro. No se dijeron nada, ni al despertar ni el resto del viaje que finalizó dos horas y media después. Al llegar a la estación ella se colocó una boina al estilo francés y miró al joven que le había servido de almohada que la miraba con algo de turbación, era hermoso el rostro que le hizo una casi imperceptible sonrisa, de agradecimiento sin decir palabra. Cuando quiso reaccionar la mujer ya se dirigía por el pasillo a la puerta. Cerro los ojos y aspiró las últimas trazas de su perfume, una suave fragancia que, supo, nunca olvidaría como nunca olvidó aquella madrugada en que fue almohada, sin poder pegar ojo, incómodo y feliz, una felicidad nunca sentida...
Aún la vio caminar por el andén antes de perderla para siempre de vista y sintió una pena sin pena.

FIN

The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido

Salt Lake City, Utah
Director Editorial: Perry Morton Jr. IV
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