Unas memorias de
Antón Rendueles en
exclusiva para The Adversiter Chronicle
SOLO EN CASA
Me
gustaba quedarme solo, no siempre, pero había algún sábado, algún
domingo, en que lograba que me dejaran en casa mientras mis padres
salían, visitas a familiares y amistades donde la perspectiva de
perderme la tele o jugar en mi habitación eran más estimulantes que
estar en sitio extraño con extraños y extrañando mi casa. La
televisión era la protagonista y la segundas cadena la estrella,
siempre que lograra sintonizarla en condiciones y la neblina tenía
que ser aceptada como precio de ver Lou Grant y, sobre todo,
Más Allá.
La
cosa empezaba al quedarme solo y, las horas entonces parecían
eternas, encontrar divertimento hasta que empezara lo que quería ver
en la tele. Un cordel convertía la escoba en un caballo y jugaba al
lejano oeste para luego pasar a ver algún tebeo. Recuerdo que
siempre bajaba al quiosco y compraba una bolsa de patatas fritas que
gustaba de devorar leyendo una historieta. Otro pasatiempo era ojear
los libros del salón, las fotos e ilustraciones que siempre me
hacían leer un poquito más. En ocasiones me dejaban dinero y
entonces bajaba a la cafetería un portal más allá y pedía para
llevar un par de sándwiches de jamón y queso. Los hacía la
cocinera en una plancha y siempre le quedaban jugosos, con la
mantequilla fundida en su justa medida y el queso blando y elástico
a medio fundir. Al final la tarde que parecía eterna y no pasaban
las horas llegaba a su fin cuando sonaba el tintineo de las llaves en
la cerradura y volvía la normalidad, la casa ya no era el escenario
del lejano oeste y volvía la liturgia de un domingo ya de noche,
víspera de volver al colegio y ansiando volver a quedarme solo en
casa...
Antón
Rendueles
The Adversiter Chronicle, diario dependiente cibernoido
Salt
Lake City, Utah
Director
Editorial: Perry Morton Jr. IV
http://theadversiterchronicle.org
theadversiterchronicle@hotmail.es
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