Salvo
acontecimiento inesperado, y en estos tiempos nada puede descartarse,
se llega a la recta final de una campaña electoral marcada por
frases hechas, reproches hechos y poco debate programático. Tampoco
podía ser de otra forma tras una legislatura anómala en una
realidad anómala marcada por la pandemia mundial y otra guerra
europea que ha distorsionado todo a casi todos los niveles. Resulta
sorprendente que el PSOE repita una estrategia electoral que fracasó
en las autonómicas y está llamada al fracaso el próximo domingo
cuando se produzca el veredicto de las urnas. El señor Pedro Sánchez
podría perder las elecciones y sin embargo volver a gobernar, mala
cosa toda vez que sus apoyos independentistas vuelven a las
bravuconadas y el desafío verbal de repetir una intentona a la
Constitución y la legalidad vigente. Por mucho que el oficialismo
del PSOE prometa, contar de nuevo con los apoyos independentistas no
llevaría a ninguna parte democrática...
En
realidad a las partes que formaron los apoyos del PSOE en el Gobierno
y que aspiran a volver a ser parte de la gobernanza no les interesa
que el PSOE gane ni que vuelva a gobernar. El independentismo
catalán, sus dirigentes, siguen sin enjuagar su fracaso y el triunfo
de la Constitución y se conforman con seguir vendiendo la moto a sus
votantes desafiando a nivel institucional al Estado y sus símbolos y
representantes. El abrazo del señor Junqueras al señor Otegi es un
abrazo sangriento que no lleva a ninguna parte salvo a que los
etarras con delitos de sangre y cooperación para los mismos se
retiren de la primera línea política. Del señor Junqueras no
sorprende nada ya salvo sus huidas hacia ninguna parte. Y SUMAR se
sostiene por ser campaña electoral y al menos la señora Colau deja
su trabajada ambigüedad y se muestra como la independentista que es,
inteligente para mojarse lo justito y obligada a desenmascarar su
falso constitucionalismo. Tanto unas como otros han engañado a la
juventud y a la juventud en política sólo se la engaña una vez.
Deberán apostar a juventudes futuras y para ello intentarán influir
desde las escuelas infantiles, si es que les siguen votando.
Todo
apunta a una victoria del Partido Popular y queda saber si podrá
gobernar en solitario, con apoyos del PNV, con apoyos de VOX o con
ambos según convenga aunque el PNV argumentará que con VOX no hay
tratos posibles. En el otro bando, SUMAR sigue ocultando el rostro de
la amalgama de programas electorales que supone la coalición
liderada por la señora Yolanda Díaz que huele a cadáver político
si queda por detrás de VOX en el recuento. Bildu es el auténtico
ganador y pone en alerta a un PNV que deberá elegir entre demagogia
o realismo político, que siempre ha aportado equilibrio y serenidad
cuando ha colaborado con los gobiernos de turno y recordemos que
Rajoy perdió el Gobierno porque el PNV le retiró su apoyo en
beneficio del PSOE y el señor Pedro Sánchez...
La
gran pregunta es si el señor Pedro Sánchez se retirará si pierde
las elecciones o decidirá enquistarse como jefe de la oposición. Su
sistema de cogobernanza no funciona porque sus apoyos no son leales,
hablan y se manifiestan abiertamente anti españoles y resulta
difícil digerir que lo aprobado con sus apoyos sea bueno para
España. Con una victoria rotunda del Partido Popular unos y otras
podrán intentar retomar las calles, alzarse como abanderados de la
indignación y erigirse como los representantes de todas y todos. Han
estado una legislatura y el balance es negativo. Las grandes
políticas que se hicieron en conjunción con Europa las hubiera
llevado a cabo cualquier gobierno y a nivel nacional se han hecho
leyes necesarias pero mal diseñadas y sin consensuar. No funcionó
el protagonismo del señor Pedro Sánchez para las elecciones
autonómicas y municipales y no funcionará el próximo domingo...
Así
de simple y así de complicado.
The
Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
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